M¨¢s que una orquesta sinf¨®nica
Capella de Ministrers cumple 25 a?os en torno a ocho siglos de legado musical
¡°En la m¨²sica antigua trabajamos en torno a 800 a?os de historia musical, m¨¢s a?os de repertorio que una orquesta sinf¨®nica, que puede abarcar 300 a?os¡±, constata con orgullo el violagambista valenciano Carles Magraner, l¨ªder de la Capella de Ministrers. La pr¨®xima semana celebrar¨¢ en directo sus 25 a?os de trabajo en torno a esa m¨²sica, antigua, medieval, barroca. Ferran Adri¨¤ considera que son ¡°un orgullo para Valencia¡± y que son artistas que hacen avanzar la cultura, porque ¡°tienen un proyecto y tienen pasi¨®n¡±. Para el chef catal¨¢n, que colabor¨® en la edici¨®n del ¨²ltimo ¨¢lbum en torno a un g¨¦nero conocido como ensalada, son ¡°gente muy creativa, por la manera innovadora que tienen de enfocar su trabajo¡±.
Sorprendentemente, sigue siendo ¡°un grupo freelance sin consolidaci¨®n ni a nivel de espacio ni a nivel econ¨®mico¡±, lamenta sin acritud su fundador. ¡°Todav¨ªa tenemos que pelearnos por espacios para poder ensayar¡±. El apoyo de la Universitat de Val¨¨ncia y del Institut de la M¨²sica les ha librado del desamparo institucional absoluto, pero al percusionista Pau Ballester, que se incorpor¨® tempranamente a la Capella, le parece ¡°incre¨ªble que en 25 a?os ninguna entidad p¨²blica la haya adoptado en residencia¡±. A?os productivos, por lo dem¨¢s, con m¨¢s de 1.000 conciertos por todo el mundo y 43 discos y el reconocimiento a la excelencia de un trabajo que ha implicado a dos centenares de m¨²sicos, am¨¦n de artistas y profesionales de otras disciplinas, como Mario Vargas Llosa, Bigas Luna, Fernando Delgado, o Juli Leal. ¡°Como conciertos memorables, a lo mejor esperas que diga el de la catedral de St. Patrick en Nueva York¡±, ironiza Pau Ballester, ¡°pero recuerdo especialmente algunos menos deslumbrantes como el corral de Almagro o en una sala del castillo de Eivissa, donde la relaci¨®n con el p¨²blico es m¨¢s ¨ªntima¡±.
¡°Un plato de caliente¡±. Ese fue literalmente el pago a los m¨²sicos dirigidos por Magraner en su primer concierto. Fue en el Juan Sebastian Bach, pub de moda alojado en un palacete del siglo XVII de Valencia. ?Y el nombre? ¡°Capella era un nombre hist¨®rico con el que nos sent¨ªamos identificados, simplemente una colla de m¨²sicos que trabajaban contratados por mecenas, reyes o, cabildos¡±. Alimentados por el af¨¢n de descubrir el barroco valenciano, dos a?os despu¨¦s se embarcaron, ¡°animados por Vicent Ros y Llu¨ªs Miquel Campos¡±, en su debut discogr¨¢fico, M¨²sica barroca valenciana. El disco se llev¨® el premio del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas por la contribuci¨®n ¡°al mejor conocimiento y difusi¨®n del Patrimonio Musical Espa?ol¡±. Fue, adem¨¢s, asegura, ¡°la primera producci¨®n espa?ola de m¨²sica cl¨¢sica totalmente digital¡±. Con el segundo ¨¢lbum, sobre el Can?oner del Duc de Cal¨¤bria, la Capella abund¨® en la l¨ªnea de difusi¨®n del ¡°patrimonio musical valenciano¡±, que mantendr¨ªa en el tercero, una selecci¨®n de Mat¨ªas Navarro, maestro catedralicio de Orihuela en el XVII.
Amante del cine, Magraner apela a Woody Allen para justificar la inusual productividad discogr¨¢fica de la Capella, con una media de dos discos anuales desde mediados los noventa. Un paso decisivo fue generar un sello propio, para impulsar ¡°las producciones que art¨ªsticamente puedes defender¡±, sin sentirse ¡°frenado por depender de multinacionales o de terceras personas¡±. La Capella ha creado un estilo propio que se ha trabajado ¡°en contacto con otras disciplinas, la multidisciplinariedad tambi¨¦n crea estilo¡±.
