¡°Ahora que estoy enferma, el sistema se pone en mi contra¡±
Vicenta Escutia, una enfermera de 56 a?os con c¨¢ncer de mama, sufre un recorte salarial de un 40%
Vicenta Escutia aparece visiblemente cansada. Aun as¨ª, su discurso es vehemente. A ratos, cuando ha de revisar alg¨²n dato, justifica su escasa tardanza con un ¡°es que estoy algo despistada¡±. Viste un vestido de lino y un pa?uelo en la cabeza que oculta la ca¨ªda de pelo provocada por la quimioterapia. Mitiga con la persiana bajada el inclemente calor que se cuela por las ventanas. En casa, ayud¨¢ndola, se encuentran sus dos hijos, Mar¨ªa y Pablo, de 28 y 30 a?os. Esta enfermera valenciana con m¨¢s de tres d¨¦cadas de experiencia relata con una ¡°tremenda indignaci¨®n¡± los recortes salariales que ha sufrido desde que est¨¢ de baja por un c¨¢ncer de mama. En total, su sueldo ha mermado casi un 40%. Una cantidad con la que tendr¨¢ que hacer frente, adem¨¢s, al pago de la medicaci¨®n que conlleva una dolencia como la suya. Por eso, la reiterada conclusi¨®n a la que llega esta coordinadora del centro de salud de Vilamarxant es clara: ¡°Ahora que estoy enferma, es mi propio sistema el que se me pone en contra¡±.
La paga extra de verano ha pasado de alrededor de 1.800 euros a 775
A Vicenta, de 56 a?os, le aprobaron la baja por carcinoma de mama el 16 de diciembre. Seg¨²n explica, solo por el diagn¨®stico ya tiene derecho a 300 d¨ªas. Lleva 28 partes semanales y ocho sesiones de quimioterapia. La ¨²ltima, el lunes pasado. Desde enero, al 5% de bajada salarial para los empleados p¨²blicos que aprob¨® el Gobierno Central en 2010 se le sum¨® el recorte del 50% en el complemento de carrera profesional. En su caso, esto equival¨ªa a 334,86 euros. El decreto tambi¨¦n afectaba a las bajas por incapacidad laboral transitoria (ILT). Seg¨²n el texto, a partir del 1 de marzo la Generalitat se desentend¨ªa de pagar el complemento a la seguridad social, que se hace cargo de un 75% del sueldo. El resto, un 25%, le supuso otra p¨¦rdida de 440,47 euros. En total, Vicenta dej¨® de percibir casi 800 euros. El salario de este mayo, por ejemplo, se le qued¨® en 1.690 euros, frente a los 3.000 euros que rozaba a estas alturas del a?o pasado.
El colof¨®n a esta merma progresiva le lleg¨® ayer. La paga extraordinaria de verano se le ha quedado en 775 euros. En otras ocasiones rondaba los 1.800. ¡°Llevo dando tumbos toda la vida para, ahora, ser mileurista¡±, lamenta. En esta n¨®mina le han retirado todo lo relativo a complementos y le han suprimido el c¨®mputo de los tres meses transcurridos desde que en marzo le dieron la baja. Ella lo narra serena: ¡°Acumulaba 34 a?os de experiencia laboral y las guardias que tenemos que hacer al mes¡±. ¡°Cada uno adecua su vida a su poder adquisitivo¡±, justifica, ¡°y despu¨¦s de todos estos a?os estoy en una situaci¨®n m¨¢s precaria que antes¡±, se?ala. Pertenece al grupo de funcionarios de carrera con licenciatura, por eso gozaba de un sueldo digno: ¡°Nos hemos esforzado. Hemos pasado ex¨¢menes y d¨ªas encadenados de trabajo sin librar para que ahora nos ninguneen¡±. ¡°Se est¨¢ criminalizando a un colectivo [los funcionarios] que es el que te soluciona el d¨ªa a d¨ªa¡±, opina su hijo, ¡°y encima ahora se penaliza a enfermedades de las que ninguno estamos libres¡±.
