¡®Salam¡¯, San Ignacio
Tres comunidades musulmanas de Bilbao celebran con una fiesta el final del Ramad¨¢n Casi 2.500 fieles abarrotan el polideportivo

Nasim y Samira, de 8 y 10 a?os respectivamente, juegan entre los asientos del polideportivo del barrio bilba¨ªno de San Ignacio, mientras su padre reza entre una multitud de casi 2.500 fieles musulmanes. Su madre, Raquel, de Santurtzi, es la ¨²nica mujer en las gradas. Acompa?a a su marido argelino en la fiesta del final del Ramad¨¢n aunque no comparta con ¨¦l todos los preceptos de Al¨¢.
¡°Tenemos un pacto de no agresi¨®n aunque a mi marido le har¨ªa mucha ilusi¨®n que me convirtiera al islam. Le respeto y mis hijos han cumplido tres d¨ªas de Ramad¨¢n¡±, explica esta vasca que conoci¨® a su marido en las fiestas de Medina de Pomar (Burgos). ¡°Pero hay cosas como el papel de la mujer, que pasa de la autoridad del padre a la del marido, que no me gusta porque parece que no tienen independencia, que no se valen por s¨ª mismas¡±, opina. Acto seguido aclara que es importante que la sociedad no estigmatice al colectivo musulm¨¢n.
El im¨¢n pide ¡°compromiso, solidaridad y agradece los sacrificios¡± durante la oraci¨®n mientras los creyentes, que lucen sus mejores galas, no ven el momento de abordar las mesas con t¨¦, zumos y dulces que servir¨¢n de recompensa al sacrificio que impone la fe musulmana de ayuno diario durante un mes desde el alba hasta que se pone el sol. ¡°Al igual que ayer estaba prohibido comer hoy lo est¨¢ no hacerlo¡±, comenta Ahmed Elhanafy, presidente de la Unidad del Colectivo Musulm¨¢n del Pa¨ªs Vasco.
Pedimos a las instituciones y empresas m¨¢s flexibilidad con nuestra tradici¨®n¡±
Un joven con chilaba recoge al igual que otros muchos repartidos por el pabell¨®n donaciones para sufragar los gastos de la fiesta y recoger una ayuda para la nueva mezquita de San Francisco. Cada uno de los asistentes abona, si puede, cinco euros o ¡°bien se los das a quien los necesite¡±. La celebraci¨®n del final del Ramad¨¢n, organizada por tres comunidades musulmanas bilba¨ªnas, Bader, Asalam y Alforakm, ha costado 3.000 euros (solo alquilar el polideportivo unos 1.700 euros).
?C¨®mo se compagina el Ramad¨¢n y trabajo? ¡°No suele ser f¨¢cil. Por eso, pedimos a las instituciones y a las empresas que sean flexibles con nuestras tradiciones siempre y cuando los trabajadores respondan con sus obligaciones¡±, asegura Elhanafy.
Cada asistente dona 5 euros para gastos y los m¨¢s necesitados del colectivo
Sumaya, ?ngeles antes de convertirse al islam, es valenciana y vive en Portugalete con sus cinco hijos. Se cas¨® con un egipcio y encontr¨® ¡°sentido¡± en la religi¨®n de su marido. ¡°A pesar de lo que parezca si practicas de verdad el islam tienes todos los privilegios como mujer. Nos gusta estar juntas, no es que nos separemos de los hombres. No me gusta rezar con un hombre tras de m¨ª¡±, dice. Sumaya vive con naturalidad su nueva vida. ¡°Una de mis hijas quiso ponerse velo a los 11 a?os pero a los 16 ha decidido quit¨¢rselo y no pasa nada. Pero tambi¨¦n te digo que no vamos a la playa hasta las 19.00 cuando apenas hay gente. Mi cuerpo solo se lo muestro a mi marido¡±, dice con la misma naturalidad.
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