?Nucleares del mar? S¨ª, gracias
El PP descubre las bondades de las desaladoras que tanto atac¨®
La beligerancia del PP valenciano contra las desaladoras hace agua. La oposici¨®n p¨²blica de los populares durante los ¨²ltimos gobiernos socialistas contra estas infraestructuras impulsadas como alternativa al derogado trasvase del Ebro contrasta cada vez con m¨¢s claridad con su aceptaci¨®n real, ante la evidencia del d¨¦ficit h¨ªdrico estructural que sufre sobre todo el sur de la Comunidad Valenciana y que este verano ha agudizado la sequ¨ªa. Con estos mimbres, las ¡°centrales nucleares del mar¡± como las defini¨® el entonces consejero de Territorio, Esteban Gonz¨¢lez Pons, han salvado este verano el suministro h¨ªdrico a Alicante. Las desaladoras Alicante I y Alicante II han funcionado desde julio al 100% para paliar una aver¨ªa en el trasvase Tajo-Segura (un hundimiento impide transportar agua a varias potabilizadoras de la Mancomunidad de Canales del Taibilla) y la sequ¨ªa.
Sin las desaladoras ¡°probablemente habr¨ªa habido problemas de suministro; han sido una buena soluci¨®n¡±, explicaba el lunes en este peri¨®dico el delegado del Gobierno en la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Adolfo Gallardo, en referencia a las desaladoras de San Pedro del Pinatar I y II y a Alicante I y II. Las instalaciones han cubierto el abastecimiento de tres millones de personas en la provincia de Alicante y de Murcia y en meses donde muchos municipios disparan su poblaci¨®n por la llegada de turistas.
Lejos quedan las contundentes declaraciones de distintos dirigentes del PP valenciano contra la desalaci¨®n. La lista es larga. En agosto de 2007, por ejemplo, el entonces portavoz del PP valenciano, David Serra, asegur¨® en respuesta al dato de que las desaladoras abastec¨ªan ya a 320.000 alicantinos: ¡°No queremos agua desalada ni regalada¡±.
Tres a?os m¨¢s tarde, en noviembre de 2010, el entonces consejero de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, Juan Cotino, actual presidente de las Cortes Valencianas, anticip¨® la voluntad del Consell de solicitar al Gobierno socialista que el dinero previsto en los Presupuestos Generales del Estado lo destinara a la terminaci¨®n de otras obras h¨ªdricas de modernizaci¨®n, reutilizaci¨®n y prevenci¨®n de inundaciones.
¡°No queremos agua desalada ni regalada¡±, lleg¨® a decir David Serra
Pero las palabras tambi¨¦n se acompa?aron de hechos. En marzo de 2007, el Consell bloque¨® el acceso de los camiones a la desaladora de Torrevieja, proyectada como la mayor de Europa y que aunque deb¨ªa esta terminada a finales de 2008 todav¨ªa no est¨¢ en funcionamiento. Poco despu¨¦s orden¨® la paralizaci¨®n de los trabajos en la zona por un supuesto impacto negativo en el parque de las Salinas. El conflicto termin¨® dirimi¨¦ndose ante el Tribunal Constitucional, que se pronunci¨® contra la iniciativa del ejecutivo que entonces presid¨ªa Francisco Camps.
No fue hasta noviembre del a?o pasado, ya con el PP en el Gobierno, cuando el Consell de Alberto Fabra otorg¨® los ¨²ltimos permisos necesarios para concluir esta desaladora, con capacidad para producir 80 hect¨®metros c¨²bicos de agua al a?o y en la que se han invertido 300 millones de euros.
El PP valenciano ha sido el que m¨¢s ha tardado en dar su brazo a torcer, en unos a?os, por otra parte, sin sequ¨ªa. Hasta el vecino y aliado natural de Camps, Ram¨®n Luis Valc¨¢rcel, presidente de la Regi¨®n de Murcia, se desmarc¨® a finales de 2007 de la unidad de criterio exhibida hasta entonces y opt¨® por una pol¨ªtica m¨¢s pragm¨¢tica ante su evidente d¨¦ficit h¨ªdrico. Esta diferencia de criterios se evidenci¨® cuando dos altos cargos del Gobierno murciano acompa?aron a una delegaci¨®n europea en su visita a la desaladora de Torrevieja. El Gobierno murciano, dijo uno de sus directivos, ¡°est¨¢ siempre a favor de todo aquello que sean recursos de agua para la regi¨®n¡±.
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