"Cuando estudiaba, dec¨ªan
La materia prima b¨¢sica es el patrimonio hist¨®rico ¡°interminable¡± de la Corona de Arag¨®n, rico no solo en lo musical, explica, ¡°que ya son mucho Cabanilles o Martin i Soler, sino por la posibilidad de asociarlo a fen¨®menos literarios como Tirant lo Blanc o Ausi¨¤s March, o pict¨®ricos, como el proyecto M¨²sica ang¨¦lica, inspirado en los ¨¢ngeles m¨²sicos descubiertos en la Catedral de Valencia, pintados al fresco a finales del XV. Cuando Magraner estudiaba Historia de la M¨²sica, al llegar al siglo XV se dec¨ªa que en Valencia no exist¨ªa m¨²sica¡±. Le parec¨ªa incre¨ªble y su empe?o ha sido ¡°recuperar ese siglo de oro valenciano, aunque la m¨²sica no se hiciera exactamente aqu¨ª, sino en Avi?¨®n, en la corte del Papa Luna, en Roma o en N¨¢poles¡±. Investigadores como Mari Carmen G¨®mez Muntan¨¦, una colaboradora clave de la Capella, han hecho estudios sobre ello en los ¨²ltimos a?os y el grupo valenciano ha podido producir ¡°media docena de discos de m¨²sica del siglo XV vinculada a Valencia¡±.
Su materia prima es
En el ¨¢lbum M¨²sica en temps de Jaume I (2008) inclu¨ªan piezas andalus¨ªes del siglo XII, pero el r¨¦cord de antig¨¹edad lo baten en el disco del 25? aniversario con el Epitafi de Seikilos, una composici¨®n griega datada antes de Cristo. La interpretar¨¢n el pr¨®ximo jueves en La Nau de la Universitat de Val¨¨ncia junto con el resto del ¨¢lbum, titulado El cicle de la vida, y al lado de una exposici¨®n asociada al aniversario, que re¨²ne obras ad hoc de las fot¨®grafas Isabel Mu?oz y Flor Gardu?o y las artistas pl¨¢sticas Carmen Calvo y Eva Lootz. ¡°La Capella tiene un sello inconfundible¡±, asegura Beatrice Traver, historiadora, music¨®loga y comisaria de la muestra. ¡°Hemos tratado de extrapolar su concepto de m¨²sica antigua al discurso del arte contempor¨¢neo¡±, explica, acorde con el deseo de acercarse a nuevos p¨²blicos.
?Antig¨¹edad e innovaci¨®n?
Lo de ¡°antigua¡± puede alejar al oyente moderno. La pregunta es pertinente: ?se puede ser creativo e innovador hablando de m¨²sica antigua? ¡°Podr¨ªamos estar hablando horas de eso¡±, se sonr¨ªe Carles Magraner, que prepara una tesis doctoral ¡°sobre c¨®mo el int¨¦rprete aborda la m¨²sica antigua, qu¨¦ hay de historia y qu¨¦ de creatividad¡±. Y no hay duda: en la m¨²sica antigua ¡°cabe la creatividad y la innovaci¨®n¡±, pero ¡°no vale cualquier cosa¡±. Hay unos ¡°pilares b¨¢sicos¡±, explica Magraner, que sostienen esa relaci¨®n y que son el conocimiento de esa materia prima con tantos siglos de historia, la preparaci¨®n t¨¦cnica para abordar el repertorio antiguo, tanto desde un punto de vista musicol¨®gico como de t¨¦cnica instrumental, y disponer de las herramientas adecuadas, los instrumentos de ¨¦poca.
Conviene conocer para qu¨¦ serv¨ªa cada m¨²sica, si se trataba de un funeral, de bailar en palacio o de un peregrinaje. Y despu¨¦s de conjugar todo eso, ¡°haces un poco como traductor de una obra literaria¡±.
Hay que ¡°adaptarlo al lenguaje contempor¨¢neo y presentarlo a un p¨²blico muy distante de esa realidad¡±. Es ah¨ª donde el int¨¦rprete echa mano de otras herramientas para hacerlo atractivo. Magraner siempre piensa ¡°de una manera muy cinematogr¨¢fica¡±, porque ¡°los discos, los conciertos son como pel¨ªculas¡±. El percusionista Pau Ballester, que tambi¨¦n es miembro del Grup Amores, situado en la aparentemente distante orilla de la m¨²sica contempor¨¢nea, tiene claro que ¡°esta y la m¨²sica antigua est¨¢n m¨¢s cerca de lo que parece¡± y que en ambas la creatividad es fundamental, ¡°m¨¢s que en la que se hizo desde el barroco hasta principios del siglo XX¡±.
Para Ferran Adri¨¤, que no podr¨¢ estar en el concierto aniversario de la Capella por estar en Jap¨®n, ¡°la m¨²sica que interpretan puede ser totalmente de vanguardia para un oyente profano, tanto como la cocina tradicional japonesa para un occidental que desconoce sus secretos¡±.
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