¡°El consenso entre v¨ªctimas es posible. Lo hemos demostrado¡±
La hija de Santiago Brouard y la viuda de Pedrosa repasan para EL PA?S su experiencia en la Iniciativa Glencree
Llegan juntas y se marchan juntas del lugar de la cita, un hotel de Bilbao. Una de ellas ayuda brevemente en ocasiones a la otra, tendi¨¦ndole el brazo. A lo largo de la conversaci¨®n se van apostillando numerosas veces para darse la raz¨®n, para ratificar las palabras de su compa?era. Una m¨¢s t¨ªmida, otra m¨¢s prolija en sus palabras.
Edurne Brouard perdi¨® a su padre por las balas de los GAL; Mari Carmen Hern¨¢ndez, a su marido por las de ETA. La violencia les situ¨® en dos mundos enfrentados y les convirti¨® en referentes significativos ¡°de cosas que no quer¨ªamos ser y que hubi¨¦semos estado muy a gusto sin ser¡±, dicen. Para reconstruir la convivencia trabajaron en secreto durante casi un lustro, junto a otras 25 v¨ªctimas de esas y otras bandas terroristas o de excesos policiales y tres coordinadores, en la Iniciativa Glencree, por el lugar de Irlanda donde comenz¨®. Ahora repasan su experiencia en una conversaci¨®n con EL PA?S.
Dos historias
- Edurne Brouard naci¨® en Bilbao en 1959, pero se considera lekeitarra. El 20 de noviembre de 1984, dos mercenarios de los GAL asesinaban a tiros en su consulta de la capital vizca¨ªna a su padre, el pediatra y dirigente de HB Santiago Brouard. "Militante del euskera", como se define, ha sido responsable de la Korrika durante los ¨²ltimos a?os.
- Mari Carmen Hern¨¢ndez (Toledo, 1946) perdi¨® a su marido, el concejal del PP de Durango Jes¨²s Mar¨ªa Pedrosa, de un tiro en la cabeza y por la espalda. ETA le mat¨® el 4 de junio de 2000 en dicha localidad vizca¨ªna. Auxiliar de contabilidad, hoy trabaja como voluntaria en la secretar¨ªa de la ONG Bat Eginez.
- Antes de la Iniciativa Glencree, apenas hab¨ªan coincidido "medio minuto" para el rodaje de un documental. Santiago Brouard era el pediatra de la hija peque?a de Hern¨¢ndez.
¡°Quer¨ªa tener relaci¨®n con v¨ªctimas de otros terrorismos y violaciones de derechos. Me pareci¨® una oportunidad estupenda para compartir los sentimientos e historias de cada uno¡±, explica Hern¨¢ndez su decisi¨®n de participar en el proyecto, al que se sum¨® en diciembre de 2008.
Un a?o antes, Brouard hab¨ªa sido una de la decena de pioneros: ¡°No ten¨ªa ninguna gana de tomar parte en una iniciativa de este tipo, porque sab¨ªa que me iba a suponer otra vez revivir todo. No me atra¨ªa expresamente, pero tras darle muchas vueltas con la familia decidimos que fuese. Me parec¨ªa un buen intento de empezar a hablar entre diferentes y adem¨¢s entre unos tan terriblemente marcados como nosotros¡±.
Para su primer viaje a Glencree ¡ª¡°el desierto de Gobi en monta?a y verde¡±¡ª fue directamente al aeropuerto junto con Carmen Galdeano, hija de otro asesinado por los GAL. ¡°Ella vive en una punta de Bizkaia; yo en la otra. Eso ya da imagen de c¨®mo ¨ªbamos. Nadie quer¨ªa llegar all¨ª solo. La primera sensaci¨®n es de mucho, no s¨¦ si es miedo la palabra, pero s¨ª recelo al menos¡±, rememora.
¡°Fui muy nerviosa y con bastante temor porque iba sola y no sab¨ªa con qui¨¦n me iba a encontrar¡±, vivi¨® en la siguiente ocasi¨®n Hern¨¢ndez, quien conoc¨ªa de nombre, pero nunca hab¨ªa tenido contacto con ninguna de las personas de su grupo.
Brouard: ¡°La realidad no tiene que ver en muchos casos con la idea preconcebida¡±
La lejan¨ªa de Euskadi ¡ª¡°no s¨¦ si aqu¨ª hubiese sido imposible, pero hubiese dificultado la convivencia, seguro¡±, incide Brouard; ¡°estabas como m¨¢s independiente y liberada de las tensiones de aqu¨ª¡±, opina Hern¨¢ndez¡ª y el secreto de la experiencia permitieron que fuese avanzando y fructificando.
¡°No sabes c¨®mo te va recibir el resto o c¨®mo te vas a sentir¡±, prosigue la segunda. ¡°Hice un sobreesfuerzo y ve¨ªas a cada uno con su relato y que su sufrimiento es como el tuyo¡±. ¡°La primera sesi¨®n es especialmente dura, porque es donde cada uno cuenta su historia y remueve tambi¨¦n tu sufrimiento¡±, tercia Brouard. ¡°Cuando te cuentan lo que le ha pasado a Mari Carmen te acuerdas de c¨®mo fue en tu caso, multiplica el efecto. Recuerdo eso como una parte como muy triste y muy espeluznante¡±, apostilla, junto con otro recuerdo: ¡°Mi sorpresa ante cosas que desconoc¨ªa absolutamente. Iba con una idea preconcebida de qu¨¦ eran las v¨ªctimas de ETA y su tratamiento por las instituciones. Y resulta que la realidad no tiene que ver con esa idea que llev¨¢bamos en muchos casos, en otros s¨ª por supuesto¡±.
