Sin la venia y sin la venda
"Andan empecinados en decir las cosas por su nombre y anteponer la verdad a cualquier conveniencia"
Un tropel de escritores y profesores chiflados tratan de amargar a nuestros bienamados l¨ªderes, as¨ª en Europa como en Estados Unidos, y, en parcelas m¨¢s cercanas en Espa?a y sin respeto alguno incluso en su ciudad, regi¨®n o nacionalidad. Suelen escribir en panfletos tan sospechosos como The New York Times, EL PA?S, La Vanguardia, y otros por el estilo.
Andan empecinados en decir las cosas por su nombre y anteponer la verdad a cualquier conveniencia. Cometen su reiterada fechor¨ªa a la luz del d¨ªa con publicidad, por lo que resulta dif¨ªcil no ya acallarlos sino detenerlos. Les amparan las Constituciones de ambas orillas oce¨¢nicas, multitud de convenciones tan invocadas como incumplidas y los Tratados de la Uni¨®n, en el caso de Europa. Tienen seguidores, lo que agrava la circunstancia, que fluyen adem¨¢s por ondas invisibles, por lo que tampoco cabe el control de sus alumnos, salvo que se emplee alg¨²n artilugio de la guerra preventiva, como el artefacto que neutraliza todos los sistemas de comunicaci¨®n, lo que perjudicar¨ªa gravemente no solo a estos sujetos y seguidores sino tambi¨¦n, como efecto colateral, a los pulcros usuarios de las redes de transporte de dinero.
Tienen perfil gru?¨®n que alivian con la iron¨ªa o incluso el sarcasmo
Responden a nombres como Krugman, Stiglitz, Sampedro, Berzosa, Fontana, Castells, entre otros muchos, incluso muy cercanos. No reconocen latitudes ni lenguas. Tienen perfil gru?¨®n que alivian con la iron¨ªa o incluso el sarcasmo. No act¨²an en cuadrilla, m¨¢s bien cada uno por su cuenta, y gozan de reconocimiento en sus actividades profesionales. O al menos gozaban del mismo antes de desencadenar las iras de los bienamados dirigentes bancarios y pol¨ªticos. No creemos que les invite ning¨²n consejo de cultura ni aun el de Bolullos de Abajo, ocupado este si existe y otros en las vaquillas y festejos, ni les sea otorgado premio alguno, que hasta aqu¨ª el control sigue funcionando de modo engrasado.
No son cuestiones menores, aunque pueda parecerlo. As¨ª el tal Stiglitz se permiti¨® dudar del sue?o americano y en consecuencia de los ¨¦mulos locales, en The Guardian, 6 de junio de los corrientes, y espet¨® que un 0,3% de los norteamericanos se hab¨ªan apropiado del 93,5 % de todo el crecimiento econ¨®mico acumulado en los ¨²ltimos diez a?os en el citado pa¨ªs de referencia, todo mediante la econom¨ªa financiera. Lo hab¨ªan hecho a trav¨¦s de mecanismos tan transparentes, y de mercado, como los bonus, las dietas, las indemnizaciones, las retribuciones percibidas en para¨ªsos fiscales y que en nada contribuyen a disminuir la nueva oleada de Las Uvas de la Ira ni a acrecer la econom¨ªa productiva. Un aguafiestas que adem¨¢s completaba al airado Krugman y su man¨ªa insistente en que el 0,1% se lleva no la parte del le¨®n sino de la manada acarreando para s¨ª lo que corresponde al 99,9%.
Estas doctrinas corrosivas, disolventes, aderezadas con reflexiones acerca de la historia que es el caso de estos dos sujetos y de los citados m¨¢s arriba, dan al traste con la sosegada reflexi¨®n de los bienamados que suelen estar ayunos de ideas, al modo de la feliz expresi¨®n de un amigo m¨ªo: ¡°pensamiento vac¨ªo¡±, y vacuidad de la expresi¨®n con frecuencia enigm¨¢tica: ¡°haremos lo que tengamos que hacer¡±, que recuerda la perplejidad de alg¨²n creyente en p¨¢rrafos oscuros del evangelio: ¡°lo que m¨¢s me gusta, Se?or, es lo claro que explicas¡±.
