Gracias, pero vuelvo a Godella

Ignacio Pinazo (1849-1916) se encontraba en la cresta de la ola de su proyecci¨®n p¨²blica. Hab¨ªa pintado los retratos de Alfonso XIII y de otras importantes personalidades del Estado. Su nombre estaba en boga en el Madrid de principios del siglo XX. Pero el pintor valenciano prefer¨ªa navegar por las aguas tranquilas de su pueblo y cambi¨® de rumbo. Volvi¨® a su Godella, a la casa en la que pint¨® buena parte de los cuadros que le granjearon su prestigio como uno de los m¨¢s importantes pintores de finales del siglo XIX y principios del XX.

¡°La verdad es que era un rompedor, no era un conformista y no solo con su pintura¡±, comenta su biznieto, el arquitecto Jos¨¦ Ignacio Casar, que vive en la misma morada en la que su abuelo hac¨ªa de modelo para el gran pintor de contundente pincelada y notable fuerza expresiva, cuyo naturalismo se acercaba a la abstracci¨®n a trav¨¦s de la est¨¦tica de lo inacabado.

No es que rechazara los encargos de las familias m¨¢s pudientes, pues Pinazo pint¨® a diversos miembros de la nobleza y la alta burgues¨ªa valenciana, sino que le gustaba vivir a su aire, con las servidumbres justas. De car¨¢cter meditabundo y un tanto introvertido, no explot¨® su virtuosismo como f¨¢cil reclamo comercial.

Todo ello no fue obst¨¢culo para que su obra obtuviera un amplio reconocimiento en su ¨¦poca. Hasta el premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente escribi¨® una carta para apoyar la candidatura de Pinazo a la Medalla de Honor de la Exposici¨®n de Bellas Artes que conced¨ªa el Gobierno. Distinci¨®n que gan¨® en 1912 por aplastante mayor¨ªa, lo que fue celebrado con mucho ruido en Valencia y Godella.

As¨ª lo explica su mujer, Teresa Mart¨ªnez Monfort, en una carta que envi¨® al pintor que se hallaba entonces en Madrid: ¡°(...) Nos fuimos a misa y a la salida (...) fue la gran traca. Estaba toda la calle de la Paz y la plaza de la Reina a la puerta del C¨ªrculo y dentro lleno de gente, la fachada llena de flores y follaje y en medio un medall¨®n grande, todo hecho de flor que dec¨ªa: ¡®Medalla de Honor a Ignacio Pinazo¡¯; la m¨²sica... no te puedes imaginar la alegr¨ªa que hab¨ªa por toda Valencia, en todas las tiendas y caf¨¦s se hablaba de lo mismo (...)¡±.

La carta se exhibe hasta el pr¨®ximo domingo (abierta de jueves a viernes y mi¨¦rcoles tarde) en el Centre d¡¯Art Villa Eugenia de Godella, dentro de la exposici¨®n Ignacio Pinazo. Centenari de la medalla d¡¯Honor. La muestra propone un ¡°recorrido gr¨¢fico por la vida del pintor, contextualiz¨¢ndola en la Godella que conoci¨® Pinazo¡±, explica su comisaria, Eva Teixidor. Los fondos proceden de la familia y de la Casa Museo custodiada por Jos¨¦ Ignacio Casar, responsable adem¨¢s de la rehabilitaci¨®n del espl¨¦ndido centro cultural emplazado a los pies de una ermita.

Organizada por el Ayuntamiento de la localidad de L¡¯Horta Nord, con la colaboraci¨®n del Taller d¡¯Hist¨°ria Local de Godella, la exposici¨®n cuenta con el dise?o gr¨¢fico de Vicente Lucas y re¨²ne interesante material fotogr¨¢fico sobre la vida de Pinazo. Tambi¨¦n se recogen im¨¢genes del artista preparando la composici¨®n de sus cuadros o del momento en que se bautiz¨® una calle de Godella con el nombre de Pinazo, que en uno de los paneles de la exposici¨®n, dice: ¡°Los elogios no me alegran, pero (tampoco) me disgustan. Casi temo m¨¢s los elogios que los peque?os disgustos. Las grandes alegr¨ªas y los grandes disgustos me cansan, me ahogan como el mucho fr¨ªo. Y el calor me asfixia¡±.