Temple
"La gente es de natural pac¨ªfica porque ha aprendido que la Historia cuando estalla la salvan los poetas"
La semana pasada el Gobierno rode¨® el Congreso de los Diputados con una barricada de somieres por si la marea roja llegaba hasta el tu¨¦tano de la democracia, que est¨¢ en los huesos. De lo que habr¨ªa que defender al Parlamento no es de la gente, sino de los brokers que planean para el mes de agosto un ataque especulativo salvaje que va a dejar la prima de riesgo a la altura del Empire State Building. Pero ante este enemigo Rajoy se vuelve m¨¢s manso que el corderito de Norit. La mano dura la reserva para la ciudadan¨ªa, que hasta ahora es la ¨²nica que ha sabido mantener el tipo, apretando los dientes y priv¨¢ndose de algunos lujos mayores como desayunar o ir al dentista.
La gente es de natural pac¨ªfica porque ha aprendido que la Historia cuando estalla la salvan los poetas. Pero todo tiene un l¨ªmite y hay cosas que revientan al m¨¢s templado.
El temple es una cosa muy misteriosa, pero tan cotidiana como la merienda de los ni?os o secar la ropa en un tendal. Este pa¨ªs es mil veces m¨¢s cuajado de temple que sus dirigentes, no se trata de una convicci¨®n rom¨¢ntica, sino de un dato cient¨ªfico. Los pol¨ªticos son unos se?ores que sacan pecho a toro pasado cuando est¨¢n separados de la calle por un cintur¨®n de somieres. Si los pusi¨¦ramos a cobrar el salario m¨ªnimo interprofesional, ver¨ªamos si no se les ocurr¨ªa algo por la v¨ªa r¨¢pida. De momento la ¨²nica idea genial que han tenido es blindar la C¨¢mara baja, porque cuando la gente pierde el miedo, a los Gobiernos les entra el p¨¢nico.
Rajoy todav¨ªa conf¨ªa en el Banco Central Europeo como quien espera ver aparecer en el ¨²ltimo momento al S¨¦ptimo de Caballer¨ªa. Pero el general Custer ya le ha dicho que se las apa?e como pueda. Si en ¨²ltima instancia la UE se decide a intervenir, ser¨¢ a deg¨¹ello.
Crist¨®bal Montoro lo ha dejado claro. ¡°No hay dinero, se?or¨ªas. Estamos en riesgo de no poder pagar las n¨®minas¡±. Algo as¨ª dijo tambi¨¦n el ministro de finanzas de Luis XVI antes de la Revoluci¨®n Francesa y despu¨¦s lleg¨® la guillotina. Aqu¨ª nunca se sabe. La Generalitat Valenciana ha pedido el rescate a un Estado que, a su vez, est¨¢ a punto de ser rescatado, como una pescadilla que se muerde la cola. Los mensajes que van llegando a trav¨¦s de Twitter y Facebook arrancan con un espa?ol que quiere vivir y a vivir empieza, entre una Espa?a que muere y otra Espa?a que bosteza. En semejante situaci¨®n nadie se va de vacaciones ni a la vuelta de la esquina por si acaso a su regreso en lugar de un pa¨ªs se encuentra un almac¨¦n de desguace. La gente ha salido a la calle pidiendo a gritos una cabeza. Pero en el PP ya no quedan gallegos de la estirpe de P¨ªo Cabanillas capaces de soltar una frase para la Historia, como cuando antes de ser destituido por Franco un subordinado fue corriendo a avisarle:
¡ª Don P¨ªo, que quieren su cabeza.
¡ª Pues ser¨¢ para pensar.
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