Cirug¨ªa a la justicia
¡°La historia del Consejo General del Poder Judicial no es una historia de claroscuros, sino de fundido a negro. Es un ¨®rgano desmesurado, interesado, incapaz, opaco".
I.¡ª Recuperar la credibilidad es expresi¨®n que viene repiti¨¦ndose desde hace algunos d¨ªas, recuperando la memoria colectiva desde hace algunos a?os, por parte de quienes contin¨²an teniendo alguna responsabilidad en el ¡°entramado¡± de la justicia. Entramado es feliz expresi¨®n de lo que la justicia tendr¨ªa que aspirar a ser, en tanto que hacer ¡°trama¡± significa generar confianza, unir esfuerzos, evitar imperfecciones, sostener mutuamente el Estado de derecho.
?Qui¨¦n perdi¨® la credibilidad? Me permito pensar que el ¡°poder judicial¡±, ¨®rgano desmesurado, interesado, incapaz, indefinido, opaco, incomprensible desde la ¨®ptica de la divisi¨®n de poderes, sin ejercer ninguno.
II.¡ª La historia del Consejo no es una historia de claroscuros, sino de fundido a negro: como ¨®rgano pol¨ªtico, viene sirviendo para colocar los peones de cada cual para neutralizar las capacidades de todos; como ¨®rgano representativo, no ha posibilitado m¨¢s que la de unas minor¨ªas de una sociedad jur¨ªdica-judicial, cercanas a lo tribal; como ¨®rgano de gesti¨®n, carece de autonom¨ªa econ¨®mica, que lastra sus capacidades, que tiene que compartir con el gobierno central, los auton¨®micos, locales, corporativos, sindicales, etc.
Nada nuevo, si recordamos la profec¨ªa del magistrado del tribunal supremo italiano, Lococo, tras su paso por el Consiglio Superiore della Magistratura, modelo del nuestro (Reflexiones sobre el juez en una democracia, en Jutjats, Bolet¨ªn Juzgados de Valencia 18/93): ¡°El poder judicial se ejerce por cada uno de los jueces. El Consejo, no ejerce poder judicial, no pertenece al poder ejecutivo, ni al legislativo. Ha arrebatado una porci¨®n de gobierno a quien tiene la responsabilidad de gobernar el Estado, y la ejerce sin ning¨²n derecho de representaci¨®n ni responsabilidad pol¨ªtica. Crear un poder trae consigo, ineludiblemente, el despertar de muchas codicias para conquistarlo¡±.
III.¡ª El desprestigio del Consejo arrastra a otros:
? A la justicia, pues la ciudadan¨ªa se encuentra confundida y los integrantes del Poder Judicial descre¨ªdos.
? A las instituciones de la justicia, dirigidas por quienes aquellos designaron con oscurantismo y complicidad deplorables.
? A la necesaria fuerza moral que ha de transmitir la ¨²ltima decisi¨®n de cualquier conflicto entre partes, para estar revestida de auctoritas, que no s¨®lo de poder.
? A la estabilidad pol¨ªtica, en tanto la p¨¦rdida de la confianza ciudadana s¨®lo genera tensi¨®n y desprecio hacia todo poder.
? A todo profesional que tiene a la justicia como objetivo, instrumento, escenario o modo de vida, que acaba conviviendo con la desmoralizaci¨®n.
IV.¡ª La recuperaci¨®n de la credibilidad pasa por cinco comportamientos anudados, seg¨²n mi parecer:
1.¡ª Imprescindible ser generosos: que exige dar un paso atr¨¢s por quienes est¨¢n sosteniendo lo insostenible.
2¡ª Reconocer el fracaso de un sistema, que s¨®lo ha demostrado c¨®mo se puede llegar donde nadie esperaba desde 1985 hasta el d¨ªa de hoy, en una escalada de desprestigio proverbial. Basta recuperar la historia pespunteada de incompetentes personajillos, algunos carne de presidio, que han dirigido sus pasos.
3.¡ª Ser honestos con los datos: el Consejo tiene asignados 71 millones de euros de presupuesto (el 0,055% del Estado); sus competencias cuantificables econ¨®micamente ¡ªadem¨¢s del reparto de dignidades que da poder¡ª alcanzan la selecci¨®n y preparaci¨®n de aspirantes a la carrera judicial, formaci¨®n de jueces, inspecci¨®n, publicaci¨®n de resoluciones y organizaci¨®n de eventos, intercambios y viajes (1,1 mill¨®n para 20 vocales frente a los 3,4 millones para 5.200 jueces); con importante partida para sustento de una sobredotada estructura organizativa, sin olvidar el mantenimiento del mando con presidente y 20 vocales, m¨¢s y mejor pagados que los ministros del Gobierno, con competencias difusas, interrelacionadas, neutralizantes e ineficientes.
