El miedo de los vendedores se extiende a Valencia
¡°Est¨¢n un poco acojonados de que el futuro va a ser a¨²n m¨¢s duro¡±, dice un inmigrante
Si hay un lugar en Valencia donde encontrar manteros todos los d¨ªas del a?o es en la zona peatonal al sur de la plaza del Ayuntamiento, el paseo de Russafa y la calle de Ribera. Hasta el pasado lunes a mediod¨ªa todav¨ªa pod¨ªa v¨¦rselos all¨ª. Con sus s¨¢banas repletas de pel¨ªculas, gafas de sol y prendas de ropa de imitaci¨®n, y un ojo atento a la aparici¨®n de la Polic¨ªa Local para salir corriendo. La noche del lunes, sin embargo, desaparecieron y en toda la semana apenas se les ha visto all¨ª. Varios senegaleses, la nacionalidad predominante en el negocio, consultados afirman que el motivo es la presi¨®n policial y el miedo a que el incidente de Alicante, donde el s¨¢bado de la semana pasada result¨® herido grave un agente, tuviera consecuencias en Valencia.
¡°Est¨¢n m¨¢s alerta por los acontecimientos de Alicante y tambi¨¦n por las im¨¢genes que han visto en televisi¨®n de otro enfrentamiento entre vendedores y polic¨ªas en otro lugar de Espa?a¡±, afirma Papa, senegal¨¦s con residencia legal que estudia el doctorado en la Universitat de Val¨¨ncia y suele reunirse con sus compatriotas por la noche. ¡°Est¨¢n un poco acojonados, por decirlo as¨ª, de que el futuro va a ser a¨²n m¨¢s duro para la venta ambulante¡±, dice.
Fuentes de la Polic¨ªa Local aseguran que no se ha estrechado la vigilancia hacia los manteros a ra¨ªz de lo sucedido en Alicante. Pero el hecho es que durante toda la semana los cruces de las calles peatonales cerca de la plaza del Ayuntamiento han tenido presencia fija de la Polic¨ªa Local, algo poco habitual.
Las mismas fuentes se?alan que la tensi¨®n entre la polic¨ªa de Valencia y los vendedores ha aumentado en los ¨²ltimos tiempos por su propia din¨¢mica. Hubo encontronazos en el mercadillo de Benicalap al final del a?o pasado, en los que algunos agentes resultaron lesionados, afirman.
La crisis ha incrementado las quejas de los comerciantes contra la competencia de los manteros. Y tambi¨¦n ha agravado la situaci¨®n de los vendedores ambulantes. ¡°La gente no quiere pagar como antes¡±, contaba hace unos d¨ªas uno de ellos, apostado frente a la catedral de Valencia. Hace tres a?os vend¨ªa los sombreros a 8 o 10 euros y ahora, cuenta, lo hace por la mitad. La consecuencia es que ha dejado de enviar dinero a su familia, tiene problemas para pagar el alquiler y se est¨¢ planteando volver a su pa¨ªs 10 a?os despu¨¦s.
La crisis ha afectado a la cadena comercial, explica Majid, senegal¨¦s que colabora con la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (Cear). Las tiendas que suministran la mercanc¨ªa a los manteros, regentadas en su mayor¨ªa por comerciantes de Pakist¨¢n, Bangladesh, China y tambi¨¦n Senegal, apenas f¨ªan. ¡°Antes pod¨ªan dejarte productos por 300 euros y ahora igual te dejan 50 euros. El resto lo tienes que pagar por adelantado¡±, dice Majid.
A ello se ha unido que la playa de la Malva-rosa de Valencia, donde se concentran los potenciales compradores en verano, est¨¢ muy vigilada por la polic¨ªa durante el d¨ªa, lo que fuerza a los manteros a esperar a la ca¨ªda del sol. O a desplazarse al norte, a la playa de la Patacona y a la de Port Saplaya, en Alboraia.
Majid y Papa expresan su rechazo por los altercados de Alicante. Tambi¨¦n su sorpresa. ¡°No entiendo que un inmigrante sin papeles agreda a un polic¨ªa que est¨¢ de servicio. Es un poco suicidarse¡±, comenta Papa, que opina que a la historia que han reflejado los medios debe faltarle alg¨²n elemento.
Los senegaleses son muy solidarios entre s¨ª. Papa cree que en Alicante ya deben estar reuniendo dinero para pagar un abogado a los detenidos. Ocurre lo mismo, cuenta, cuando alguien muere. La comunidad empieza una lenta colecta hasta reunir los 5.000 euros que cuesta repatriar el cad¨¢ver y el billete de ida y vuelta de un acompa?ante.
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