Un amargo ¡®Cafeambllet¡¯
La condena a la revista por atentar contra el honor de Josep Maria Via pone en riesgo su futuro
Tras un a?o de sacudidas medi¨¢ticas, los tribunales ya han dictado una primera sentencia relacionada con los esc¨¢ndalos en la sanidad catalana. Quien espere que la justicia haya puesto un poco de luz en el c¨²mulo de sobrecostes, cobros y adjudicaciones irregulares se llevar¨¢, sin embargo, una may¨²scula decepci¨®n. La sentencia va en otro sentido. Condena a la revista Cafeambllet, una de las m¨¢s beligerantes en favor de la transparencia y en contra de la corrupci¨®n, a resarcir con 10.000 euros al alto cargo sanitario Josep Maria Via, cuyo honor vulner¨® al acusarle de ser parte de un grupo de gestores que se han enriquecido a ¡°costa de hundir la sanidad catalana¡±.
El fallo judicial llega en un momento sensible para un sector que hace solo un a?o ¡ªaunque ard¨ªa contra los recortes¡ª era un pl¨¢cido oasis en materia de corrupci¨®n. La situaci¨®n ha dado un giro copernicano en solo 12 meses, en el que una sucesi¨®n de esc¨¢ndalos han roto la dura costra bajo la que se ocultaba la putidrez. Es imposible resumir aqu¨ª la totalidad de lo revelado hasta ahora ¡ªaccesible en la edici¨®n digital de EL PA?S¡ª, pero baste destacar que personas que han ocupado cargos de poder como la direcci¨®n del CatSalut, la presidencia del ICS, directivos del Consorcio de Salud y Social de Catalu?a (CSC) e incluso el presidente de la Comisi¨®n de Salud en el Parlament ¡ªCarles Mant¨¦, Josep Prat, Ramon Bag¨® y Xavier Crespo, para citar los m¨¢s relevantes¡ª se han visto envueltos en casos en los que ha quedado acreditado un laxo cumplimiento de la ley y un elevado amor por el dinero p¨²blico. En total, entre 100 y 200 millones de fondos de la sanidad p¨²blica han pasado en menos de una d¨¦cada por las manos de esta vor¨¢gine de irregularidades.
Y, sin embargo, pese a que algunos casos se remontan hasta 1994, nadie cuestionaba la limpieza da la sanidad catalana hace un a?o. El contraste con la situaci¨®n actual es evidente: un juzgado indaga los sobrecostes y pagos sospechosos del hospital de Sant Pau; otro ha imputado a Prat y Mant¨¦ por cobros irregulares en Reus; la fiscal¨ªa trata de aclarar el desastre de Innova; Badalona intenta limpiar su hospital de las trampas del CSC y Bag¨®; la fiscal¨ªa del Tribunal de Cuentas revisa el oculto informe Crespo...
El fenecido remanso de paz se sustentaba en un consenso entre CiU y PSC, unidos en una defensa ac¨¦rrima del sacralizado modelo sanitario catal¨¢n. No es este el lugar de valorar las bondades o problemas de este modelo, pero lo que a estas alturas ha quedado en evidencia es que con esta pax sanitaria ambas formaciones se habr¨ªan regalado un terreno virgen en el que repartirse ¨¢reas de influencia. Tambi¨¦n lo es que avispados y bien relacionados gestores-empresarios encontraron v¨ªa libre para vivir un agosto sin fin.
En este coto cerrado, con una densa mara?a de intereses y favores cruzados, el propio sistema se mostr¨® incapaz de autodepurarse de elementos indeseables y demasiado opaco para que fueran otros los que hicieran el trabajo. La sumisi¨®n de la Sindicatura de Cuentas frente a los partidos en el caso Crespo cobra as¨ª pleno sentido e incluso para la fiscal¨ªa deb¨ªa ser dif¨ªcil navegar en estas circunstancias.
El resultado de todo ello ha sido un rotundo fracaso de los ¨®rganos de control que deb¨ªan mantener limpia de irregularidades la sanidad catalana, un papel que han acabado por intentar llevar a cabo otros actores: partidos de nuevo cu?o como la CUP en Reus, trabajadores en Sant Pau, investigaciones period¨ªsticas, entidades sociales... Son ellos los que han destapado los casos ahora en los juzgados.
Es en este contexto en el que la condena a Cafeambllet, admitiendo que pudo cometer un exceso o un error, deja un regusto amargo. Porque la revista ¡ªla primera que destap¨® el caso Bag¨®¡ª ha sido uno de esos actores que han suplido el fracaso de quienes deb¨ªan velar por el bien com¨²n. La historia tambi¨¦n deja el mal sabor de boca de ver a una justicia tan veloz y eficaz cuando toca fallar contra los d¨¦biles como pusil¨¢nime y torpe cuando toca hacerlo contra los poderosos. Porque, despu¨¦s de todo, Cafeambllet es una revista local cuya redacci¨®n est¨¢ en el sal¨®n del hogar de sus editores y a la que 10.000 euros llevan al borde del abismo.
Para terminar, tres detalles relevantes sobre la condena a Cafeambllet. Primero: Francisco Jos¨¦ Mar¨ªa, el abogado al que Via ha recurrido para derrotar judicialmente a Cafeambllet, era el secretario del CSC en los consejos de administraci¨®n que adjudicaron contratos millonarios a Bag¨® en Badalona, unos contratos cuya legalidad cuestiona ahora la investigaci¨®n en marcha. Segundo: Via ha anunciado que donar¨¢ los 10.000 euros que reciba de Cafeambllet a la Corporaci¨®n de Salut del Maresme y La Selva, cuyos actuales directivos encubrieron las irregularidades del caso Crespo. Tercero: Via ha sido y es compa?ero de Bag¨® y Mant¨¦ en los consejos de administraci¨®n de empresas filiales del CSC sin que ni la entidad ni los propios interesados hayan criticado o se hayan posicionado ante las graves irregularidades destapadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.