4.¡ª Pensar en otro modelo. Mi reflexi¨®n va m¨¢s bien por el cambio de modelo del ¨®rgano, aun cuando el calado de su configuraci¨®n pudiera alcanzar una reforma org¨¢nica, sin miedo al ERE derivado.
La cuesti¨®n no est¨¢ en quien elige, sino para qu¨¦. La consecuencia que Lococo ofrec¨ªa era que ¡°No se trata de arrebatar el gobierno a unos para encomend¨¢rselo a otros, sino, a la vista de que el poder judicial es independiente y esa es la funci¨®n m¨¢s relevante a proteger, debe reducirse al m¨ªnimo la necesidad de gobierno, haciendo lo posible por reglamentar por ley la carrera, preparar mecanismos autom¨¢ticos de resoluci¨®n de los procesos y distribuir el poder residuo sin tanto protagonista¡±. Y si hay que modificar alguna ley org¨¢nica, a¨²n ser¨¢ m¨¢s razonable y econ¨®mico que mantenerla zaherida en permanente situaci¨®n de cuidados intensivos.
5.¡ª De igual modo, el proceso requiere como m¨ªnimo de cinco pasos cl¨ªnicos:
a) La cirug¨ªa reparadora tiende a detectar y eliminar todo componente maligno, expansivo o corrosivo que amenaza de muerte (otra vez Lococo).
b) El periodo UCI resulta imprescindible para:
? Mantenimiento de las constantes vitales con la conveniente monitorizaci¨®n.
? Hacer profilaxis de la infecci¨®n, incluso con antibi¨®ticos, aquilatando con seriedad, honestidad y profesionalidad el ¨¢mbito de las competencias necesarias, que no puedan ni deban ser compartidas.
? Mantener un correcto estado de nutrici¨®n, adecuando el grosor del ¨®rgano y sus perfiles a dimensi¨®n eficiente, presupuesto inexcusable para la negociaci¨®n de la autonom¨ªa econ¨®mica. El tejido adiposo genera riesgos e imperfecciones.
? Procurar una correcta hidrataci¨®n (goteros) y reposici¨®n de p¨¦rdidas (iones, electrolitos, plasma, sangre...), integrando todos los esfuerzos y capacidades en fortalecer la independencia y la capacidad de servicio.
? No descuidar el factor psicol¨®gico del paciente que se encuentra muy enfermo y aislado del mundo exterior, ni el trato humano que debe presidir cualquier actuaci¨®n, como sistema de motivaci¨®n, incentivaci¨®n y remoralizaci¨®n.
? Tratar posibles complicaciones que puedan surgir, mantener una buena sedaci¨®n, y afrontar el dolor, pues la p¨¦rdida de privilegios lo augura.
c) No debe asustar el paso a planta, aun cuando se avecinen graves resistencias de retaguardia o injerencias indeseables de partidos y asociaciones que en este poder quieren su asiento.
d) Deseable ser¨¢ el alta hospitalaria, aun cuando se mantenga el tratamiento ambulatorio por la necesidad de una peri¨®dica revisi¨®n, identificaci¨®n y consecuci¨®n de objetivos, caracter¨ªsticos de toda convalecencia. Ello permitir¨¢ ajustar y aprobar el nuevo sistema y perfil del ¨®rgano, que va a requerir una correcta elecci¨®n, en todo caso p¨²blica o parlamentaria, de su l¨ªder ¡ªcomo en cualquier ¨®rgano de gobierno de Estado, instituci¨®n, partido o corporaci¨®n¡ª, quien deber¨¢ dotarse del equipo cohesionado seg¨²n las cuotas constitucionales para pensar y gobernar, y al que necesariamente se le podr¨¢ exigir la daci¨®n de cuenta, dise?ando mecanismos de control y remoci¨®n por sus incumplimientos o ineficiencias.
Seguir a mesa y mantel con un sistema que propicia el desleimiento de responsabilidades, la intrascendencia de la vacuidad, la arbitrariedad electiva o la desmesura del gasto injustificado, entre tantas lindezas, obliga a un pensar diferente, que tiene acomodo en el art¨ªculo 122 de la Constituci¨®n ¡ªaun cuando deban hacerse ajustes en otras leyes org¨¢nicas¡ª, incluso aunque no coincida con el que sigue proponi¨¦ndose ante cada sobresalto que del Consejo proviene.
e) Con toda certeza se obtendr¨¢ el alta definitiva, en la que no deber¨¢ faltar un buen control peri¨®dico, ajustado a los par¨¢metros exigibles que cualquier gran organizaci¨®n se ha dotado desde hace largo tiempo, que eval¨²e y motive, ponga remedio, sancione y favorezca que la justicia obtenga la credibiliodad que otros advenedizos le est¨¢n haciendo perder.
Jos¨¦ Mar¨ªa Tom¨¢s T¨ªo es miembro de la Fundaci¨®n por la Justicia.
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