Degenerando

Cuentan que ya retirado, Juan Belmonte se acerc¨® a un pueblo castellano para ver un festejo. Cuando los lugare?os se enteraron de su presencia no tardaron en invitarle a ocupar un lugar junto a las autoridades locales. All¨ª se encontr¨® con el alcalde, que era un antiguo banderillero que le hab¨ªa acompa?ado en sus a?os de novillero. Belmonte, sorprendido por el cargo de su compa?ero se aprest¨® a preguntarle: "?C¨®mo ha llegado usted a ser alcalde, tan s¨®lo habiendo sido banderillero?". A lo que el edil le confes¨® con particular gracejo: "Degenerando, maestro; degenerando."

Pues as¨ª se ha llegado a la corrida del Blusa de 2012. Degenerando. Un poco m¨¢s cada a?o, hasta llegar al festejo de ayer que poco tiene que ver con la fiesta de los toros y mucho con el acartonado panorama que se esfuerzan en potenciar los integrantes de la fiesta de los toros. Hay quien parece que no se da cuenta de que un espect¨¢culo tan bochornoso como el vivido ayer en Vitoria s¨®lo acabar¨¢ por expulsar al p¨²blico.

Padilla se invent¨® una faena en el primero, que apenas se mov¨ªa y a base de manoletinas y recursos a punto estuvo de arrancar una oreja. El palco estuvo cuerdo y desoy¨® la fuerte petici¨®n. En su segundo no quiso ni verlo. Un manso, imposible de picar, al que recibi¨® un pe¨®n y renunci¨® a banderillear.

El Fandi, que se movi¨® m¨¢s que su primer toro en un intento de dar pases a un marmolillo, se encontr¨® en el quinto con una voltereta que despert¨® a los tendidos y le sirvi¨® para cortar un pobre trofeo. Jim¨¦nez Fortes lo intent¨® en sus dos episodios, pero no hab¨ªa enemigos para mostrar su valent¨ªa y en esa desesperaci¨®n acab¨® su labor.

La de ayer no fue una excepci¨®n en la temporada, sino una de las muchas corridas en las que act¨²an este tipo de toreros, denominados medi¨¢ticos y a las que este a?o se ha apuntado Padilla. Toros sin castas, sin ninguna fuerza, un desfile de inv¨¢lidos que huyen de los caballos y se caen en los primeros lances de capa. En la muleta, quien se mueve es el matador para intentar robar algunos pases, siempre con la mano alta. Faena de enfermero y nunca de torero.

Hace unos a?os se advert¨ªa de la burbuja inmobiliaria; muchos se hicieron insultantemente ricos hasta que estall¨® y ya se sabe qui¨¦n lo est¨¢ pagando. No hay duda de que ¨¦sta es la burbuja taurina; algunos se est¨¢n forrando con estos espect¨¢culos, pero al final explotar¨¢ y ser¨¢ el aficionado quien se quede sin el verdadero espect¨¢culo, donde un hombre se juega la vida para dominar a una fiera brava.

En Francia ya se han dado cuenta del peligro, como en la otra burbuja, y apenas hacen carteles como los de ayer. Se han dado cuenta de que el espect¨¢culo est¨¢ en que los toros tengan emoci¨®n. Aqu¨ª, seguimos empe?ados en orde?ar la burra y s¨®lo cabe no llegar tarde a frenar esta burbuja, la taurina.