Por qu¨¦ se caen las palmeras
La falta de agua y las altas temperaturas se presentan como causas principales
¡°Una ca¨ªda de dos palmeras en una poblaci¨®n de 30.000 es insignificante¡±, defiende Jos¨¦ Francisco Ballester Olmos, ¡°salvo si causa da?os personales, como ha pasado ¨²ltimamente en Valencia y Alicante¡±. Este profesor de paisajismo y jardiner¨ªa de la Universitat Polit¨¨cnica de Valencia (UPV) razona con cautela sobre los motivos que pueden haber llevado hasta a ocho ejemplares de palmeras a desplomarse durante las dos ¨²ltimas semanas en estas ciudades de la Comunidad Valenciana.
La ¡°alarma social¡± a la que se refiri¨® este jueves la concejal de Jardines en el Ayuntamiento de Valencia, Lourdes Bernal, sali¨® a la luz con la imagen de un tronco aplastando la chapa superior de un coche en una calle de Alicante. En esa ocasi¨®n, una mujer que paseaba junto al autom¨®vil sufri¨® heridas. Antes ya se hab¨ªan ca¨ªdo otras dos en el mismo t¨¦rmino municipal. Y este mi¨¦rcoles se desplom¨® el tercer ejemplar en la capital valenciana. Ocho en total. Todas en una zona urbana.
¡°Est¨¢ claro que la ciudad no es el h¨¢bitat de una palmera¡±, explica Ballester. ¡°En otros entornos, como el desierto, las ra¨ªces se hunden varios metros y establecen un equilibrio¡±. Como ¨¦l, la bi¨®loga Elena Rupi¨¦rez y el ingeniero agr¨®nomo Jos¨¦ Navarro Ripoll ¡ªantiguos trabajadores de la estaci¨®n Phoenix de Elche, centro de referencia dedicado al cultivo in vitro de palmeras datileras y a la lucha contra la plaga del picudo rojo¡ª consideran que estos sucesos se pueden deber, primordialmente, a varias causas: estrechamiento del tronco, heridas producidas por un excesivo cepillado en la limpieza, plagas como la del picudo rojo, una inclinaci¨®n pronunciada en busca del sol, peso desmesurado de hojas y d¨¢tiles o estr¨¦s h¨ªdrico y nutricional.
¡°Est¨¢ claro que la ciudad no es su h¨¢bitat¡±, aseguran los expertos
Debido a las circunstancias en las que se han producido las ca¨ªdas, el calor y la escasez de agua parecen ser las razones principales. ¡°Seg¨²n los ex¨¢menes realizados, no hay rastro de hongos en los ejemplares derrumbados¡±, indica Ballester, ¡°y se suelen plantar machos porque no tienen d¨¢tiles, que pueden llegar a a?adir hasta 300 kilos de peso¡±. ¡°La palmera datilera no se poda. Y en las ciudades se limpian con m¨¢s asiduidad o m¨¢s severamente de lo necesario para evitar la ca¨ªda de hojas, vainas de inflorescencias o d¨¢tiles que pueden ensuciar la calzada y provocar deslizamientos¡±, anotan Rupi¨¦rez y Ripoll.
La hip¨®tesis del estr¨¦s h¨ªdrico y nutricional gana peso por las altas temperaturas de estos d¨ªas y por el descarte de las otras posibilidades. En esta ocasi¨®n no se han o¨ªdo las voces de organizaciones ecologistas que alertaron sobre la inclusi¨®n del picudo rojo. Y, seg¨²n el testimonio de dos trabajadores de FCC, la empresa dedicada a las tareas de limpieza, el procedimiento ha sido similar al de a?os anteriores. Aunque ambos aluden a una falta notable de personal y un menor tiempo de dedicaci¨®n en cada planta, admiten que las que se han desplomado no estaban sobrecargadas. Adem¨¢s, seg¨²n describen los expertos consultados, la poda se realiza en oto?o porque en esta ¨¦poca la planta desprende una sustancia que atrae al picudo rojo y otros insectos.
Amadeu Sanchis, portavoz del grupo municipal de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Valencia, estableci¨® una relaci¨®n directa entre los recortes presupuestarios del Gobierno y estas ca¨ªdas. Sanchis aleg¨® que ¡°nunca ha ocurrido algo semejante en la ciudad¡± y denunci¨® que prescindir de personal tiene ¡°efectos directos en el d¨ªa a d¨ªa de los ciudadanos¡±.
¡°No se est¨¢n realizando las tareas de poda por la reducci¨®n de gasto en estas labores¡±, explic¨®, ¡°y en el caso de que se debiera a plagas, una mayor inversi¨®n tambi¨¦n supondr¨ªa una actuaci¨®n de prevenci¨®n¡±. La responsable de Jardines de la ciudad, por su parte, mostr¨® su ¡°total confianza¡± en el personal que cuida la vegetaci¨®n y manifest¨® que las palmeras, ¡°como seres vivos que son¡±, mueren ¡°por causas naturales¡±. ¡°Ni por tema de d¨¢tiles ni por falta de poda ni por falta de agua¡±, descart¨®.
La concejal de Jardines dice que se han muerto ¡°por causas naturales¡±
Este contraste entre la inquietud de la oposici¨®n y el sosiego del Gobierno se mantiene levemente entre los profesionales. Ballester se muestra ¡°especialmente tranquilo¡± porque, seg¨²n afirma, sabe que sus ¡°colegas¡± se han preocupado ¡°mucho¡± por ¡°el cuidado y el tratamiento precoz¡±. Los trabajadores de la estaci¨®n Phoenix, sin embargo, reconocen no tener datos suficientes para conocer la situaci¨®n, pero se?alan que ¡°hay que vigilar con atenci¨®n y personal cualificado las palmeras plantadas en avenidas transitadas¡±. Tambi¨¦n sostienen que ¡°hay que extremar las precauciones en d¨ªas con mucho viento¡±. ¡°Tener la alarma por esto es como si por dos estornudos crees que hay una epidemia¡±, concluye el profesor de la UPV, ¡°aunque eso no quita que haya que cuidar mucho el riego y observar c¨®mo se van desarrollando las plantas¡±.
Estas peque?as diferencias desaparecen en lo referido a la inclusi¨®n de palmeras en un medio urbano. Los veteranos de la desmantelada estaci¨®n Phoenix dicen que ¡°su imagen ex¨®tica puede ser atractiva para el turismo¡±, pero que ¡°adaptar el cultivo de la planta a la ciudad tiene sus ventajas e inconvenientes¡±. ¡°Es cierto que en muchas ocasiones se ha utilizado material vegetal for¨¢neo en lugar de especies aut¨®ctonas¡±, agrega Ballester, ¡°y el abandono de un ¨¢rbol noble y aut¨®ctono como el quejigo, por ejemplo, en favor de especies de fuera muestra el abuso que hemos cometido en favor de lo ornamental¡±, lamenta.
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