¡°Donde cae no crece la hierba¡±
¡°He visto vaciar contenedores de hasta 30.000 litros de lixiviados en un hoyo de un metro de hondo y el hoyo no se llenaba. Se estaba filtrando. A ver d¨®nde ha acabado¡±
Luis (nombre ficticio) trabaj¨® cinco a?os para Proambiente, empresa con la que ?ngel Fenoll explota la planta de Abanilla. Los ¨²ltimos tres a?os, sacaba lixiviados de los vasos y los vert¨ªa en descampados, seg¨²n cuenta. Tras el primer a?o, comenz¨® a sufrir cada dos meses resfriados que se fueron repitiendo con mayor frecuencia hasta que un buen d¨ªa le ¡°cogi¨® en el pecho¡±. ¡°Me diagnosticaron bronquitis cr¨®nica y el m¨¦dico me dijo que pod¨ªa estar relacionado con la exposici¨®n a lixiviados, pero nadie me firm¨® una baja laboral a falta de un estudio epidemiol¨®gico que corrobore una relaci¨®n de causa efecto¡±.
Luis empezaba su jornada a las ocho de la ma?ana, nunca bajaba de las diez horas, pese a que el convenio sectorial marca un m¨¢ximo de seis y media. Su protecci¨®n era una mascarilla que le dur¨® dos a?os. No tiene palabras para definir el olor de los lixiviados: ¡°El lixiviado huele... Es la descomposici¨®n de comida, pilas, neum¨¢ticos, todo¡±. Y a?ade: ¡°Eso es animal, donde lo eches no crece la hierba¡±.
Un d¨ªa se plant¨® junto a un grupo de compa?eros pidiendo la aplicaci¨®n el convenio y el reconocimiento de pluses de peligrosidad o toxicidad, nunca pagados. ¡°Se supon¨ªa que solo trat¨¢bamos residuos s¨®lidos no peligrosos¡±, dice. A los cuatro d¨ªas le despidieron. Hoy, Luis, futbolista de regional hasta los 36 a?os, lleva siete de enfermedad.
Roberto Sebasti¨¢n Belmonte trabaj¨® en la planta casi 11 a?os. Era el encargado de hacer los agujeros para los vertidos y llev¨® a la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n los m¨¦todos de su jefe. ¡°Entraban camiones y, por norma general, deb¨ªan pasar por planta para reciclaje pero iban directamente a verter. Luego pasaban por la oficina, les hac¨ªan el albar¨¢n y fuera¡±, explica. ¡°Me dec¨ªan: Roberto haz un agujero aqu¨ª, otro all¨¢. Hac¨ªa zanjas de 30 metros de largo y cinco o seis metros de hondo. Al final hac¨ªas amistad con los camioneros. A uno le pregunt¨¦ qu¨¦ era el l¨ªquido negruzco ese que vert¨ªamos y me cont¨® que era el desecho del ¨¢cido que usan para hacer los quitamiedos de las carreteras. En teor¨ªa, eso no es un residuo urbano¡±, a?ade.
¡°Mucha gente sab¨ªa esto, pero nadie denunciaba. Cuando pasaban los camiones por las partidas rurales los agricultores se quejaban de que si romp¨ªan las parras, que si los riegos, que si el polvo que levantaban. De la noche a la ma?ana, silencio. Hoy hay vecinos que se quejan pero tambi¨¦n muchos que callaron. No s¨¦ por qu¨¦, sobornos o vete t¨² a saber. Despu¨¦s de tanta queja la empresa empez¨® a regar los caminos para que los camiones no levantaran tierra y los vecinos callaron¡±, asevera.
El exoperario dice que donde se han hecho las catas (suelo agr¨ªcola) vio como se descargaban lixiviados: ¡°He visto vaciar contenedores de hasta 30.000 litros de lixiviados en un hoyo de un metro de hondo y el hoyo no se llenaba. Se estaba filtrando. A ver d¨®nde ha acabado¡±.
Como otros compa?eros luch¨® por crear un comit¨¦ de empresa y por la aplicaci¨®n del convenio. Fue despedido. La notificaci¨®n del despido como m¨ªnimo es curiosa. Un polic¨ªa local le entreg¨® un burofax con su despido. ¡°Debe ser porque la Polic¨ªa Local comparte oficina con Correos¡±, ironiza.
Jos¨¦ Antonio Cutillas, exportavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Abanilla y m¨¦dico, aboga por realizar un estudio sobre el impacto en la salud p¨²blica de la industria: ¡°Es obligaci¨®n de las autoridades encargar un estudio epidemiol¨®gico, pero nunca lo har¨¢n. Esto era un oasis de vida rural sin riesgos medioambientales, el c¨¢ncer era una cuesti¨®n de factores gen¨¦ticos¡±, comenta.
Hace siete a?os se incendi¨® el vertedero. Cutillas lo evoca as¨ª: ¡°Una nube t¨®xica cubri¨® el cielo m¨¢s de dos d¨ªas; un humo irritante que secaba ojos y garganta. Pas¨® y nos aseguraron sin estudio alguno que la nube no era t¨®xica. Era producto de la combusti¨®n de pl¨¢stico y eso se sabe que libera dioxinas. La Consejer¨ªa de Sanidad deber¨ªa establecer un programa que compare poblaciones similares durante largo tiempo¡±.
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