Una Barcelona en 3D

A trav¨¦s de un solo plano-secuencia de m¨¢s de una hora y cuarto de duraci¨®n, Manuel Huerga quiere rendir homenaje a su ciudad recorri¨¦ndola de arriba abajo durante un a?o con una c¨¢mara que capta la imagen en tres dimensiones. Y no cualquier a?o, sino este de 2012, en el que se han acumulado los acontecimientos. Si filma la Via Laietana lo hace precisamente el 11 de septiembre, la Diada, cuando se produce la mayor manifestaci¨®n de la historia de Barcelona. Y otro tanto se puede decir de la plaza de Catalunya, donde se encuentran instalados a los colectivos del 15-M. En el Camp Nou parece que siempre jueguen el Bar?a contra el Real Madrid, y en el Liceo que representen Aida.

La idea de esta pel¨ªcula viene de lejos, concretamente de cuando Huerga dirigi¨® las ceremonias de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992. ¡°Le plante¨¦ al alcalde Pasqual Maragall la posibilidad de hacer un documental sobre Barcelona en sistema IMAX, pero era muy caro de producir, creo que costaba 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros), raz¨®n suficiente para que no saliera adelante¡±. Pero la idea sigui¨® bailando en la cabeza del director de Ant¨¢rtida, hasta el punto de que, finalmente, ahora se ha materializado, adaptada a los nuevos soportes, como el del 3D.

Piensa Huerga que la llegada del 3D supone para el cine una ruptura similar a la que produjo la incorporaci¨®n del sonido. ¡°Hay que hacer marcha atr¨¢s y volver a replantearse todo el modelo, algo que, ciertamente, no han hecho la mayor¨ªa de las pel¨ªculas que se presentan ahora en 3D, que son pel¨ªculas normales adaptadas al este sistema¡±, asegura.

Para esta pel¨ªcula, de realizaci¨®n compleja y que exige una gran maestr¨ªa t¨¦cnica, Huerga se ha rodeado de un equipo t¨¦cnico de gran experiencia: el estereoscopista Jordi Brausuela, que ya trabaj¨® en Viaje m¨¢gico a ?frica, de Jordi Llompart, y del especialista en posproducci¨®n Sergio Ochoa, que viene de trabajar en la ¨²ltima entrega de Las aventuras de Asterix y en El Hobbit, de Peter Jackson.

La t¨¦cnica del plano-secuencia empujar¨¢ al espectador a deslizarse, como subido en una c¨¢mara volante, por la ciudad. Para poder empalmar cada una de las secuencias reales, de modo que se tenga la sensaci¨®n de continuidad espacio-tiempo, cada toma exige una milim¨¦trica preparaci¨®n previa, que incluye una entrada y una salida.

La pel¨ªcula no estar¨¢ totalmente exenta de ficci¨®n; una serie de personajes ir¨¢n pespunteando la narraci¨®n a modo de hilos conductores que subrayar¨¢n determinados aspectos de la vida de la ciudad.