¡°Van a pagar justos por pecadores¡±
El Ayuntamiento de Sabadell aconseja a los chinos cerrar sus comercios a ra¨ªz de que uno de ellos matase a un gitano
Dos hombres de etnia gitana intercambian confidencias en una calle de Sabadell (Vall¨¨s Occidental). ¡°Si les hubiesen dejado entrar y que matasen al chino y a la china...¡±, dice uno de ellos, vestido de negro, con las patillas blancas hasta la barbilla. ¡°Van a pagar justos por pecadores¡±, lamenta su compadre. La noche del jueves, Yubin Ye, de 39 a?os y chino, mat¨®, presuntamente, a cuchilladas a Antonio Cort¨¦s, de 32 y gitano, tras una disputa en el bar que regentaba el primero. Los Mossos d¡¯Esquadra detuvieron a Yubin y a su mujer por el homicidio.
La ciudad ayer esperaba en una tensa calma, mientras los familiares de la v¨ªctima se acercaban en masa a casa del abuelo de este, en el barrio de Can Puiggener, donde se velaba el cuerpo de Antonio, al que se le practic¨® la autopsia con una inusitada rapidez. Hoy a la una est¨¢ previsto que lo entierren.
Y despu¨¦s del entierro, vecinos y polic¨ªa se temen lo peor. El Ayuntamiento de Sabadell ha aconsejado a los establecimientos chinos que cierren unos d¨ªas, hasta que pase la tormenta. Pero la mayor¨ªa continuaban ayer abiertos. ¡°Si cierro, ?c¨®mo pago las cuentas?¡±, razona el propietario de un bazar cercano al bar Bar¨®n, donde se cometi¨® el asesinato.
Todo empez¨® pasadas las ocho de la tarde del jueves. Antonio y dos amigos m¨¢s beb¨ªan en el bar Sanyiss, en la misma calle del Bar¨®n. Iban descamisados, algo ebrios, y cantaban y bailaban, seg¨²n contaron los due?os del local. All¨ª no dieron problemas. ¡°Pero se ve¨ªa venir que algo iba a pasar¡±, explica la propietaria de otro establecimiento, que, como todos los entrevistados, pide el anonimato por temor a represalias.
Antonio pertenece a una amplia y popular familia de Sabadell. En verano ejerc¨ªa de mediador en una piscina municipal y su t¨ªo es un conocido cantaor de la ciudad, Duquende. ¡°Dentro de tres o cuatro a?os hubiese sido patriarca¡±, aventura un gitano.
Tras el Sanyiss pusieron rumbo al Bar¨®n, donde acabaron discutiendo con el due?o. Algunos dicen que Yubin les pidi¨® que dejasen de cantar a todo pulm¨®n; otros, que su mujer les afe¨® que fuesen descamisados; tambi¨¦n cuentan que Yubin se neg¨® a fiarles una ronda... En cualquier caso, la polic¨ªa sostiene que una cuesti¨®n menor desat¨® la pelea, en la que el hombre chino sac¨® un cuchillo y mat¨® a Antonio. Los Mossos blindaron la zona tras el homicidio, ante la llegada masiva de familiares de la v¨ªctima.
Lanzaron piedras contra el local, donde segu¨ªa Yubin, con varios agentes que llegaron al bar. Los Mossos intentaron contener a los familiares de la v¨ªctima. La polic¨ªa incluso acab¨® recibiendo alg¨²n golpe, y los congregados rompieron el escaparate del local. Dos horas despu¨¦s, tras la mediaci¨®n del alcalde de la ciudad, Manel Bustos (PSC), y varios gitanos respetados de la zona, se logr¨® recobrar la calma y los Mossos trasladaron al detenido a la comisar¨ªa, donde sigue con su mujer, a la espera de pasar a disposici¨®n judicial.
Dos coches de la polic¨ªa local controlaban ayer el bar Bar¨®n, protegido con vallas. Tambi¨¦n en el barrio de la v¨ªctima abundaban los agentes de paisano. A las nueve de la noche, se acumulaban en las aceras coches de la familia y conocidos de Antonio, que ten¨ªa tres hijos, y ante la puerta de la casa de su abuelo se concentraba un buen n¨²mero de personas. Seg¨²n varios conocidos, se esperaba tambi¨¦n la llegada de patriarcas catalanes, con la misi¨®n de mediar y evitar la venganza.
¡°En cuanto lo entierren, yo no salgo de mi casa¡±, segu¨ªa ayer la conversaci¨®n entre los dos gitanos en la calle. ¡°En el barrio hay miedo por lo que pueda pasar¡±, coincid¨ªa X. Q., de 21 a?os, que vio c¨®mo se encend¨ªa la zona tras la agresi¨®n. El Bar¨®n ya hab¨ªa sido escenario de alguna trifulca antes. ¡°Cantaban mucho flamenquito, tanto que hasta retumbaban los cristales. Y no todos lo hac¨ªan bien¡±, recuerda un vecino. Algunos dicen que se ve¨ªa venir el fatal desenlace. Otros nunca se lo hubiesen imaginado. Ahora el barrio se prepara para la venganza.
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