Bienvenidos a la distop¨ªa

El tercer sector no solo es la forma organizativa que responde mejor a las consecuencias de la crisis, sino que, a la vez, es un actor estrat¨¦gico en la superaci¨®n de la crisis actual en sus aspectos societarios y de valores.

Estamos inmersos, todos y todas, en una situaci¨®n que identifico como distop¨ªa, o tambi¨¦n como antiutop¨ªa. Si Mar¨ªa Zambrano, en su libro El saber del alma defin¨ªa la utop¨ªa como: ¡°Un estado en que la racionalidad est¨¢ impregnada de esperanza, una situaci¨®n en la que se piensa que un mundo mejor es posible¡±, la distop¨ªa es la situaci¨®n que combina la irracionalidad y la desesperanza. Vivimos en una situaci¨®n de distop¨ªa y desesperanza en nuestro pa¨ªs, tal como pasa en otros pa¨ªses de la Europa mediterr¨¢nea en este momento.

Nos encontramos ante unas pol¨ªticas p¨²blicas irracionales y ante una situaci¨®n de desesperanza por la ausencia de valores humanistas. Vivimos una situaci¨®n de irracionalidad cuando se contin¨²an manteniendo unas pol¨ªticas econ¨®micas y sociales que la realidad ha negado, y niega su eficacia al conseguir desarrollo econ¨®mico y social. Solo la resistencia al cambio, la poca humildad para reconocer los errores y la voluntad de solo servir a las ¨¦lites econ¨®micas y financieras explican que se mantengan unas pol¨ªticas econ¨®micas nefastas para la cohesi¨®n social y el crecimiento econ¨®mico.

Lo que hunde a pa¨ªses

Por un lado, hablamos de irracionalidad cuando se pretende fortalecer el pa¨ªs y no se da prioridad a las pol¨ªticas de cohesi¨®n social y la lucha contra la pobreza y la exclusi¨®n social. No dar prioridad a las pol¨ªticas de cohesi¨®n social significa ampliar la vulnerabilidad de nuestra sociedad, y la fragilidad de sus componentes. Nuestra sociedad se est¨¢ rompiendo por el sufrimiento de cada vez m¨¢s personas que caen en el vac¨ªo de la exclusi¨®n social.

Por otro lado, hablamos de desesperanza, porque no se conf¨ªa en las personas y en su empoderamiento. Desesperanza, tambi¨¦n, porque sabiendo que la crisis ha sido producida en buena parte por las desigualdades sociales, y la quiebra de los valores sociales, todav¨ªa la apropiaci¨®n de dinero, riqueza y condici¨®n econ¨®mica son los valores que predominan.

Desesperanza, porque a las personas no se las pone en el norte de las pol¨ªticas europeas. Por la ausencia de representaci¨®n de los intereses de nuestros sectores m¨¢s vulnerables en las mesas de decisi¨®n de la Uni¨®n Europea. Y tambi¨¦n porque la mayor parte de los Gobiernos son d¨¦biles con el capital financiero y los poderosos, y mientras que son duros e, incluso desp¨®ticos, hacia los derechos sociales conseguidos por los m¨¢s d¨¦biles.

No nos enga?amos: este estado de distop¨ªa que hunde a las sociedades y a los pa¨ªses no lo provoca la crisis, sino la manera como se afronta esta crisis, y en especial, la carencia de alternativas ampliamente mayoritarias por un futuro mejor.

Por todo esto, pienso que las entidades del tercer sector somos, en su conjunto, un actor cada vez m¨¢s referente en la exigencia de la centralidad de las pol¨ªticas de cohesi¨®n, y en la exigencia de su despliegue. El tercer sector somos un elemento de racionalidad y de esperanza, y de transmutaci¨®n de valores, no para gestionar la crisis social, sino para hacernos fuertes en la adversidad y establecer el escenario de un futuro de m¨¢s grande progreso social, econ¨®mico y democr¨¢tico.

Muchas entidades del tercer sector se hacen eco de las personas m¨¢s excluidas, de las m¨¢s pobres. Sin el Tercer Sector estos importantes sectores sociales no podr¨ªan hacer valer sus demandas y sus reclamaciones. En este sentido, un tercer sector somos la garant¨ªa de que se tengan en cuenta los intereses y la perspectiva de los sectores m¨¢s vulnerables. El tercer sector social aporta los valores de convivencia, colaboraci¨®n, civismo y compromiso social que son b¨¢sicos para construir un escenario poscrisis.

?ngels Guiteras i Mestres es presidenta de la Mesa del Tercer Sector Social.