Euskadi se abre a un nuevo ciclo
Las urnas propiciar¨¢n una mayor¨ªa nacionalista y es posible otra de izquierdas Sin ETA, un doble objetivo: salir de la crisis y un marco para la identidad vasca
En Euskadi, desde esta noche, ya nada ser¨¢ igual. Un a?o y un d¨ªa despu¨¦s de que ETA fuera derrotada por el rechazo social y propiciara el actual escenario de paz, m¨¢s de 1,7 millones de vascos deciden entre todas las opciones democr¨¢ticas posibles en qui¨¦n conf¨ªan para salir de una crisis que empieza a erosionar el bienestar social y, a su vez, y cu¨¢l es el camino m¨¢s factible posible en el que asentar el modelo de autogobierno.
? Doble mayor¨ªa. Todas las encuestas, con el grado de fiabilidad que se les quiera adjudicar, coinciden en prever dos mayor¨ªas como proyecci¨®n de voto en la jornada electoral de hoy, en el Pa¨ªs Vasco. La irrupci¨®n, por fin, de una izquierda abertzale que ha decidido aislarse de la comprensi¨®n del terrorismo y abrazar las v¨ªas pol¨ªticas como cauce de su aspiraci¨®n soberanista, garantiza una holgada mayor¨ªa nacionalista con un previsible triunfo del PNV. A su vez, EH Bildu se garantiza otra presumible mayor¨ªa ideol¨®gica desde posiciones de izquierda con los esca?os que aporten el PSE-EE, hasta ahora en el poder del Gobierno vasco, y opciones m¨¢s residuales como Ezker Anitza y EB, que libran su particular duelo de identidad y resistencia.
Parad¨®jicamente, ninguna de ambas mayor¨ªas propicia un escenario de gobierno alternativo. El PNV se resiste a un acuerdo con EH Bildu, a pesar de constituir la opci¨®n m¨¢s deseada por la sociedad vasca, a enorme distancia de un hipot¨¦tico acuerdo entre nacionalistas y socialistas.
A su vez, la configuraci¨®n de un bloque mayoritario de izquierdas tampoco es garant¨ªa de gobierno porque el PSE-EE entiende que los radicales no han cubierto el recorrido democr¨¢tico m¨ªnimamente exigible despu¨¦s de su sometimiento al terrorismo de ETA. Eso s¨ª, la coincidencia program¨¢tica en valores de izquierda como la reforma fiscal podr¨ªa reflejarse abiertamente en una acci¨®n compartida la pr¨®xima legislatura, como ya ha ocurrido en las Juntas Generales de Gipuzkoa.
PNV, favorito en Bizkaia, y EH Bildu, en Gipuzkoa, aspiran a ganar ?lava
? La participaci¨®n. Partidos como PSE-EE y PP temen que una fuerte abstenci¨®n, adem¨¢s en un d¨ªa meteorol¨®gicamente adverso, pulverice sus expectativas electorales. Cada uno de estos dos partidos constitucionalistas que han sostenido hasta mayo el pacto por el cambio en Euskadi durante tres a?os necesitan sacar a los suyos de sus casas. Los socialistas disponen de una desbordada bolsa de descre¨ªdos, acumulada durante las dos anteriores elecciones, a quienes ahora quieren atraer mediante un discurso totalmente ideologizado, en el que oponen su apuesta socialdem¨®crata frente a los recortes de la derecha, identificada con el Gobierno Rajoy. Mientras, los populares, huidizos al m¨¢ximo en el debate econ¨®mico que les desgasta desde Madrid, conf¨ªan en que su reiterado discurso sobre los efectos tremendistas del soberanismo evite la fuga del voto ¨²til hacia el PNV, sobre todo en esos c¨ªrculos nada ideologizados que temen por el poder real de EH Bildu.
Bien es cierto que solo PSE-EE y PP temen por la abstenci¨®n. La fidelidad de los simpatizantes abertzales supone una garant¨ªa para EH Bildu y en un porcentaje similar de confianza, tambi¨¦n lo espera el PNV de su amplio espectro electoral.
