La transformaci¨®n de Murueta
La poblaci¨®n aumenta un 59% en 15 a?os gracias a la pol¨ªtica de vivienda y las ayudas a la natalidad Un nuevo n¨²cleo urbano ha crecido junto a la iglesia
Hace 20 a?os, en el entorno de la iglesia de Murueta no se ve¨ªa movimiento m¨¢s que a la salida de la misa del domingo y en los d¨ªas de funeral. Solo quedaba cerca el cementerio. Hasta el edificio del Ayuntamiento estaba en la otra punta del pueblo, casi llegando a Busturia. La poblaci¨®n envejec¨ªa a pasos agigantados, las viviendas se quedaban vac¨ªas y sufr¨ªan el deterioro del paso del tiempo, y la construcci¨®n de nuevas casas era una meta dif¨ªcil de alcanzar por las limitaciones de las normas subsidiarias. El pueblo apenas contaba con dos centenares de vecinos dispersos por un municipio que se extiende por la orilla de la r¨ªa de Gernika.
Las familias reciben 600 euros de ayuda cuando tienen un hijo
Eso es ya historia. Hoy en d¨ªa los ni?os abarrotan la zona de juegos infantiles, mientras de fondo se escucha el chasquido de la pelota en el front¨®n. En estas dos d¨¦cadas, Murueta se ha transformado, y no se trata de una poblaci¨®n estacional. En el n¨²cleo que se ha creado en torno a la iglesia se alzan una serie de viviendas unifamiliares, taberna (de propiedad municipal), front¨®n, zona de juegos y un nuevo Ayuntamiento, casi listo para ser ocupado. Y familias j¨®venes con ni?os para disfrutarlo.
De los 200 habitantes de mediados de los a?os noventa se ha pasado a los 318 empadronados, un crecimiento de 59% en poco m¨¢s de 15 a?os.
¡°Llegamos hace 17 a?os para renovar Murueta¡±, dice el alcalde, Francisco Javier Ondarza, al frente del grupo independiente que ha gobernado desde entonces el municipio. ¡°Carec¨ªamos de n¨²cleo urbano y equipamientos en un pueblo que es un ejemplo t¨ªpico de habitat disperso¡±. Su objetivo fue parar el envejecimiento de la poblaci¨®n.
¡°Es mi pueblo¡±
Iratxe Torrontegi naci¨® en Murueta, se cas¨® en Murueta y vive feliz en una de las viviendas municipales de Murueta. Su ¨²nico hijo, Aner, de siete meses, recibi¨® al nacer la subvenci¨®n de 600 euros que concede el Ayuntamiento. En lo que va de 2012, otros dos ni?os han llegado al pueblo y ya suman m¨¢s de medio centenar los que han recibido la ayuda desde que se instaur¨® en 1997.
¡°Es un sitio peque?o, tranquilo y acogedor para vivir, donde oyes a los pajaritos y puedo pasear con mi hijo. No encuentro ning¨²n inconveniente en vivir aqu¨ª. Gernika est¨¢ a un paso para todo lo que no hay en Murueta¡±, dice. ¡°Y sobre todo, me gusta porque es mi pueblo¡±. Como ella, la mayor¨ªa de los j¨®venes han elegido quedarse a vivir en el pueblo donde nacieron. ¡°De 14 viviendas de la segunda fase, seis han sido ocupadas por gente de aqu¨ª de toda la vida¡±, a?ade.
En vacaciones funciona en el pueblo una escuela de verano, que busca fomentar las relaciones entre los chavales y suplir la carencia de centros escolares que fomenten la cohesi¨®n. ¡°No es ni una guarder¨ªa ni un campamento¡±, aclaran fuentes municipales. ¡°El objetivo es fomentar la convivencia, que se familiaricen con el pueblo, sus costumbres y sus vecinos¡±.
Para invertir la tendencia, desde el Ayuntamiento se promovi¨® la construcci¨®n de viviendas. Una sociedad municipal asumi¨® la promoci¨®n de dos fases de casas a precio de coste, con tanto coraje como trabajo voluntario. Construyeron 26 viviendas en dos fases, las ¨²ltimas de ellas, con tres habitaciones, dos ba?os, garaje y un peque?o jard¨ªn, vendidas a 126.000 euros. El cambio de normas urban¨ªsticas elimin¨® trabas para permitir la renovaci¨®n y la construcci¨®n por iniciativa privadas, que permiti¨® el asentamiento de otros peque?os n¨²cleos rurales.
La pol¨ªtica de vivienda de un pueblo tan peque?o pas¨® desapercibida. En 1997, en cambio, la concesi¨®n de una subvenci¨®n de 100.000 pesetas a cada beb¨¦ que naciera en Murueta tuvo eco en los medios de comunicaci¨®n. Despu¨¦s de muchos a?os casi sin ni?os, llegaron siete de golpe, con dos parejas de gemelos entre ellos.
¡°No se trata de una medida de fomento de la natalidad, sino de consolidar la presencia de un grupo de gente con edad de tener hijos y rejuvenecer el pueblo¡±, dice Ondarza. La subvenci¨®n ha sobrevivido a la desaparici¨®n del cheque-beb¨¦ que puso en marcha a?os despu¨¦s el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Las familias que tienen un hijo reciben 600 euros de ayuda. Nadie ha sugerido que se actualice la cantidad, ni siquiera para que no pierda poder adquisitivo. ¡°Sigue teniendo el mismo significado y la gente lo entiende. Es un dinero que no soluciona nada a la familia, pero conciencia a todos de que se necesita que lleguen ni?os¡±, defiende el regidor.
Para estudiar o trabajar, los vecinos de Murueta deben desplazarse fuera del pueblo, pero pueden elegir si se quedan a vivir. El Ayuntamiento prev¨¦ mantener una promoci¨®n continuada de vivienda. Las normas subsidiarias est¨¢n a punto de reformarse para permitir la construcci¨®n de otras cuatro casas.
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