?Valenciano y federal?
"La artificiosidad del discurso del PP y la trivialidad del socialista han quedado a¨²n m¨¢s al descubierto con la crisis econ¨®mica"
La Comunidad Valenciana, a diferencia de Catalu?a, nunca ha tenido ning¨²n problema de encaje con Espa?a. Es, sencillamente, Espa?a. Y sin embargo¡ La espa?olidad de los valencianos nunca ha sido tan dominante como para borrar por completo la conciencia de ser diferentes. La historia, la lengua y la cultura, por m¨¢s que se haya hecho por borrarlas del subconsciente colectivo de los valencianos, a¨²n tienen un peso importante. No es gratuito que los partidos pol¨ªticos mayoritarios (PP y PSOE) se acerquen a sus electores con espejuelos que reflejan vaporosos signos identitarios. M¨¢s potentes los de la derecha que, desde la transici¨®n, construy¨® su discurso sobre dos pilares que se muestran todav¨ªa hoy tan firmes como eficaces: El anticatalanismo m¨¢s cerril de toda Espa?a (y la derecha espa?ola ya es de por si anticatalana) y el desprestigio de la izquierda, singularmente de los socialistas, a la que sin ning¨²n fundamento acusan sistem¨¢ticamente de plegarse a los intereses de los catalanes. Si a ello se le une un discurso xen¨®fobo, que establece que todos los que no entienden el valencianismo de acuerdo con la particular versi¨®n de la derecha son antivalencianos, tendremos la trinidad que configura el valencianismo oportunista del PP. Valencianismo lo ha llamado alguien.
La izquierda (el PSOE), con una clara mayor¨ªa en las urnas durante los primeros a?os de la democracia fue incapaz de imponer su relato. Las algaradas callejeras y el terrorismo de baja intensidad contra intelectuales como Joan Fuster y Sanchis Guarner instigado y apoyado desde medios absolutamente reaccionarios y tolerado por el gobierno de la UCD, acoquinaron a los socialistas que prefirieron renunciar a su concepci¨®n del Pa¨ªs Valenciano a cambio de paz social. Consiguieron lo segundo; en parte, no del todo, pero su deserci¨®n de lo primero todav¨ªa lo est¨¢n pagando. Lo que era una cuesti¨®n t¨¢ctica se convirti¨® en estrat¨¦gica. La cesi¨®n ante la derecha llev¨® aparejada la renuncia a tener un proyecto propio. El PSPV ha ido resign¨¢ndose a ser una terminal del PSOE sin ninguna autonom¨ªa pol¨ªtica. No es extra?o que las encuestas le se?alen sistem¨¢ticamente como el partido que menos defiende los intereses de los valencianos.
La artificiosidad del discurso del PP y la trivialidad del socialista han quedado a¨²n m¨¢s al descubierto con la crisis econ¨®mica. Por decirlo en palabras de Josep Ramoneda: ¡°Los proyectos pol¨ªticos han deca¨ªdo o se han camuflado en la sumisi¨®n de la pol¨ªtica a los designios de la ortodoxia econ¨®mica¡±. Designios que en el caso espa?ol vienen establecidos desde los pa¨ªses de la Europa del norte y en el valenciano, de Madrid; tanto da que sea el Gobierno o la direcci¨®n federal del PSOE. El an¨¢lisis de Ramoneda concluye: ¡°Nadie osa explicar el futuro de Espa?a o de la sociedad que debe salir de la crisis. Derecha e izquierda se escudan en el d¨ªa a d¨ªa, para evitar el verdadero debate pol¨ªtico¡±. Los partidos mayoritarios ni antes de la crisis ni ahora han explicado cu¨¢l es su proyecto para la Comunidad Valenciano. Y los minoritarios tampoco es que se hayan tomado muchas molestias en darlo a conocer. Tampoco nadie se ha tomado la molestia en reclam¨¢rselo.
Probablemente este sea el momento para revisar el sistema de organizaci¨®n territorial del Estado
Pero los espejuelos siguen brillando en la oscuridad. Apenas reflejan luz porque los discursos pseudoreivindicativos son todav¨ªa de menor intensidad que en el pasado. Al PP, por boca del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se le escucha muy en sordina reclamar una mejor financiaci¨®n auton¨®mica. Exigencia que tambi¨¦n forma parte del argumentario del secretario general del PSPV. Ximo Puig a?ade, adem¨¢s, una t¨ªmida demanda a favor del federalismo como forma de organizaci¨®n del Estado; pero no va m¨¢s all¨¢ de una formulaci¨®n gen¨¦rica. Y es una l¨¢stima porque es probable que sea la Comunidad Valenciana el punto desde el que se podr¨ªa articular con fuerza un discurso federalista. Dos hist¨®ricos socialistas, los profesores Joaqu¨ªn Azagra y Joan Romero, en su libro Desde la orilla izquierda, reivindicaron el modelo federal, no sin constatar con un pesimismo realista la ausencia de discurso pol¨ªtico. Otro hist¨®rico del PSPV, Antonio Garc¨ªa Miralles, (ahora tan olvidado por su propio partido) expres¨® su deseo de avanzar hacia un "federalismo asim¨¦trico temporal" que Europa acabar¨ªa por corregir con una pol¨ªtica fiscal unitaria. Desde entonces nadie con autoridad en el seno del socialismo valenciano ha vuelto a hablar del modelo federal en serio.
Y probablemente este sea el momento m¨¢s adecuado para poner sobre la mesa la revisi¨®n del actual sistema de organizaci¨®n territorial del Estado. Ante el agotamiento del modelo auton¨®mico, que tanto ha contribuido a la mejora del bienestar de los ciudadanos, est¨¢n surgiendo dos grandes corrientes antit¨¦ticas: la recentralizaci¨®n que defiende el sector m¨¢s duro del PP y la UPyD de Rosa D¨ªez que aspira a una reforma completa del t¨ªtulo octavo de la Constituci¨®n y la l¨ªnea soberanista mayoritaria en el Pa¨ªs Vasco y, con total seguridad, en Catalu?a desde el 11 de septiembre. Frente a este choque de trenes, personas tan poco sospechosas como Rodolfo Mart¨ªn Villa apuestan por la v¨ªa federal como una v¨ªa de superaci¨®n del actual Estado de las autonom¨ªas y un freno al soberanismo. Lo que est¨¢ por ver es si no se ha llegado demasiado tarde.
En un art¨ªculo publicado en EL PA?S el pasado d¨ªa 14, el profesor Santiago Petschen defend¨ªa un ¡°federalismo ut¨®pico¡±. Una Espa?a federal formada por cuatro unidades: la castellana, la catalana, la vasca y la gallega. La Comunidad Valenciana no figuraba. O tal vez s¨ª: Dentro de la Espa?a castellana. ?Es este el futuro que quieren el PSPV, Comprom¨ªs y Esquerra Unida (sobre lo que quieren el PP y UPyD hay pocas dudas) para los valencianos? ?Se puede ser valenciano y federal o, como en la boutade de P¨ªo Baroja sobre el pensamiento navarro: ¡°Si lo primero, ?c¨®mo lo segundo?¡±, tambi¨¦n van a ser t¨¦rminos excluyentes?
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