Tercera ocupaci¨®n del 15-M en Sevilla
Cinco familias se instalan en un edificio que carece de luz y agua
Al mismo ritmo que se acent¨²a la crisis, las ocupaciones de inmuebles brotan ante la angustia de verse sin techo. En Sevilla esta semana cinco familias han dicho basta con el apoyo del movimiento 15-M y se han instalado en un c¨¦ntrico edificio. Incluso sin luz ni agua corriente. Tina, Macu, Ana, J. y Norman son algunos de los inesperados inquilinos del inmueble bautizado como la Corrala la Alegr¨ªa. Es la tercera ocupaci¨®n que llevan a cabo familias asesoradas por el movimiento de protesta. Hasta ahora 46 familias han dado el paso en Sevilla.
Tina tiene 58 a?os y es la mayor de la Corrala. Fue desahuciada de su casa del barrio de Miraflores hace tres a?os y junto a su marido de 56 a?os y su hijo, que ayer cumpli¨® los 18 a?os, se tuvo que ir a vivir a casa de su hermana. La mala suerte de Tina aument¨® cuando a su hermana le dieron un piso de protecci¨®n oficial porque su marido le pegaba. Tina cogi¨® su maleta y se fue a la calle. ¡°Yo me vi en la calle con mi hijo menor, y as¨ª no puedo estar¡±, relata la nueva inquilina del inmueble por tel¨¦fono. Estuvo durmiendo cinco noches en la Plaza de la Encarnaci¨®n y unos tres meses en albergues hasta que la hermana de su marido les acogi¨® en su casa.
Fue entonces cuando conocieron al movimiento 15-M de Sevilla y les informaron del plan que ten¨ªan: ocupar un edificio para personas que fueran desahuciadas, estuvieran en riesgo de serlo o tuvieran problemas para encontrar una vivienda.
El edificio de dos plantas ¡°est¨¢ en proceso de ser propiedad de Bankia, aunque ahora mismo pertenece a la sociedad de Inversiones Plaza Nueva 9¡±, seg¨²n inform¨® ayer un portavoz del 15-M. Se termin¨® de construir hace dos a?os, pero hasta hace siete meses el contratista estaba trabajando en ¨¦l. No se lleg¨® a comprar ning¨²n piso ni tampoco se alquil¨® nada, incluidos los bajos, destinados para locales comerciales.
Todo est¨¢ cerrado. Nadie entra ni sale como medida de seguridad, ya que la polic¨ªa vigila la calle desde que la noticia de la ocupaci¨®n se dio a conocer. En el interior est¨¢n algunos miembros de las familias, a la espera de que la situaci¨®n se calme un poco y se aseguren que pueden entrar a vivir el resto de inquilinos. Sin agua ni luz, los vecinos, familiares y miembros del 15-M mantienen la zona vigilada y les dan suministros por los balcones de la primera planta, de los que cuelgan pancartas, cuando se subieron las persianas y los nuevos vecinos se asomaron.
La comunicaci¨®n con las familias que habitan la corrala es complicada. Para hablar con estos s¨²bitos inquilinos solo se puede hacer por tel¨¦fono. Ninguno da su nombre verdadero porque tienen miedo de que la polic¨ªa les fiche, por eso para localizarles tiran por el balc¨®n un papel con dos n¨²meros; uno que pone exterior, y es la persona encargada de explicar por qu¨¦ se hizo la ocupaci¨®n y c¨®mo; y el otro, es un m¨®vil para localizar a los que est¨¢n dentro de las viviendas, as¨ª puedes hablar con las familias y conocer sus historias.
Macu tiene tres hijos, de 11, 9 y 3 a?os. A sus 33 a?os est¨¢ separada y trabaja como limpiadora, su exmarido esta en paro y no percibe ninguna ayuda. Con el sueldo de Macu, 900 euros, no puede mantener a sus hijos y est¨¢ a punto de ser desahuciada. Por eso es otra de las vecinas de la Corrala. ¡°No queremos meternos en ning¨²n sitio por la cara, queremos pagar, pero acorde a lo que podamos¡±, se justifica por tel¨¦fono. Ana, de 23 a?os, est¨¢ parada y no recibe ayuda de ning¨²n tipo, su ¨²nico ingreso es espor¨¢dico, cuando hace alg¨²n trabajo como esteticista. Explica que se ha mudado para darle una vida mejor a su hijo de 15 meses.
¡°Las vecinas reclaman el derecho a la alegr¨ªa. En contraposici¨®n a una ¨¦poca en la que las familias parecen estar viviendo un aut¨¦ntico calvario como consecuencia de la crisis econ¨®mica. Y porque sin alegr¨ªa no se puede vivir¡±, asegura un miembro del 15-M que pide el anonimato. La idea de ocupar un edificio para ¡°realojar¡± a familias que no tienen recursos para adquirir una vivienda de alquiler surgi¨® a finales de mayo. Entonces 32 familias ocuparon un edificio en la calle San L¨¢zaro y a¨²n siguen viviendo, aunque sin agua y sin luz. Lo llamaron la Corrala la Utop¨ªa. Ambas acciones han tenido el apoyo del movimiento 15-M de Sevilla. M¨¢s tarde otras cinco familias ocuparon otro inmueble asesorados por el 15-M. Trabajan en equipo y buscan edificios propiedad de bancos y que no hayan sido vendidos ni alquilados; estudian las posibilidades que tienen para poder vivir; llevan a cabo la ocupaci¨®n, y d¨ªas despu¨¦s dan a conocer la ocupaci¨®n.
Mientras, la situaci¨®n en la Corrala la Alegr¨ªa es complicada: algunos de los pisos no est¨¢n terminados y la tensi¨®n es constante por el miedo a que haya un desalojo por parte de la polic¨ªa.
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