Sanidad incumple dos sentencias que anulan el despido de una enfermera

Dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) no han conseguido que la enfermera T. C. M., del hospital Ram¨®n y Cajal de la capital, haya podido recuperar el puesto que ten¨ªa antes de que el centro la cesara. Los dos fallos, uno de 2010 y otro de este mismo a?o, declaran nulo su cese y obligan al Servicio Madrile?o de Salud (Sermas) a devolverle su puesto o, tal y como precisa la segunda sentencia, ofrecerle un destino de igual categor¨ªa. La enfermera llevaba 18 a?os en su puesto de coordinadora de la unidad de trasplantes del Ram¨®n y Cajal y hab¨ªa acumulado un ¡°brillante curr¨ªculum profesional¡± en cargos de gesti¨®n, seg¨²n se?ala el fallo. Fue cesada poco despu¨¦s de que pidiera una auditor¨ªa interna y denunciara irregularidades en el servicio y el ¡°hostigamiento¡± al que la estaba sometiendo el nuevo coordinador m¨¦dico de la unidad.

El fallo m¨¢s reciente, del 1 de febrero pasado, declara ¡°la inejecuci¨®n material¡± de la sentencia anterior, dado que el Sermas no la reincorpor¨® a su puesto, sino que la puso a trabajar en un puesto asistencial en Cardiolog¨ªa. El hospital, dice el tribunal, deber¨ªa ofrecerle un puesto de trabajo ¡°de igual categor¨ªa y naturaleza¡± que el que ten¨ªa, ¡°a elecci¨®n de la apelante, entre los que existan vacantes¡±. Le daba dos meses para hacerlo, pero T. C. M. sigue trabajando en el puesto asistencial de Cardiolog¨ªa. El TSJM oblig¨® al centro a pagarle dos a?os de atrasos, como si siguiera ejerciendo de coordinadora. ¡°Acatamos la sentencia y la ejecutaremos¡±, afirm¨® ayer un portavoz de la Consejer¨ªa de Sanidad a preguntas de este diario. No precis¨® por qu¨¦ no lo ha hecho hasta ahora ni cu¨¢ndo piensa hacerlo.

La trabajadora hab¨ªa denunciado irregularidades y acoso laboral

¡°Queda acreditada la alta profesionalidad y solvencia de la apelante, respaldada por una s¨®lida trayectoria profesional, con 18 a?os en la unidad, al frente de un equipo de 50 personas (enfermeras y auxiliares)¡±, reconoce la sentencia de la secci¨®n octava de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJM. El cese de la enfermera, a?ade, fue la ¡°¨²nica medida adoptada para atajar ¡ªdos a?os despu¨¦s de que hubiera surgido y conocido el problema¡ª el deterioro progresivo de la convivencia, no obstante los reiterados escritos (la actora, en su impotencia, lleg¨® a dirigir un escrito a la presidenta de la Comunidad)¡±. La gerencia del hospital, se?ala, consinti¨® ¡°con su pasividad un deterioro progresivo del ambiente laboral¡±.

El tribunal relata en la sentencia que la enfermera y otra trabajadora de la unidad ¡°llevaban desde abril de 2006 denunciando un continuo hostigamiento por parte del nuevo coordinador m¨¦dico¡±. Esta otra sanitaria testific¨® en el juicio que el coordinador ¡°se dirig¨ªa a la demandante de manera despreciativa y ech¨¢ndole en cara las deficiencias del servicio¡±, que ¡°nunca le vio dirigirse de forma educada¡±, que ¡°le hizo desalojar la mesa en la que trabajaba¡± y que en las reuniones, cuando ella interven¨ªa, ¨¦l se levantaba y se iba. T. C. M. denunci¨® tambi¨¦n que le hab¨ªa prohibido usar herramientas b¨¢sicas para desempe?ar su trabajo. La auditor¨ªa del servicio que pidi¨® no se realiz¨® y tampoco se investigaron sus denuncias internas sobre irregularidades en la unidad de coordinaci¨®n de trasplantes del Ram¨®n y Cajal.

El cese de la enfermera, argumenta la sentencia, ¡°es la culminaci¨®n de una situaci¨®n 'consentida' por la gerencia del hospital encaminada a 'sacrificar' a la se?ora [...] frente al coordinador m¨¦dico¡±. La unidad se reorganiz¨® tras su marcha y su puesto se elimin¨®. El coordinador, Adolfo Mart¨ªnez, sigue en el suyo.