¡°Est¨¢n llevando a los profesionales a la precariedad y la indigencia¡±, declara
Su posici¨®n, despu¨¦s de este varapalo vital y laboral, pasa por solicitar el alta voluntaria. ¡°?Qu¨¦ hago, pido reincorporarme para pasarme las horas con una pancarta?¡±, se pregunta expresando cu¨¢l puede ser el l¨ªmite de su paciencia. ¡°Es que no puedo seguir perdiendo dinero¡±, suspira. A pesar de las indicaciones del m¨¦dico, que le avis¨® de que, ¡°cuando se plantee la incorporaci¨®n, deber¨ªa ser progresiva¡±, ella lo valora con cautela: ¡°Es que no puedo hacer mi trabajo. Y eso repercute en los pacientes y en mis compa?eros, que tendr¨ªan que asumir las tareas que yo no puedo hacer¡±. ¡°T¨² no est¨¢s pensando en ti¡±, prosigue, ¡°piensas en ayudar a la gente. Y as¨ª soy incapaz¡±, insiste. ¡°Est¨¢n arrastrando a los profesionales a la precariedad y la indigencia¡±, concluye.
El Consell trata igual al c¨¢ncer y al absentismo
El Consell aprob¨® en enero un tijeretazo de 1.000 millones de euros que apunt¨® principalmente a la sanidad y la educaci¨®n. El decreto, aparte de congelar el sueldo base de los empleados p¨²blicos ¡ªa los que se les acumulaba la rebaja del 5% impulsada por el Gobierno central de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en 2010¡ª y reducir al 50% la evoluci¨®n de la carrera profesional, establec¨ªa que la Generalitat Valenciana no complementar¨ªa la prestaci¨®n de la Seguridad Social, que cubre un 75%. Esta medida supon¨ªa, seg¨²n expusieron, un ahorro de 18,5 millones de euros y era un m¨¦todo de control del absentismo laboral. La decisi¨®n afecta, tal y como aclaran desde la Consejer¨ªa de Sanidad, a todo el personal de la Comunidad Valenciana, sin excepciones, y entr¨® en vigor el pasado 1 de marzo. Un ejemplo como el de Vicenta ilustra esa p¨¦rdida de hasta un 40% del sueldo si se suma el 5% que ata?e a los funcionarios, el 50% de la carrera profesional, el 25% que la Generalitat no cubre en caso de baja y las horas de nocturnidad o extraordinarias que el trabajador deja de realizar.
As¨ª como en la Comunidad Valenciana la medida contra el absentismo laboral no hizo miramientos hacia casos como el c¨¢ncer o las enfermedades graves, la reforma laboral impulsada por el actual Gobierno los tuvo en cuenta de forma expresa. En el texto ¡ªque otorga al empresario la capacidad de despido objetivo en el supuesto de que las faltas de asistencia al trabajo, ¡°aun justificadas pero intermitentes¡±, alcancen ¡°el 20% de las jornadas h¨¢biles en dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de 12 meses¡±¡ª se explica que ¡°no se computar¨¢n las ausencias que obedezcan a un tratamiento m¨¦dico de c¨¢ncer o enfermedad grave¡±. Tambi¨¦n se contemplan las faltas debidas a huelga legal, accidentes, maternidad, o enfermedades causadas por embarazo, entre otras.
Pero el caso de Vicenta Escutia no es el ¨²nico. Ester Castro, abogada del sindicato de enfermeras Satse, reconoce que hay muchos trabajadores en la misma situaci¨®n que ella y alega que el mayor obst¨¢culo al que se enfrentan es que en cuanto un decreto se pone en vigor ¡°es para todos¡±. Castro indica, aparte, que las bajas son ¡°como un subsidio¡±. ¡°Por eso, el c¨¢lculo que se realiza en las pagas extra no las contempla¡±. ¡°Lo que pasa¡±, razona, ¡°es que muchas personas est¨¢n de baja desde hace tiempo y ahora ven c¨®mo les toca a ellas igual que al resto¡±.
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