¡°Muchos ciudadanos ten¨ªan una visi¨®n totalmente distorsionada¡±, considera su compa?era, tras recordar c¨®mo algunos damnificados han sentido ¡°mucha soledad¡±. ¡°Nunca se los ha considerado, mientras otros han estado m¨¢s arropadas¡±, abunda.
Edurne se extiende: ¡°Siempre hemos pensado que las v¨ªctimas de ETA eran perfectamente reconocidas por las instituciones y nosotras en absoluto hab¨ªamos tenido eso, pero s¨ª un apoyo social importante que, ¨¦ramos conscientes, ellas no hab¨ªan tenido. A la hora de la verdad te das cuenta de que ni era tanto el apoyo a las v¨ªctimas de ETA y que, sobre todo, como dice ella, ni ha sido regular en el tiempo ni en los casos¡±.
La convivencia mutua fue ayudando al entendimiento. ¡°Vences un poco las tensiones del momento anterior¡±, indica Hern¨¢ndez. ¡°Luego se sale fuera, te fumas un cigarro, se llora un poco, echas una parrafada... Igual ha habido algunas palabras m¨¢s altas que otras o mil cosas que pueden pasar mientras est¨¢s hablando estos temas, porque son muy duros...¡±
Hern¨¢ndez: ¡°Ve¨ªas a cada uno con su relato y que su dolor es como el tuyo¡±
¡°Ha habido un esfuerzo verdadero de todos por no echarse los trastos desde el primer d¨ªa y aguantar y enterarse¡ Y esa actitud se vi¨® desde la primera sesi¨®n¡±, asevera su contertulia.
Ambas piensan que no cost¨® superar las diferencias pol¨ªticas de unos y otros. ¡°Una virtud de esta experiencia es que ten¨ªamos claro que todos, o muchos al menos, tenemos ideolog¨ªa, posici¨®n pol¨ªtica, maneras de enfrentar la cuesti¨®n, pero precisamente por eso hab¨ªa que hablar del tema, pero sin renunciar cada uno a lo nuestro¡±, enfatiza Edurne.
?Se plantearon en alg¨²n momento dejarlo? ¡°Yo casi todos los d¨ªas, casi todos¡±, responde Brouard y Mari Carmen asiente en silencio.
Ni ha cambiado su opini¨®n sobre los asesinos, los responsables de su dolor, ni sus convicciones, pero, coinciden, se han dado cuenta ¡°de que no tienes la verdad total¡±, de que pod¨ªan estar equivocadas ¡°en lo que cre¨ªa que eran las cosas. Eso enriquece si sabes asumirlo. Tambi¨¦n te puede dar un yuyu y te quedas atontado para siempre¡±.
La viuda de Pedrosa considera que la experiencia ¡°ha sido enriquecedora y muy positiva. Hemos podido llegar a un punto de consenso y a una convivencia con mucho respeto. Hemos concretado ciertos puntos. Hay unos l¨ªmites, pero hasta ah¨ª, pues est¨¢s en el sufrimiento, en la reivindicaci¨®n del da?o que injustamente han pasado tantas personas, en la reivindicaci¨®n de ese reconocimiento, que es lo que realmente pedimos a la sociedad y a esta gente que gobierna¡±.
¡°Estoy de acuerdo con ella¡±, toma de inmediato la palabra la hija de Brouard. ¡°Me han resultado de verdad muy duros estos cinco a?os. El mundo ha seguido y han pasado muchas cosas y todo eso tambi¨¦n influye. Suscribo punto por punto lo que ha dicho Carmen y solo a?adir¨ªa que tengo la satisfacci¨®n de haber demostrado que esto es posible¡±. Y recalca: ¡°No queremos darle lecciones a nadie, ni explicarle a la sociedad, ni a las instituciones, ni a los pol¨ªticos qu¨¦ tienen que hacer, pero al menos hemos demostrado que es posible. A partir de ahora, que decidan qu¨¦ hay que hacer. Con toda la humildad de nuestra iniciativa, es un tanto que creo que nos debemos anotar todos y que yo me anoto¡±.
Y con un ¡°totalmente de acuerdo¡± sanciona m¨¢s adelante Mari Carmen otras palabras de Edurne: ¡°Me parece normal esta expectaci¨®n por c¨®mo lo hemos vivido y c¨®mo ha pasado, pero lo importante no es lo que a nosotros nos ha aportado o nos ha dolido, sino haber sido capaces de llegar a un mensaje com¨²n y haber sido capaces de decirlo en p¨²blico y interpelar a la sociedad. M¨¢s all¨¢ de nuestra vivencia, haber sido capaces de dar ese paso es lo que va a marcar para siempre esta experiencia¡±.
?Asumen que muchas v¨ªctimas las van a seguir viendo como del otro lado, que no van a entender su esfuerzo?
Edurne Brouard. ¡°S¨ª, sin ninguna duda¡±.
Mari Carmen Hern¨¢ndez. ¡°Muchas no, much¨ªsimas¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.