La huelga menos general de todas

No hubo huelga general ayer, en Euskadi. En el escenario m¨¢s propicio para el descontento social por el aumento del paro, la subida del IVA, los recortes y la inquietud creciente, los sindicatos nacionalistas y EH Bildu apenas lograron una respuesta ligeramente superior al 20%. Como se preve¨ªa, la excepci¨®n a la floja respuesta fue Gipuzkoa, y resulta significativa la elevada repercusi¨®n en la ense?anza, quiz¨¢ como un toque de atenci¨®n desde este sector al Gobierno vasco.

Por encima de las interpretaciones num¨¦ricas siempre interesadas, el dato sobre la ca¨ªda del consumo el¨¦ctrico es com¨²nmente aceptado como fotograf¨ªa de situaci¨®n en estas movilizaciones. As¨ª las cosas, ayer se registr¨® un descenso aproximado del 22 % en este consumo de electricidad cuando en la huelga anterior, convocada el pasado mes de marzo de manera conjunta, se lleg¨® hasta el 45%.

Multitudinaria respuesta a las manifestaciones en las tres capitales

Gobierno y patronal vascos, muy cr¨ªticos con esta nueva denuncia en la calle de los sindicatos nacionalistas, se apresuraron a subrayar el fracaso aportando datos de las respectivas empresas y sectores productivos. En su conjunto, el paro alcanz¨® una repercusi¨®n media del 20 %, que se fue por encima del 40 % en Gipuzkoa, pero que apenas lleg¨® al 9 % en ?lava, mientras en Bizkaia se aporta el dato del 17 %. En la movilizaci¨®n del pasado 29 de marzo contra la reforma laboral, las mismas fuentes hablaron de un seguimiento del 60 %. Cualquier ¨ªndice comparativo entre ambas huelgas deja en muy mal lugar a la de ayer, en la que, sin embargo, se sucedieron frecuentes incidentes a lo largo de la ma?ana, con el resultado de varios contusionados e imputados durante enfrentamientos entre huelguistas y ertzainas, con especial relevancia en Bilbao, Vitoria y Ordu?a (Bizkaia). El conductor de un autob¨²s urbano en Bilbao fue trasladado al hospital porque ten¨ªa cristales en un ojo despu¨¦s de que los huelguistas rompieran de una pedrada la luna del veh¨ªculo.

Desde Interior, el viceconsejero, Miguel Buen, entiende que ¡°algunos piquetes han sido muy agresivos¡±. Un escenario habitual para la confrontaci¨®n es la apertura de El Corte Ingl¨¦s, en Bilbao. Si estos grandes almacenes funcionan, la normalidad se apodera de la huelga. De entrada, hubo prudencia con la persiana a media altura y posteriormente, todo abierto al p¨²blico. La escena se repiti¨® en otros c¨¦ntricos establecimientos de la capital vizca¨ªna que recuperaron r¨¢pidamente la normalidad una vez que los piquetes se alejaron.

Los trabajadores, en cambio, exhibieron la multitudinaria respuesta a sus manifestaciones en las tres capitales para reforzar las razones de su exigencia de una pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s equitativa. Desde luego, se niegan a hablar de ¡°fracaso¡± porque consideran que ha habido un seguimiento ¡°amplio¡± ya que el muestreo realizado entre 530 importantes empresas del Pa¨ªs Vasco concluye que en el 56,09 % de ellas han secundado la huelga m¨¢s del 70 % de su plantilla.

En Gipuzkoa, la escena fue muy distinta como era previsible. La confluencia de intereses entre los sindicatos nacionalistas y EH Bildu fue total, empezando por las principales instituciones p¨²blicas, en manos de la coalici¨®n abertzale que aprovech¨® la ocasi¨®n para exhibir su apuesta por nuevas v¨ªas econ¨®micas a partir de la soberan¨ªa, aunque el territorio mantuvo una alta actividad. Adegi, la patronal guipuzcoana, subray¨®, de hecho, que ¡°la mayor¨ªa de los trabajadores est¨¢n trabajando en esta jornada de huelga¡± que tuvo un seguimiento ¡°desigual¡± en funci¨®n de los sectores ¡ªalto en la industria¡ª y las comarcas ¡ªla mayor, en Tolosaldea, y la menor, en Donostialdea¡ª.

En el balance empresarial surge la idea compartida de que ¡°esta huelga no va a servir de nada¡±, como expres¨® Adegi. Confebask, adem¨¢s, aprovech¨® el ¡°fracaso¡± del paro para ahondar en ¡°la creciente divergencia que existe entre los sindicatos convocantes y el conjunto de los trabajadores vascos¡±. Para la patronal vasca, los convocantes deber¨ªan reflexionar sobre la utilidad de una estrategia que ¡°toma a la empresa como centro de una protesta que lejos de aportar reactivaci¨®n y empleo a nuestra econom¨ªa se empe?a en perjudicarla, precisamente cuando m¨¢s da?o nos hace a todos¡±.