Antih¨¦roes
"Esta crisis est¨¢ forjando h¨¦roes civiles. M¨¢s bien antih¨¦roes"
Esta crisis est¨¢ forjando h¨¦roes civiles. M¨¢s bien antih¨¦roes. Figuras que se alejan de la concepci¨®n m¨ªtica de la ¨¦pica de Homero y se aproximan a la condici¨®n humana de la narrativa de Raymond Chandler. Estos antih¨¦roes de novela negra contempor¨¢nea, v¨ªctimas de una sociedad descompuesta, toman las calles a granel para defender injusticias y reclamar oportunidades bajo la tempestad de la crisis. Su ¨²nica arma, la paz y la palabra como dir¨ªa Blas de Otero.
Estos nuevos mitos de la cultura de masas son mortales, a veces demasiado humanos, con cualidades ordinarias y mundanas, pero con una conducta verdadera que marca un camino fiel a su pensamiento y personalidad. Se podr¨ªa decir, incluso, que asumen las funciones propias del h¨¦roe tradicional pero difieren sobre todo en su apariencia y forma de actuar.
Inexplicablemente, una parte de la sociedad reprocha a estos nuevos h¨¦roes urbanos que se manifiesten p¨²blicamente y que, adem¨¢s, lo hagan sin decoro, sin elegancia can¨®nica, sin orden aparente y sin una est¨¦tica convencional. Su presencia les resulta agresiva y violenta, sin pensar que debajo de ese porte discordante hay una inteligencia constructiva. Esta forma de pensar nos llevar¨ªa a tachar de inaceptable el arte del siglo XX, que foment¨® unos valores est¨¦ticos divorciados del concepto tradicional de belleza, y nos impedir¨ªa valorar la revoluci¨®n intelectual que provoc¨® en todos los ¨¢mbitos de la sociedad. Gracias a esta ruptura con su pasado, las artes se transformaron y la belleza comenz¨® a tener otros significados, a entenderse tambi¨¦n desde el pensamiento, desde el concepto y no solo desde el aspecto formal de las cosas. De este modo, quienes insultan a los actuales h¨¦roes por su indumentaria y verbo transgresores cometen el error de anclarse en prejuicios y estereotipos que convierten algo complejo en algo simple.
A este respecto el cr¨ªtico de arte norteamericano Arthur C. Danto cuando en El abuso de la belleza analiza El Guernica, afirma que Picasso ¡°quer¨ªa hacer la ant¨ªtesis de una obra bella¡± porque ¡°se hab¨ªa apartado de las apariencias, para concentrarse en la estructura interna del mundo (¡). Pod¨ªa ser intelectualmente bella pero no f¨ªsicamente bella¡±.
Por razones de este tipo el antih¨¦roe an¨®nimo se mueve entre la sensibilidad, la racionalidad y la intelectualidad sin intentar agasajar a nadie con su indumentaria. Con el conocimiento como bandera anula la frivolidad, resta importancia a la superficie de las ideas y valora la belleza de ¨¦stas desde un plano interno. De este modo, y siguiendo por estos ra¨ªles donde transita la inteligencia, los antih¨¦roes indignados ya no se sienten obligados a obedecer c¨¢nones establecidos, ya no tienen que ser prescriptores de una moralidad concreta ni estar prestos al servicio de una est¨¦tica convencional o una doctrina religiosa y pol¨ªtica que les ha defraudado. M¨¢s bien se sienten acreditados para proponer, con su nuevo semblante, un sistema transparente que neutralice comportamientos inadecuados.
Nace, por tanto, una nueva identidad de belleza sin mascaradas. A quienes intentan insultarla, tan solo recordarles que est¨¢n cometiendo el mismo desliz que en el pasado cometieron aquellos que no supieron reconocer la ¨¢spera belleza ni la sofisticada inteligencia de Modigliani o de Rimbaud, entre otros tantos, cuando siendo unos perfectos desconocidos, saltaban a la palestra p¨²blica para defender derechos civiles y sent¨ªan c¨®mo un oficialismo agotado rechazaba sus creaciones art¨ªsticas. ?Qui¨¦n discute su val¨ªa a d¨ªa de hoy? Que no les quepa duda que los futuros l¨ªderes de nuestra sociedad est¨¢n estos d¨ªas, como antih¨¦roes sociales, protestando bajo un perfil y un car¨¢cter inc¨®modos para un sector del pa¨ªs.
Norberto M. Ib¨¢?ez es director-editor de la revista Contrastes
Twitter: @contrastes98
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