? ?lava, a decidir. El territorio m¨¢s peque?o de Euskadi, el exponente del foralismo que se ha ido incorporando con los a?os al sentimiento auton¨®mico, aquel donde con menos de seis mil votos se consigue un esca?o, ser¨¢ capaz de despejar m¨¢s de una inc¨®gnita en la fotograf¨ªa de situaci¨®n del nuevo mapa pol¨ªtico vasco. La polarizaci¨®n del voto entre los dos grandes bloques, nacionalistas y constitucionalistas, alarga la indefinici¨®n de la suerte final, a la que, adem¨¢s, contribuir¨¢ la presencia de peque?as formaciones con fundadas expectativas para entrar en el posible reparto de esca?os, como es el caso de UPyD.
Los datos de ?lava se antojan un contrapeso para las fuerzas mayoritarias. En el caso de PSE y PP porque vendr¨ªan a aliviar unas perspectivas de voto menos favorables en los otros dos territorios, aunque contraen la responsabilidad de examinar el tir¨®n del lehendakari, Patxi L¨®pez desde el lado socialista, y valorar el impacto real que en la acci¨®n de gobierno de los populares en Diputaci¨®n y Ayuntamiento de Vitoria tienen los recortes presupuestarios. Para los nacionalistas, en cambio, es una cuesti¨®n de orgullo. Quien gane en ?lava dominar¨¢ en dos de los tres territorios, habida cuenta de que nadie discute la superioridad del PNV en Bizkaia y de EH Bildu, en Gipuzkoa.
La participaci¨®n, una de las claves para la suerte final de PSE y PP
? A votar en paz. Las elecciones de hoy son in¨¦ditas en Euskadi: se celebran en paz. Despu¨¦s de demasiados a?os de sufrimiento, la violencia tan macabra deja su paso alentador a una convivencia todav¨ªa incipiente. Pero la sociedad asume que ya no hay marcha atr¨¢s en la apuesta un¨¢nime por las v¨ªas pol¨ªticas, aunque sigue pendiente la adecuaci¨®n de un relato que impida borrar de la memoria el duro tr¨¢nsito hacia la paz.
El intencionado olvido durante la campa?a de referencias expresas a ETA proyecta algo m¨¢s que un estado de ¨¢nimo de los partidos ya que refleja la progresiva normalizaci¨®n de la vida pol¨ªtica por encima de las diferentes ideol¨®gicas. Posiblemente la coincidencia de la jornada de reflexi¨®n de ayer con el aniversario del anuncio del cese de la actividad de la banda terrorista ha impedido una justa valoraci¨®n de la metamorfosis vivida en este pa¨ªs que tanto ha sufrido durante d¨¦cadas. Pero, a cambio, allana la incorporaci¨®n de todas las sensibilidades ideol¨®gicas a la v¨ªa institucional, posiblemente cuando m¨¢s se necesita del consenso mayoritario para dar salida a las principales inquietudes que la sociedad reconoce y que sit¨²an a la crisis econ¨®mica como epicentro.
As¨ª las cosas, resulta hasta extra?o predecir que la jornada electoral de este 21-O en el Pa¨ªs Vasco tiene garantizada de antemano la normalidad. Cada ciudadano votar¨¢, por fin, libremente en unas auton¨®micas sin recibir presi¨®n alguna cuando se acerque a su colegio electoral. Atr¨¢s quedar¨¢n aquellos pat¨¦ticos episodios de radicalismo amenazante que se han ido sucediendo mientras ETA entend¨ªa la violencia como ¨²nica alternativa y la izquierda abertzale sufr¨ªa la ilegalizaci¨®n por resistirse a las v¨ªas pol¨ªticas. Euskadi, por tanto, se dispone a abrir, con el resultado de las urnas, un nuevo ciclo en el marco influyente de una situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica que jam¨¢s han coincidido.
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