Oportunidades de la sociedad catalana
Catalu?a es una sociedad compleja y los problemas de las sociedades complejas no tienen soluciones simples
Se puede postular que la sociedad catalana ha tenido sus mejores oportunidades con el pacto y la transacci¨®n. Y en un mundo global, la interacci¨®n significa inteligencia. Incluso en esta crisis econ¨®mica, hay opciones de inteligencia para cuestiones como la financiaci¨®n auton¨®mica, sin que haga falta una incitaci¨®n secesionista que significar¨ªa, al menos transitoriamente, incertidumbre e inestabilidad. Consensuar, negociar, sumar y no restar, esas han sido generalmente las mejores oportunidades para lo que es, ser¨¢ y fue Catalu?a.
Un caso hist¨®rico fue la actuaci¨®n de la sociedad catalana en la dial¨¦ctica y capacidad de presi¨®n en Madrid para que se legislase el arancel que proteg¨ªa la industria textil de Catalu?a, que impon¨ªa cautelas proteccionistas frente al librecambio. Uno puede especular sobre aquel enfrentamiento entre proteccionismo y librecambio, pero el hecho es que la operaci¨®n catalana tuvo ¨¦xito. Fue un acierto estrat¨¦gico. Signific¨® prosperidad y reafirm¨® el tejido industrial catal¨¢n, del mismo modo que ahora el tejido de la econom¨ªa productiva basada en la peque?a y mediana empresa va a encabezar la salida de la crisis econ¨®mica actual.
Otro caso es la aparici¨®n de la Lliga acabando por conquistar el espacio de la derecha din¨¢stica al irse hundiendo el legado del canovismo. Fue un momento en que las actitudes de modernizaci¨®n pol¨ªtica que represent¨® la Lliga conectaban con el regeneracionismo de la vida p¨²blica que Maura propon¨ªa con vigor para toda Espa?a. En la Mancomunitat de Catalu?a queda la huella de lo mejor de Prat de la Riba, el sentido de construir, de trabajar con lo que hay y no con la sentimentalidad quim¨¦rica. Por contraste, v¨¦anse las irresponsabilidades de Llu¨ªs Companys. Es una disyuntiva que pudiera reactualizarse: el paradigma Prat de la Riba en un mundo de sinergias o el rupturismo de Companys.
En una sociedad que vive un abstencionismo pol¨ªtico en aumento, toda aventura institucional incrementa los riesgos c¨ªvicos. Aparece un lenguaje deteriorado, se van erosionando aquellos conceptos sobre los que exist¨ªa un entendimiento colectivo. Por ejemplo: es de un inusitado confusionismo la invocaci¨®n a la legitimidad democr¨¢tica que se pretende inferir de la manifestaci¨®n del 11 de septiembre como una oleada de emocionalidad popular que sobrepasa el valor de la legalidad. En momento de tanto caos sem¨¢ntico es un riesgo a?adido poner entre par¨¦ntesis la realidad de una Catalu?a en la que existen muy diversos modos de concebir la defensa de los intereses generales, las distintas contribuciones a la idea del bien com¨²n en Catalu?a. Nada m¨¢s erosivo para el pluralismo que la invitaci¨®n a un pensamiento ¨²nico. Ahora mismo, en el espacio medi¨¢tico, es constatable la desproporci¨®n entre la omnipresencia de la postura proindependentista frente a los argumentos no independentistas.
La propia contraposici¨®n, cada vez m¨¢s trasladada a la vida cotidiana, entre independentismo y la vigencia constitucional pudiera acabar con la ruptura de algo, en nada beneficioso para la sociedad porque Catalu?a es una sociedad compleja y los problemas de las sociedades complejas no tienen soluciones simples ni definitivas. El nacionalismo lleva un tiempo hablando de l¨ªneas rojas y, al mismo tiempo, va m¨¢s all¨¢ de otras l¨ªneas rojas, como ha hecho el consejero de Interior, Felip Puig. Al ciudadano perplejo hay que ofrecerle un respiro para que pueda cerciorarse de lo que significan las palabras y las propuestas para el voto.
Las estrategias maximalistas casi nunca han beneficiado a la sociedad catalana y por lo general han provocado una insatisfacci¨®n que retroalimentaba el victimismo. La ciudadan¨ªa va a encontrarse en medio de una campa?a electoral que ofertar¨¢ un caos de significados. Pero nacionalistas y no nacionalistas podr¨ªan todav¨ªa dirimir sus distancias sin entrar en un cierto lenguaje del amigo contra enemigo. Toda sociedad es a la vez di¨¢logo y conflicto. Inmiscuir la sospecha rec¨ªproca truca el di¨¢logo. Qu¨¦ lecci¨®n de vida p¨²blica ser¨ªa lograr que la inminente campa?a electoral fuese una conversaci¨®n en la plaza, de todos y para todos.
Valent¨ª Puig es escritor.
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