Borbolla, orgullo de Monte Alto
Un club de una pe?a del Liceo llega a la m¨¢xima categor¨ªa del hockey femenino
Hace unos d¨ªas los responsables del Club Pat¨ªn Voltreg¨¢, un hist¨®rico del hockey mundial, comenzaron a preparar el desplazamiento de su equipo femenino a A Coru?a. Sab¨ªan que all¨ª les espera a final de mes un rival llamado Borbolla, un debutante del que apenas ten¨ªan referencias no ya deportivas sino en cuanto a ubicaci¨®n. Consiguieron un tel¨¦fono de contacto y llamaron para solventar sus dudas: ¡°?Borbolla es un barrio o un pueblo pr¨®ximo a la ciudad?¡±.
Borbolla era un bar que tom¨® el apellido de su due?o all¨¢ en los setenta, un bar de barrio, de la calle Arenal, en las profundidades de un barrio donde chinorros y chorbitos siempre tienen el buah, neno en la boca. Borbolla es Monte Alto. En ese entorno germin¨® la pasi¨®n por el hockey cuando el Liceo eclosion¨® en los a?os ochenta. ¡°El local estaba decorado con posters de equipos de f¨²tbol, pero en la parte de atr¨¢s habilitamos la sede de una pe?a lice¨ªsta. Quer¨ªamos vivir los partidos en el Palacio de otra manera, hacer desplazamientos a Oviedo o a Alcobendas¡±, recuerda Armando S¨¢nchez, hoy presidente ya no de la pe?a sino del club, porque el Borbolla ya no es un bar, ni siquiera una agrupaci¨®n de seguidores del Liceo sino un equipo que en ocasiones compite y supera al club por el que naci¨®, un proyecto de cantera con la suficiente ambici¨®n para no desde?ar la ¨¦lite: hace dos campa?as logr¨® colocar a su equipo masculino senior en Primera Nacional y el pr¨®ximo viernes se estrenar¨¢ en la OK Liga femenina tras conformar una idea impulsada hace poco m¨¢s de un a?o por la ¨¢rbitro internacional Teresa Mart¨ªnez que quer¨ªa dar continuidad a un grupo de chicas que quer¨ªan seguir jugando en edad senior y al tiempo ofrecer una referencia para las ni?as se interesaran por su deporte. ¡°La diferencia sustancial entre el Borbolla y el resto de equipos estriba en que en nuestro club se dan las mismas oportunidades y se trata igual a una ni?a que a un ni?o, al equipo femenino que al masculino¡±, apunta Carlos Parga, t¨¦cnico de las chicas, de un equipo en el que cuatro jugadoras est¨¢n todav¨ªa en edad juvenil y la m¨¢s veterana no ha cumplido los 23. ¡°Es justo ahora, cuando vamos a empezar, el momento en el que al equipo le est¨¢ entrando un v¨¦rtigo bestial por el salto que vamos a dar, pero queremos hacernos fuertes sobre todo en nuestra pista y estoy seguro de que conseguiremos que la visita de nuestros rivales a Monte Alto no sea una experiencia agradable ni placentera¡±, explica.
En esa cancha est¨¢ el origen del salto del Borbolla de pe?a a club. Algo ten¨ªan en la cabeza, reconoce Armando S¨¢nchez. Pero intuyeron que el momento hab¨ªa llegado cuando Augusto C¨¦sar Lendoiro, durante el tiempo que fue secretario general para o Deporte en una de las Xuntas de Manuel Fraga, inaugur¨® el polideportivo del barrio. ¡°Hace ya 20 a?os¡ Quisimos formar un equipillo y buscamos ni?os por todo el barrio, el pabell¨®n ni siquiera ten¨ªa vallas para jugar al hockey y comenzaron haciendo patinaje. ?ramos una pe?a del Liceo, pero nosotros nunca le pedimos nada¡±.
Por el camino Borbolla cerr¨® el bar, el Deportivo reemplaz¨® al Liceo en la atenci¨®n de muchos coru?eses y los pe?istas de Monte Alto, los que de verdad se engancharon con el deporte del stick decidieron que hab¨ªa que vivirlo de otra manera. ¡°Ha sido una evoluci¨®n natural¡±, resta importancia S¨¢nchez. ¡°En realidad se trata de un encaje de bolillos¡±, diagnostica Carlos Parga, un luchador en las catacumbas del hockey que ayud¨® a impulsarlo en el Raxoi compostelano o en una experiencia fallida en el barrio coru?¨¦s de Elvi?a, experiencia que le mostr¨® que no es sencillo entrar en los colegios y ofrecer una actividad extraescolar para que los peque?os practiquen un deporte. Con todo, no reniega y ah¨ª sigue ¡ª¡°bajando al fango para intentar que seamos visibles¡±, asegura¡ª, tratando de tejer acuerdos con las asociaciones de padres de alumnos de los centros de Monte Alto en una disciplina que permite equipos mixtos hasta categor¨ªa juvenil y en la que mantener la llama viva a determinadas edades y niveles es una heroicidad.
Con el ascenso, las chicas, que cursan estudios superiores o en el instituto, tendr¨¢n diez partidos en Catalu?a, uno en Gij¨®n, otro en Madrid y el que jugaran en Vigo contra el Traviesas, que ha tomado el puesto de su hermano Vigo Stick, colista y descendido la pasada campa?a. Ninguna cobra por jugar. ¡°S¨¦ que en diciembre lo tendremos fastidiado cuando lleguen los ex¨¢menes¡±, asume Parga. En el club hacen n¨²meros para poder salvar econ¨®micamente esta temporada, pero tambi¨¦n anhelan que el sue?o no tenga fin. Y le restan importancia a que la campa?a pasada sus chicas superaran en la pista a las del Liceo, como si un hijo venciera a un padre.
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