Los deseos y la realidad
"?No quer¨ªan grandes eventos? Pues ah¨ª tienen esta monumental ruina, que es la nuestra"
El consejero de Hacienda de la Generalitat, Jos¨¦ Manuel Vela, ha declarado estos d¨ªas que ¡°ya se empieza a ver el principio del final de la crisis¡±, lo que sin duda habr¨¢ reportado cierto consuelo y hasta alg¨²n alborozo a los m¨¢s cr¨¦dulos y agobiados. En estos tiempos aciagos agradecemos esta suerte de alientos que contribuyen a mitigar la penosa realidad, aunque sea a expensas de disfrazarla con tal de avivar una pizca de esperanza. Tanto m¨¢s si quien emite el referido diagn¨®stico no es uno de esos indocumentados que pululan por el universo pol¨ªtico equipados ¨²nicamente de sus hambres y mediocridad. No es el caso. El referido gobernante cuenta con s¨®lidos cr¨¦ditos acad¨¦micos y no menos s¨®lida experiencia en la gesti¨®n de las finanzas p¨²blicas. Lo cual, todo sea dicho, no impidi¨® que tambi¨¦n ¨¦l confundiese el deseo con la realidad cuando en la primavera pasada anunci¨® que los hispabonos estaban al caer y con ellos llegaba supuestamente el man¨¢. No cayeron. Quiz¨¢ lo dijera, como ahora, a modo de misericordia o de humorada.
Cierto es que en esta ocasi¨®n el referido consejero ha tratado de argumentar su pron¨®stico con unos datos que, cuanto menos, son de una precariedad palmaria. Dice ¨¦l que est¨¢ a punto de enmendarse (?c¨®mo?) la falta de ingresos fiscales que tan duramente aflige esta Administraci¨®n, que la exportaci¨®n animar¨¢ la demanda y que, entre otros futuribles, los millones de euros pagados a los proveedores de la Generalitat se traducir¨¢n en nuevas inversiones en la econom¨ªa valenciana. Lo que sea ser¨¢, y hasta es posible que lluevan ranas peludas. Pero lo que hoy se constata es un panorama muy distinto que en modo alguno avala el menor optimismo. Sin recrearnos en la suerte, basta con anotar algunas pocas cifras auton¨®micas que nos hieren como cilicios: 572.000 parados y casi la mitad no recibe ninguna prestaci¨®n, el 15% de los hogares tiene desempleados a todos sus miembros y el drama no deja de acentuarse. Adem¨¢s, el colapso financiero es tal que el Consell necesitar¨¢ muchos a?os y prodigios para pagar los 27.000 millones largos de euros que debe y que asfixian a sus acreedores. ?No quer¨ªan grandes eventos? Pues ah¨ª tienen esta monumental ruina, que es la nuestra.
As¨ª las cosas, desde la izquierda se clama por la convocatoria anticipada de elecciones como remedio para los males del pa¨ªs, dando por supuesto ¡ªque ya es suponer¡ª la derrota del PP y la viabilidad de sus propias y novedosas recetas para recuperar el pulso econ¨®mico. Unas recetas que, sin desde?ar sus ventajas en punto a la regeneraci¨®n democr¨¢tica y redistribuci¨®n de la pobreza, nos arrostrar¨ªan fatalmente desde la austeridad imperante en estos momentos al ascetismo m¨¢s estricto, a tenor de las exigencias de los mercados y en penitencia por los muchos desvar¨ªos cometidos por la derecha gobernante.
En consecuencia, y a nuestro parecer, se incurrir¨ªa en una nueva confusi¨®n de los deseos con la realidad que, de ser consecuentes con ella, aconseja dejar que el gobierno se acabe cociendo en su salsa, tanto m¨¢s cuando est¨¢ a punto de ser condimentada con los numerosos juicios que se le avecinan por el prevaricador y choricero modo que han practicado muchos de los pol¨ªticos afines. El pu?etero brazo de la justicia no puede seguir mucho m¨¢s tiempo en reposo, o lo que tanto se le parece.
Y una adenda: el pr¨®ximo d¨ªa 15 hay que estar en la ¡°mani¡± de Madrid para tirar de la estaca y contribuir democr¨¢ticamente al cambio. All¨ª nos vemos.
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