Los Reyes Magos tapan la crisis por unas horas
Una lluvia de caramelos y gritos de ilusi¨®n acompa?aron a Sus Majestades en las cabalgatas
Una lluvia de toneladas de caramelos y gritos de ilusi¨®n acompa?aron en la tarde del s¨¢bado a los Reyes Magos en su visita a numerosas localidades valencianas. Las tradicionales cabalgatas atrajeron a miles de familias que se pegaron a las vallas que marcaban los recorridos con los ni?os expectantes por ver a Sus Majestades de Oriente y las carrozas de los desfiles, m¨¢s modestos desde que comenz¨® la crisis. El concejal de Fiestas de Valencia, Francisco Lled¨®, obvi¨® el viernes las estrecheces y enfatiz¨® la participaci¨®n de 37 carrozas (cinco menos que en 2012) y la aparente ¡°mejora ostensible de algunos aspectos de la cabalgata¡±, que resumi¨® en la ¡°tripulaci¨®n aut¨®noma¡±, las ¡°dimensiones espectaculares¡± y los ¡°acabados muy llamativos¡± de una decena de veh¨ªculos.
Comparsas de animaci¨®n, dolcainers y tabaleters, y bandas de m¨²sica amenizaron el paso de un arca de No¨¦, una carroza dedicada a Egipto, un barco pirata o los veh¨ªculos cargados de figurantes de series televisivas como Bob Esponja o de los cl¨¢sicos de Disney. En la cabalgata tambi¨¦n participaron coches de bomberos, de polic¨ªas y ambulancias con la sirena puesta y el autob¨²s del Levante ¡ªsu presidente, Quico Catal¨¢n, encarn¨® al rey Melchor, acompa?ado del chef Quique Dacosta en el papel de Gaspar y el ejecutivo de Feria valencia Armando Nsue como Baltasar¡ª. De relleno, el Bus Tur¨ªstic con un lateral tapado por una gran lona publicitaria de la Universidad Cat¨®lica San Vicente M¨¢rtir.
A los ni?os poco les import¨® el mayor o menor esplendor de la cabalgata. El caso era ver las carrozas y pillar los dulces lanzados desde los veh¨ªculos. Alba, de cuatro a?os, estaba encantada por ver ¡°muchas cosas¡± y ansiosa por comerse un rey mago de chocolate cazado al vuelo por su padre, Alberto Alcubells, que no le quitaba ojo entre tanta gente. ¡°Por ellos se aguanta esto y lo que sea¡±, dec¨ªa animado. Y se hace el ¡°esfuerzo¡± para que no falten los regalos, como apuntaba Carmina, que est¨¢ en paro. Su hija Ariadna, de cuatro a?os, recit¨® de corrillo los regalos pedidos a los Reyes. Y es que ¡°los ni?os no entienden de crisis¡±, coment¨® su madre.
A la Comunidad Valenciana, sus majestades de Oriente llegaron de todas las formas posibles: por mar, con un barco que los llev¨® hasta los puertos de Valencia y Sagunto; por aire, mediante un helic¨®ptero que los traslad¨® hasta Algemes¨ª o una avioneta que los acerc¨® hasta Requena; y por tierra, a lomos de caballos o en flamantes coches y carrozas, como en la ciudad de Castell¨®n y en la mayor¨ªa de municipios.
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