La madre de Antonio Me?o: ¡°Ya se ha acabado todo¡±
Los padres de Antonio Me?o, fallecido tras permanecer 23 a?os en coma por una negligencia m¨¦dica, afrontan su nueva vida sin su hijo
Antonio Me?o Ortega cumpli¨® 44 a?os el pasado 20 de agosto. Los ¨²ltimos 23 de su vida los pas¨® postrado en una cama, en coma vegetativo, tras una negligencia m¨¦dica en una rinoplastia fallida. Falleci¨® el pasado domingo en el hospital de M¨®stoles. El lunes, familiares, amigos y vecinos del barrio, lo enterraron. Ayer, su madre, Juana Ortega, ped¨ªa moviendo las manos que quitasen sus cosas del cuarto en el que lo ha cuidado d¨ªa y noche durante tantos a?os: ¡°?Quitadme eso de ah¨ª, que me vuelvo loca!¡±.
La septuagenaria Juana Ortega ha dedicado, junto a su marido, cada minuto de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas al cuidado de su hijo y a pelear legalmente para que se reconociesen los errores m¨¦dicos que dejaron al entonces joven Me?o incapacitado. ¡°Ya se ha acabado todo esto¡±, concluye Juana hundida en el sof¨¢ de su casa. Las noches en vela, la esperanza de que un d¨ªa su hijo tuviese una milagrosa recuperaci¨®n o las fiestas familiares con sus tres nietos a las que nunca pod¨ªa asistir. ¡°Se acab¨®¡±, zanja la mujer con una mueca mientras su tel¨¦fono m¨®vil sigue sonando.
En julio de 2011 la familia, tras cinco a?os de batalla judicial, lleg¨® a un acuerdo con las aseguradoras de la cl¨ªnica responsable de la negligencia y recibi¨® una indemnizaci¨®n de 1.075.000 euros. ¡°Yo creo que Antonio se ha esperado a que todo se solucionase, que no quer¨ªa morirse antes para no parar el proceso¡±, dice muy convencida Juana en el sal¨®n de su casa. Su marido, Antonio Me?o padre, est¨¢ sentado en penumbra en una mesa camilla y apenas abre la boca. No puede hablar, dice su mujer. Los hermanos del fallecido, los hijos de Juana, se mueven sigilosos por la casa vestidos de negro y de vez en cuando abrazan a su madre. Ella atiende las continuas llamadas al tel¨¦fono y de vez en cuando deja escapar una l¨¢grima: ¡°Se estaba viendo que se mor¨ªa, pero los padres nunca queremos esperar que sea el final, no lo queremos ver¡±.
Antonio Me?o llevaba dos semanas con fiebre muy alta. Hab¨ªa dejado de comer y su estado era muy malo. Se estaba muriendo, Tanto, que lo ingresaron en el hospital de su ciudad, M¨®stoles, el pasado viernes. Dos d¨ªas despu¨¦s, falleci¨®. No saben si a causa de una infecci¨®n o una neumon¨ªa. Hoy reciben el informe definitivo del centro sanitario.
¡°En el fondo siempre quise que muriese antes que yo para que no se quedase solo tras mi muerte, desvalido¡±, reconoce Juana, que vivi¨® junto a su marido y su hijo enfermo en una tienda de campa?a en la plaza de Jacinto Benavente durante casi dos a?os enteros para llamar la atenci¨®n sobre su caso. Una peripecia que comenz¨® con una sentencia favorable por negligencia y que condenaba a la cl¨ªnica Nuestra Se?ora de Am¨¦rica a pagar a la familia Me?o con m¨¢s de un mill¨®n de euros. M¨¢s tarde, la sentencia se torn¨® favorable a la cl¨ªnica y en 2008 el Supremo confirm¨® la absoluci¨®n al centro m¨¦dico y orden¨® a la familia Me?o pagar 400.000 euros de costas. Al no poder afrontar el pago de ese importe, reciben una notificaci¨®n de embargo de su piso, algo que no lleg¨® a ejecutarse.
