?Responsables?

Todas las empresas del IBEX 35, incluidas los bancos, publican un informe anual Responsabilidad Social (RSE) en el que dan cuenta de las acciones que emprenden de manera voluntaria para contribuir a un desarrollo m¨¢s sostenible del pa¨ªs en el que estas ejercen su actividad; aunque, en realidad, una mayor¨ªa de ellas se limiten m¨¢s bien a informar de ello de manera indirecta, dificultando mucho la valoraci¨®n de tales avances.

Lo que hay detr¨¢s de la estrategia de RSE propiciada por diversos organismos internacionales, y muy particularmente, por la Uni¨®n Europea, no es otra cosa que persuadir a las grandes empresas para que incorporen en el seno de su estrategia un compromiso real y efectivo con todas las partes interesadas en su actividad: accionistas, trabajadores, consumidores, clientes y proveedores, medio ambiente y poderes p¨²blicos; y no solo con la primera de ellas.

Seg¨²n la doctrina elaborada por la Comisi¨®n Europea (CE), de acuerdo con el Comit¨¦ Econ¨®mico y Social Europeo (CEES), una empresa socialmente responsable es aquella que contribuye al empleo cuando tiene beneficios, se preocupa de la formaci¨®n y la empleabilidad de sus trabajadores, persigue un alto grado de equidad salarial y de g¨¦nero, invierte en innovaci¨®n y en tecnolog¨ªas sostenibles, entabla lazos de lealtad y consideraci¨®n con sus clientes, y exige a sus proveedores pulcritud en el cumplimiento de las normas y acuerdos internacionales en materia laboral y medioambiental. Lo que quiere decir que la identificaci¨®n que se produce a menudo entre t¨¦rminos como ¨¦tica o filantrop¨ªa, y RSE, no solo es totalmente equivocada, sino que desvirt¨²a, desde la ra¨ªz, el concepto mismo de responsabilidad.

"Si las empresas solo deben perseguir el beneficio econ¨®mico, las dificultades de encarar los riesgos futuros ser¨¢n mucho mayores"

Pero quiz¨¢ uno de los aspectos de la RSE que m¨¢s ha subrayado la CE en estos ¨²ltimos a?os ha sido la necesidad de cooperaci¨®n de las grandes empresas con el sector p¨²blico para la consecuci¨®n de los objetivos de inter¨¦s general definidos por los sucesivos gobiernos democr¨¢ticos, ¨²nicos legitimados para ello. En un mundo tan globalizado, competitivo y complejo, los estados nacionales se encuentran cada vez m¨¢s incapacitados por s¨ª solos para lograr un alto nivel de empleo y un crecimiento compatible con la necesaria cohesi¨®n social. Si las empresas solo deben perseguir el beneficio econ¨®mico y rendir cuentas ante sus accionistas (cuando las cosas van bien, claro est¨¢), las dificultades de encarar los riesgos futuros para la sociedad en su conjunto ser¨¢n sin duda mucho mayores.

Naturalmente, todav¨ªa hay empresarios, y muchos economistas, que esbozan una media sonrisa cuando se habla de este asunto, por considerar se trata de una est¨²pida ingenuidad condenada al fracaso, pero si los bancos espa?oles que elaboran tan vistosas y exhaustivas memorias de RSE, se comportaran de manera realmente responsable en estos tiempos de crisis, no solo hubieran debido exigir austeridad a sus directivos, sino ser tambi¨¦n los primeros interesados en evitar esa verg¨¹enza moral para la Humanidad que son los desahucios de sus propios clientes, cuyo ¨²nico pecado fue el de confiar alguna vez en ellos. Y no har¨ªa falta esperar a que cambie la ley. Bastar¨ªa con que cambiaran su irresponsable comportamiento.