Hagan juego, se?ores
"Alguien tan sensata como Esperanza Aguirre tiene anunciado que si hay que abolir la ley antitabaco, se abolir¨¢ y santas pascuas"
El magnate estadounidense Sheldon Adelson, de profesi¨®n sus casinos, vaticina que su proyecto Eurovegas en Madrid generar¨¢ unos 250.000 empleos, pero no aventura de d¨®nde sacar¨¢n los esquilmados espa?oles el dinero para tener ocupada a tanta gente. Y anuncia, de paso, que ¨¦l invertir¨¢ el 25 % de los costes, mientras que el resto ya pensar¨¢ a qui¨¦n y c¨®mo se lo saca. Bingo. Alguien de buena fe deber¨ªa advertirle que no se le ocurra solicitar asesoramiento a Eduardo Zaplana, Francisco Camps o Santiago Calatrava, por poner tres ejemplos se?eros, no vaya a ser que un a?o despu¨¦s de la inauguraci¨®n la cosa empiece a hacer aguas y resulte necesario demolerlo todo para construir en su lugar un par m¨¢s de aeropuertos con vuelos directos a La Magdalena de Castell¨®n con escala en Lourdes.
Son demasiadas las cosas a decir sobre este turbio asunto como para que nos quepan aqu¨ª todas. Pero cualquiera que haya visto cine negro norteamericano o le¨ªdo alg¨²n libro sobre la mafia estar¨¢ al corriente de la clase de mundo o mundillo que controla la gesti¨®n de los casinos, de manera que cunde la sospecha de que unos cuantos miles de los anunciados puestos de trabajo ser¨¢n eficazmente destinados a esos rufianes de gama alta que tanta gracia nos hacen cuando los vemos en el cine. Quiz¨¢s Mr. Adelson quiera aprovechar el 40 aniversario de la producci¨®n de El Padrino para endosarnos una broma de mal gusto, pero la cosa debe de ir en serio cuando hasta alguien tan sensata como Esperanza Aguirre tiene anunciado que si hay que abolir la ley antitabaco, se abolir¨¢ y santas pascuas, y de confirmarse toda esta barbaridad pronto se abolir¨¢n tambi¨¦n leyes sobre la prostituci¨®n, protocolos exigidos para la posesi¨®n de armas y otras minucias m¨¢s o menos ensangrentadas que pronto convertir¨¢n Madrid y alrededores en una versi¨®n posmoderna de Chicago, a?os 30.
Lo m¨¢s escalofriante de todo, si este desprop¨®sito se consuma, no es ya que en ¨¦l observa una cierta intenci¨®n de salida de la crisis a lo Mariano Rajoy, esto es, fomentar la afici¨®n por el juego de m¨¢s o menos alto estanding a ver si alguien pica el anzuelo y se olvida de la miseria a que nos llevan, sino que se trata de una opci¨®n coherente con la pol¨ªtica econ¨®mica de un gobierno que nos lleva a la ruina colectiva y de la que, en efecto, no hay otra salida que la loto o el casino, lo que viene a ser pr¨¢cticamente lo mismo en la medida en que los propietarios de ambos entretenimientos jam¨¢s pierden un duro. Y acaso hay algo peor. La loto, el casino, el juego, reflejan no el esfuerzo personal para salir de una situaci¨®n precaria sino la confianza exclusiva en la suerte para alcanzar una posici¨®n llevadera. As¨ª que la ludopat¨ªa, y sus consecuencias, lleva camino de convertirse en ¡°la ilusi¨®n de todos los d¨ªas¡± elevada al cubo. Lo veremos.
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