Espa?olizar
El nacionalismo es una forma de depresi¨®n m¨¢s o menos profunda, que nace de una carencia
Vaya por delante que el asunto de las identidades nacionales y sus atributos me trae sin cuidado. Si nuestro paso por este mundo tuviera un fin m¨¢s o menos sensato a nadie se le ocurrir¨ªa ir por la vida de nacionalista extreme?o, finland¨¦s o de La Pobla de Farnals. Pero como esto es un misterio, hay gente que necesita consagrar su existencia a ser de un determinado lugar. Conozco a personas educadas y con estudios que est¨¢n convencidas de que tiene m¨¢s m¨¦rito haber nacido en Vilanova i la Geltr¨² que ser de Albacete, por poner un ejemplo. A m¨ª ese tipo de sentimientos me parece incompatible no ya con la teor¨ªa de la relatividad, sino simplemente con tumbarse una noche de verano en la playa a mirar las estrellas. Clavar los ojos en el firmamento exige una altura de miras incompatible con las fronteras, los himnos locales, el folclore aut¨®ctono, los trajes regionales o los platos t¨ªpicos. Comprendo que la incertidumbre de no saber de d¨®nde venimos ni ad¨®nde vamos puede llegar a ser un incordio. Pero qu¨¦ quieren que les diga. Me parece que hay otras maneras de resolver los problemas existenciales. Est¨¢ el ajedrez, por ejemplo, la novela negra o la guitarra ac¨²stica, claro que para eso se necesita cierta vaguedad po¨¦tica.
Ya ven que de patriota no tengo mucho futuro. Como gallega de Pontevedra soy un completo desastre, ni siquiera estuve este a?o en el preg¨®n de las fiestas y eso que lo le¨ªa mi hermano Xabi. Como valenciana de adopci¨®n, no doy el pego. Como espa?ola dejo bastante que desear y como europea, tira que te va. Pese a todo esto me pasa lo que a muchos de ustedes. Que escucho al ministro de Educaci¨®n hablar de espa?olizar a los ni?os catalanes y me dan ganas de echarme al monte enarbolando una senyera.
A estas alturas nadie duda que lo que est¨¢ pasando en Catalu?a es el resultado directo del recurso de inconstitucionalidad al Estatut presentado por el PP. ?Pero qu¨¦ esperaban? ?Que las catalanas se vistieran de peineta y mantilla espa?ola como Maria Dolores de Cospedal? Por el amor de Dios. Miren, en otra transici¨®n hist¨®rica crucial, reci¨¦n estrenada la Rep¨²blica, Francesc Maci¨¤ proclam¨® la rep¨²blica independiente de su casa. Pues bien el presidente del Gobierno a la saz¨®n, don Manuel Aza?a, no tard¨® ni 24 horas en viajar a Catalu?a y no cej¨® hasta solucionar el problema, con tacto, mano izquierda y esp¨ªritu democr¨¢tico. Al final unos y otros acabaron reconociendo que hab¨ªa demasiados lazos hist¨®ricos, econ¨®micos y sentimentales comunes como para darse la espalda. Pero ese era Aza?a, un intelectual castellano, un patriota espa?ol de los pies a la cabeza, y por encima de todo, un hombre de Estado. El se?or Rajoy, en cambio, va camino de pasar a la posteridad como el presidente que hundi¨® al pa¨ªs en la miseria, demoli¨® el Estado de derecho y provoc¨® la mayor crisis secesionista de nuestra Historia.
Todos sabemos que el nacionalismo es una forma de depresi¨®n m¨¢s o menos profunda, que nace de una carencia. De ah¨ª viene aquello de ¡°Es espa?ol el que no puede ser otra cosa¡±. Est¨¢ claro que todos echamos de menos algo: la casa donde jugamos de cr¨ªos, unos patines viejos, el libro donde aprendimos a leer, una colecci¨®n de indios y vaqueros¡ Pero la patria no existe. Es un invento. Lo que existe es el lugar donde alguna vez fuimos felices. Personalmente me fastidia un rato que el ministro de educaci¨®n, la Generalitat, la polic¨ªa o Mar¨ªa Sant¨ªsima venga a meter las narices en ese lugar.
As¨ª que se?or Wert, si necesita emociones fuertes, ded¨ªquese a practicar Ala Delta. Si us plau.
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