¡°Quer¨ªa darle el ¡®tupper¡¯, no tirarlo¡±

Sandra Peralta fue ayer al colegio de su hija, el centro p¨²blico Virgen de Navalazarza de San Agust¨ªn de Guadalix, a pedir que le apuntaran en el sistema de pr¨¦stamo de libros. En la puerta, asegura, le dijeron que no pod¨ªa pasar hasta que se fuera la presidenta. Aguirre inaugur¨® all¨ª el curso.

¡°Me qued¨¦ hablando con los profesores que protestaban en la puerta¡±, explica por la tarde, en una cafeter¨ªa del pueblo. Le dieron un cartel y una tartera. ¡°La idea era entreg¨¢rsela y preguntarle si ella llevar¨ªa a su hijo con un tupper de comida para recalentar al colegio, pero no me dejaron¡±. Peralta, que gritaba a la presidenta mientras dos agentes la Guardia Civil intentaban frenarla, lanz¨® el tupper a Aguirre sin alcanzarla. ¡°Quer¨ªa d¨¢rselo, no tirarlo¡±, dice. Su gesto revent¨® ayer las redes sociales.

Tiene dos hijos, una ni?a de 6 a?os y un chico de 16. Recuerda la escena y repite: ¡°?Qu¨¦ verg¨¹enza, qu¨¦ verg¨¹enza! Me arrepiento de ese impulso¡±. ¡°Entiendo que haya gente que crea que perd¨ª la raz¨®n y se me fue la olla, pero seguro que ellos tienen garantizado el techo. Nosotros vivimos en una situaci¨®n extrema¡±.

Peralta, argentina de 47 a?os, se mud¨® hace 12 a Espa?a con su marido burgal¨¦s, de 58. Explica que ten¨ªa una casa que perdi¨® porque su marido aval¨® ¡°a quien no deb¨ªa¡±. El negocio de empanadillas criollas que montaron tres a?os atr¨¢s en Alcobendas ech¨® la persiana en julio. Se comi¨® todos sus ahorros.

En diciembre perdi¨® su empleo en una f¨¢brica de s¨¢ndwiches. Ingresa 630 euros de paro y 200 de la pensi¨®n de su madre, que vive con ellos y la acompa?¨® ayer al colegio. El alquiler de un adosado a las afueras del municipio asciende a 1.000 euros que completan con ayudas familiares y con ¡°trabajillos¡±.

Ella limpia casas y su marido hace chapuzas de pintura. ¡°No existen ayudas de ning¨²n tipo para parejas mayores, es dif¨ªcil encontrar trabajo¡±, dice. Se le escapan las l¨¢grimas. Este curso ha perdido la beca para los libros de su hija (que la Comunidad cambi¨® por un sistema de pr¨¦stamos) y tampoco recibir¨¢ la de comedor. Seguir¨¢ reclamando ¡°donde haga falta¡± la ayuda. ¡°A los pobres no se les puede apretar as¨ª¡±.