Y bien, tras el enigma y la vaciedad, la severidad de las acciones y sus consecuencias, mientras aumenta el griter¨ªo parlanch¨ªn de tertulianos y opinantes. Menos educaci¨®n y peor, menos prestaciones sociales y sanitarias, y peores. M¨¢s impuestos para todos (vivan el IVA y el IBI: ?si la burbuja ha estallado y los precios bajan, porqu¨¦ suben los valores y el impuesto? Lo mismo vale para el consumo), y menos para los pocos, que andan camino de concentrarse por id¨¦ntico camino al norteamericano con an¨¢logas fechor¨ªas y resultados semejantes: ?aleluya, ya somos americanos en algo!
Las fronteras de la miseria son ciertas y palpables, las del latrocinio, inexistentes. As¨ª se alumbra la b¨ªblica ira de los pac¨ªficos, temible a veces en sus consecuencias. Rescate para el desaguisado y ni siquiera se pronuncia por su nombre, y rescate del rescate en cada escal¨®n jalonado de corrupci¨®n y latrocinio. Rescate del rescate que rescatar¨¢n los ciudadanos de hoy y de ma?ana, una generaci¨®n que ser¨¢ maltratada en su educaci¨®n y asistencia, y golpeada por el desempleo y la precariedad.
Har¨ªan bien los l¨ªderes en dejar de reprobar a estos chiflados, y atender sus razones
Har¨ªan bien los bienamados l¨ªderes (?) en dejar de reprobar a estos chiflados, y atender sus razones. La algarab¨ªa medi¨¢tica y los bienamados podr¨ªan callar, pongo por caso 90 d¨ªas, y siguiendo el consejo de don Manuel Aza?a, aprovechar la pausa para estudiar y proponer el uso del sentido com¨²n. Temo que no ser¨¢ as¨ª.
Una amable y avispada lectora me recomend¨® que no publicara nombres, como anunci¨¦ en un art¨ªculo anterior. ¡°Total¡±, vino a decirme, ¡°ya vienen en la cr¨®nica pol¨ªtico-social-judicial, lo que dec¨ªamos sucesos, de todos los d¨ªas en los libelos locales y de referencia. Reenv¨ªa al curioso a las hemerotecas, o te quedas sin espacio para otro art¨ªculo¡±. Hago caso y solo enuncio ejemplos clamorosos. Ciudad de la Luz, a oscuras. Ciudad de las Lenguas, muda. Ciudad de las Ciencias, sin cient¨ªficos. Aparte de los m¨¢s conocidos aeropuerto sin aviones, d¨¢rsena y hoteles por un d¨ªa.
Retomando el atestado que inicia esta colaboraci¨®n. A los ya citados se unen, en alem¨¢n, el viejo y detestado Grass, y el ex¨®tico Slavoj Zizek, que encima se empe?an en exonerar al pueblo griego de la rapacidad de algunos de sus dirigentes y de la compra de armas con financiaci¨®n de la banca alemana, francesa, y c¨®mo no, de la City. Eso s¨ª, para mayor descaro se permite Zizek aquello de ¡°ahorr¨¦monos los ahorradores¡±, que siempre lo son a nuestras expensas. Con lo cual la horda del 15-M tiene combustible para turbar la pac¨ªfica y resignada convivencia ciudadana, adem¨¢s de contagiar a nuestros tiernos adolescentes condenados al paro. Menos mal que los bienamados no leen y sus v¨ªctimas se abocan a los NO-DO para consuelo de sus inquietudes y desvelos.
Nos vemos en octubre, con m¨¢s impuestos, m¨¢s tasas, menos renta disponible, menos consumo, ahorros mermados, y sacrificados expertos, ejecutivos y dem¨¢s enriquecidos y recompensados, mientras en cientos de miles de casos no habr¨¢ ni ingreso de emergencia en el bolsillo.
Sin la venia de la correcci¨®n pol¨ªtica ni la venda que nos quieren imponer a todos, esperemos que el verano nos permita, como dice el refr¨¢n, vivir a todos. Y que alguien haga caso a la recomendaci¨®n de silencio, aunque sea por noventa d¨ªas.
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