Una pol¨ªtica m¨¢s fragmentada en Euskadi

Las diferencias entre Euskadi y Catalu?a en lo que a los deseos de independencia se refiere no se limitan a ser sociales o hist¨®ricas. Tambi¨¦n son pol¨ªticas. La unidad que el Parlamento catal¨¢n ha evidenciado en la defensa de casi todo lo referente a su identidad brilla por su ausencia en el caso vasco, donde los partidos se decantan m¨¢s por marcar diferencias con los adversarios. Se pudo comprobar en la pasada d¨¦cada y se puede refrendar en la actualidad.

La amplia mayor¨ªa con la que la C¨¢mara catalana aprob¨® la propuesta de un nuevo Estatut, pese a la poda posterior por del Constitucional, contrasta con la pol¨¦mica que en el Parlamento vasco motiv¨® hace dos legislaturas el plan Ibarretxe, que sali¨® adelante gracias a la mayor¨ªa de que entonces disfrutaban las formaciones nacionalistas y al que el Congreso cerr¨® luego el paso radicalmente.

El escenario no ha cambiado en exceso. La manifestaci¨®n del pasado martes evidenci¨® la unidad de casi toda la clase pol¨ªtica catalana en torno a la reivindicaci¨®n de la independencia, opci¨®n por la que no solo se decanta el electorado nacionalista, sino tambi¨¦n buena parte del PSC.

En Euskadi es algo impensable. A la oposici¨®n frontal del PP se sumar¨ªa el rechazo de un PSE que dista de los populares, pero tambi¨¦n de sus compa?eros catalanes. Ni siquiera los nacionalistas est¨¢n unidos y a¨²n a d¨ªa de hoy, pese al cese del terrorismo y el distanciamiento de la izquierda abertzale de ETA, parece inviable una apuesta conjunta de PNV y Bildu por la soberan¨ªa. Los primeros son partidarios de ¡°m¨¢s autogobierno¡± y un nuevo estatus para 2015; los segundos plantean la ruptura con el escenario actual.

Las diferencias nacionalistas han quedado ya marcadas durante esta precampa?a electoral. Mientras el PNV aboga por modular el concepto de soberan¨ªa, consciente de una realidad marcada por la crisis, la izquierda abertzale defiende una ¡°declaraci¨®n unilateral de independencia¡± si el Gobierno central mantiene ¡°su cerraz¨®n al abordar el conflicto pol¨ªtico¡± vasco. Por ello, movilizaciones masivas como la celebrada en Barcelona resultan imposibles en Euskadi.