Ni cacer¨ªa, ni pollo, ni parip¨¦
Gri?¨¢n y Chaves han mostrado su disposici¨®n a declarar ante la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre los ERE
Ni la cacer¨ªa que teme el PSOE, ni el parip¨¦ que sospecha el PP. Mejor, miel sobre hojuelas, como desea IU.
La comisi¨®n de investigaci¨®n sobre los ERE ha iniciado hoy mi¨¦rcoles sus trabajos en el Parlamento. Para el PSOE, ser¨¢ un camino de espinas. Para el PP, una oportunidad de arrollar a los socialistas. Y, si es posible, dejar malherido al presidente Gri?¨¢n. Para IU, el cumplimiento de una promesa electoral.
Los tres partidos han desarrollado sus estrategias durante semanas. Exagerando o minimizando a conveniencia el alcance del caso m¨¢s importante de corrupci¨®n registrado en Andaluc¨ªa. Aunque no en Espa?a, como pretende el PP: a¨²n gana por goleada el caso G¨¹rtel.
Lo cual no quita relevancia al caso de los ERE. Repugnante y turbio asunto en el que, por lo probado hasta ahora, un reducido grupo de personas manej¨® a su antojo docenas de millones de euros que repartieron entre amigos del PSOE, sindicalistas, intermediarios, aseguradoras y empresarios. Algunos miles se destinaron a juergas regadas con alcohol y coca.
Por mucho que se diga lo contrario, la Junta ha colaborado con la justicia. Fue la primera en denunciar los hechos a la fiscal¨ªa, realiz¨® su propia investigaci¨®n interna y aport¨® toneladas de informaci¨®n a la juez Mercedes Alaya. Como es l¨®gico, a lo largo del proceso ha habido roces puntuales por decisiones controvertidas de la instructora, empe?ada en demostrar que todo el Gobierno conoci¨® y permiti¨® las irregularidades detectadas. De manera muy especial, los presidentes Chaves y Gri?¨¢n.
En contra de la opini¨®n de algunos de sus colaboradores, Gri?¨¢n y Chaves han mostrado su disposici¨®n a declarar ante la comisi¨®n. Es una decisi¨®n acertada. Lo contrario habr¨ªa sido absurdo. Primero, porque PP e IU habr¨ªan forzado su presencia, pues cuentan con mayor¨ªa en el Parlamento. En segundo lugar, porque esa es la esencia del juego democr¨¢tico: quienes mandan est¨¢n obligados a dar explicaciones de las decisiones que toman. Lo que no significa que est¨¦n salpicados por el esc¨¢ndalo. Hasta hora, no existe ninguna prueba concluyente de que s¨ª lo est¨¦n. Por mucho que se empe?e la derecha y los medios que la jalean.
Resuelto este asunto, queda por ver el papel del PP. Sangrante a¨²n la herida de su cuarto fracaso en la carrera a la presidencia, Javier Arenas plante¨® la comisi¨®n como una cacer¨ªa. Una comisi¨®n de difamaci¨®n, m¨¢s que una comisi¨®n de investigaci¨®n. Quienes han tomado su relevo caminan en la misma direcci¨®n.
Rafael Carmona, exdirigente del PA cobijado en las m¨¢s c¨¢lidas aguas del PP, y miembro de la comisi¨®n por este partido, ya tiene decidido el veredicto: el procedimiento de reparto de fondos era ¡°ilegal¡± y ¡°todo¡± el Gobierno lo sab¨ªa. Luego todos son culpables. Al pared¨®n (pol¨ªtico) con ellos.
Carlos Rojas, portavoz popular en el Parlamento, duda ¡°de las intenciones¡± de Gri?¨¢n, que intentar¨¢ enga?ar a los andaluces. Har¨¢ ¡°el parip¨¦¡±, en palabras de otra vocera popular, Rosario Soto. O sea, que Gri?¨¢n ir¨¢ al Parlamento a fingir, simular y realizar un acto hip¨®crita, como nos aclara la RAE.
No es extra?o que uno de los miembros del Gobierno procedente de IU, Rafael Rodr¨ªguez, consejero de Turismo, concluya que ¡°el PP solo busca montar el pollo, la bronca y el ruido¡± en la comisi¨®n.
Ser¨ªa bueno que esos p¨¦simos augurios no se cumplieran. Que no haya cacer¨ªa, que nadie monte el pollo, ni haga el parip¨¦. Que todo transcurra, como ¡°miel sobre hojuelas¡±, en expresi¨®n del vicepresidente Diego Valderas (IU), y los ciudadanos sepamos c¨®mo se distribuyeron los fondos de los ERE. Que se detecten los fallos, para que nunca jam¨¢s vuelvan a producirse unos hechos semejantes. Que se exijan las responsabilidades pol¨ªticas pertinentes. Porque las judiciales siguen imparable su curso. Camino del Tribunal Supremo.
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