Dos orejas ben¨¦ficas y una puerta grande generosa
Iv¨¢n Fandi?o mata seis toros sin especial relieve

Dos orejas, una del quinto y otra del sexto. Casi en el ¨²ltimo minuto. Cuando la tarde, plomiza y con lluvia a partir del cuarto, se ven¨ªa cuesta abajo y sin freno. Dicen que Fandi?o pidi¨® matar ¨¦l solo los seis toros que, en principio, deb¨ªa compartir con Javier Casta?o que, cogido el pasado domingo en Francia, fue baja en el cartel. La propuesta del torero de Ordu?a ten¨ªa apariencia de gesto. Pero las intenciones, al conocerse la noticia, no fueron del todo comprendidas por el personal. Primer chasco: menos de medio aforo se cubri¨®. Fr¨ªo el ambiente. Como si tal cosa. Ni ambiente de gesto, ni de gesta. Y papeleta para un torero aparentemente curtido, pero al que le vino grande el traje. Antes de que Fandi?o, de rosa y oro, hiciera el pase¨ªllo, se conoc¨ªa que hoy s¨¢bado Javier Casta?o reaparec¨ªa en Santander, con una de Victorino Mart¨ªn. No cuadra la cosa. O, al menos, levanta sospechas.
ALCURRUC?N, MART?N, FUENTE YMBRO / FANDI?O ¨C¨²nico espada-
Toros de Alcurruc¨¦n (1?, 3? bis y 6?), Fuente Ymbro (5?) y Adolfo Mart¨ªn (2? y 4?). Bien presentados dentro del tipo de cada encaste. Flojos y faltos de casta. Noblones 5? y 6?.
Ivan Fandi?o: estocada algo desprendida (saludos); pinchazo hondo y descabello (saludos); dos pinchazos y descabello (silencio); dos pinchazos, estocada y descabello (silencio); estocada (oreja); pinchazo y entera (oreja).
Plaza de Valencia, 27 de julio. 3? de Abono. Menos de media.
La tarde no fue un fracaso para Fandi?o, como tampoco result¨® un ¨¦xito a pesar de las dos orejas y una puerta grande que se abri¨® de forma t¨ªmida. La corrida tampoco arranc¨® nunca de verdad, aunque en el quinto y sexto, respectivamente, se respirara. La primera de las dos orejas de cortes¨ªa se la llev¨® Fandi?o del quinto. Toro de Fuente Ymbro, mastodonte, regord¨ªo, sin cuello, panzudo, atacado¡Salt¨® al ruedo olisqueando la arena, despistado, como si nada de aquello fuera con ¨¦l. Dos veces entr¨® al caballo y las dos le se?alaron por miedo a pasarse de la raya. Un quite por chicuelinas de Fandi?o fue jaleado. A esa hora de la tarde la lluvia hab¨ªa dejado desolado el tendido, aunque los pocos que se quedaron al aire libre estaban por la labor. Pues eso, con la gente a favor, Fandi?o abri¨® la faena a ese toro con cuatro pases por alto sin moverse y casi sin mirar al morlaco. Luego vino lo dem¨¢s, que fue un conjunto animoso, solo eso. El toro, noblote, se dejaba hacer. Al final llegaron unas manoletinas de cierre y una estocada entrando recto como una vela.
De sexto salt¨® uno de Alcurruc¨¦n de impresionante trap¨ªo, a tan solo diez kilos de los 600. Lo de menos era la b¨¢scula; lo importante, la hermosa estampa de ese toro se mirara por arriba, por abajo o por los lados. Cinco veces entr¨® a los caballos, dos de ellas del que hac¨ªa la puerta. En las cuatro primeras sali¨® huyendo como alma perseguida por el diablo. En la quinta y definitiva, se dej¨® y le pegaron a gusto. Toro tan manso, llevaba dentro la otra cara de la luna. Noble y con cierto aire, fue c¨®modo de torear. Le costaba embestir un punto, pero solo cuando Fandi?o se quedaba al hilo del pit¨®n. Otra vez animoso Fandi?o. Las series con la izquierda m¨¢s entonadas; por la derecha alg¨²n enganch¨®n que otro. Bernardinas para cerrar y un primer pinchazo del que, al no cruzar, sali¨® enganchado de mala manera. Por fortuna, sin consecuencias. Ayud¨® y mucho esa voltereta para poner a la gente m¨¢s a favor del torero. La estocada final fue clave para que llegara la segunda oreja.
En los cuatro primeros toros no pas¨® nada, o si pas¨® fue muy poco. El de Alcurruc¨¦n que abri¨® plaza, largo y bien armado, acus¨® poca fuerza y se fue apagando. No se lo pens¨® Fandi?o que, sin probaturas, se ech¨® la muleta a la izquierda. Todo qued¨® en una declaraci¨®n de buena voluntad por parte del torero. El segundo, de Adolfo Mart¨ªn, asaltillado, playerito corto, y feo, floje¨® antes, durante y despu¨¦s del parto. En un peque?o descuido, al quedarse al descubierto, se llev¨® por delante a Fandi?o. Fue una suerte que el susto no pasara de ah¨ª. Se despoj¨® Fandi?o de chaleco y chaquetilla, ya para el resto de la tarde. Otra faena voluntariosa.
El tercero, de Fuente Ymbro, se parti¨® la punta del cuerno derecho en un remate contra las tablas y volvi¨® por donde hab¨ªa salido. El sobrero, de Alcurruc¨¦n, no ofrend¨® ninguna gloria a la ganader¨ªa. Salt¨® al callej¨®n, fue distra¨ªdo y corret¨®n en banderillas, y lleg¨® sin fuerzas al ¨²ltimo tercio. Fandi?o se dej¨® tropezar mucho la muleta. Tras el descanso se solt¨® el segundo de Adolfo Mart¨ªn, tambi¨¦n en tipo, asaltillado, pero m¨¢s result¨®n que su anterior hermano. Se fren¨® con el capote y el picador cumpli¨® un tr¨¢mite m¨¢s reglamentario que necesario. Se puso defensivo el toro y Fandi?o lo intent¨® por aqu¨ª y por all¨¢. Pero no pudo rascar nada.
La impresi¨®n final, que Fandi?o no est¨¢ para estos atracones. Hace un mes en Bilbao, su tierra, ocurri¨® casi lo mismo. Aqu¨ª, en Valencia, no se entendi¨® que se quedara solo en el cartel. Parec¨ªa cantado el resultado. Lo barruntaron todos, menos los que metieron en este l¨ªo al torero, que tampoco midi¨® su capacidad.
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