El caso dio un vuelco cuando Ignacio Frade, uno de los cirujanos que hab¨ªa presenciado la operaci¨®n de Antonio Me?o y ajeno a la situaci¨®n por la que atravesaba la familia, pas¨® por delante de la tienda instalada frente al ministerio de Justicia, se inform¨® de lo sucedido y se ofreci¨® a declarar.
Al final, la familia acept¨® un pacto extrajudicial. ¡°Si segu¨ªa en la batalla iba a ser ya solo por el dinero, adem¨¢s de que si perd¨ªamos nos pod¨ªamos encontrar de nuevo en la calle¡±, razona Juana Ortega, que califica el dinero que percibieron de ¡°amargo¡±.
En el barrio, su hijo Antonio era un chico popular. Al entierro acudieron cientos de vecinos. Algunos de ellos eran los que jugaban al f¨²tbol con ¨¦l cuando era un adolescente. O a quienes atend¨ªa en la fruter¨ªa que ten¨ªa su padre entonces muy cerca de su casa y donde ahora hay instalado un estudio de tatuaje. ¡°Fue su novia la que lo convenci¨® de que se operase la nariz, f¨ªjese que cosas tiene el destino¡±, se lamenta moviendo la cabeza uno de esos vecinos, que confiesa su convicci¨®n de que la muerte de Me?o ¡°es un alivio en el fondo para la familia¡±.
¡°Me ha sorprendido el apoyo de todo el barrio, han venido hasta a casa gente a dar el p¨¦same¡±, comenta Juana, que recuerda que los vecinos m¨¢s cercanos se despertaban de madrugada escuchando los gritos ¡°espantosos¡± de su hijo y ¡°jam¨¢s dijeron que les molestase nada¡±.
Juana Ortega se plantea ahora dedicar su tiempo a trabajar para una asociaci¨®n de afectados por negligencias m¨¦dicas y sentencias judiciales adversas. ¡°Ahora ya no puedo negarme porque no tengo tiempo y me lo estoy pensando¡±, revela la mujer.
23 a?os de lucha
- 3 de julio de 1989. Antonio Me?o, de 21 a?os, se somete a una rinoplastia de la que sale en coma vigil, en estado vegetativo.
- 1993. Un juzgado de primera instancia condena al anestesista que realiz¨® la intervenci¨®n a indemnizar a la familia con 1.050.000 euros.
- 1998. La Audiencia Provincial anula la sentencia y absuelve al anestesista.
- 2008. El Tribunal Supremo confirma la absoluci¨®n y condena a la familia Me?o a pagar 400.000 euros por gastos judiciales. La familia llega a recibir una notificaci¨®n del embargo de su piso al no poder afrontar el pago de la indemnizaci¨®n.
- Junio de 2009. Los Me?o se echan a la calle. Se instalan en una tienda de campa?a frente al Ministerio de Justicia, en la plaza de Jacinto Benavente.
- Febrero de 2010. Un m¨¦dico que estuvo en la operaci¨®n y que se top¨® con los Me?o casualmente mientras estos protestaban en la calle asegura que hubo negligencia en el quir¨®fano.
- 14 de octubre de 2010. El Tribunal Supremo reabre el caso.
- 3 de noviembre de 2010. Antonio Me?o, en coma desde 1989, asiste a la vista oral en el Tribunal Supremo.
- 17 de noviembre de 2010. El Supremo anula los fallos anteriores. La familia aboga por negociar una indemnizaci¨®n.
- 19 de noviembre de 2010. Los Me?o vuelven a casa tras un a?o y medio de haber permanecido acampados en la calle.
- 14 de julio de 2011. Los padres de Antonio Me?o, Juana Ortega y Antonio Me?o, aceptan 1.075.000 euros por recomendaci¨®n del letrado que lleva su caso.
- 26 de octubre de 2012. Antonio Me?o ingresa muy grave en el hospital de M¨®stoles y fallece dos d¨ªas despu¨¦s, el pasado domingo.
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