Pesadilla en la cocina
"La ¨²nica buena noticia que hemos tenido estos d¨ªas, es que Depardieu ya es ruso, y que ha abandonado definitivamente la UE"
Espa?a se parece cada vez m¨¢s al programa de TV, Pesadilla en la cocina. Mientras que en Madrid se perpetra sin pudor alguno esa pantomima seudoliberal a la que llaman ¡°privatizaci¨®n de la gesti¨®n¡± de la sanidad, y Rodrigo Rato es contratado por Telef¨®nica por alguna oculta raz¨®n que se nos escapa a todos, ahora resulta que los inspectores acusan al Banco de Espa?a de mirar para otro lado en el caso de las cajas y de alterar las conclusiones de sus informes. Y por si esto fuera poco, Baltar se jacta de ser un cacique y de contratar a decenas de amigos y familiares por el morro; y Cospedal, la pol¨ªtica en activo mejor pagada de la historia de Espa?a, le quita el sueldo a los diputados regionales para ahorrar unos euros, y sobre todo, para que aprendan a que la pol¨ªtica es una actividad vocacional, como, a todas luces, lo es ella misma.
Entre tanto, la transparencia sigue ganando adeptos (en el resto del mundo, quiero decir). Los informes de Transparency International ya sit¨²an a Espa?a en el puesto 30 del ranking de la corrupci¨®n, empatada con Botswana; y el ¨²ltimo sobre comunidades aut¨®nomas a la Comunidad Valenciana en la casilla 15 de la cola de la transparencia auton¨®mica. Y as¨ª, todo.
El caso es que, como era de temer, en lugar de afrontar de una pu?etera vez la reforma de todo el sector p¨²blico, incluyendo a las instituciones pol¨ªticas representativas, se sigue optando por ese modelo liberal-populista que tan buenos resultados est¨¢ dando al partido gobernante, una vez que los socialistas, ahora sin rumbo, hace tiempo dimitieron de su responsabilidad en un asunto tan trascendental como este para el prestigio de la alternativa ideol¨®gica socialdem¨®crata.
No hay an¨¢lisis de coste de oportunidad que resista con un m¨ªnimo ¨¦xito los ensayos de pol¨ªtica de austeridad que ejecuta este Gobierno. Ni siquiera el liberalismo del que hacen gala, es cierto. Lo que se presenta como medidas ¡°privatizadoras¡± de la gesti¨®n de la sanidad o la educaci¨®n, no es m¨¢s que una forma encubierta de trasferir rentas al sector privado, quien ahora dispone, por obra y gracia del liberalismo de sal¨®n, de una clientela cautiva y unos precios reglados. Justamente, lo opuesto al mercado, que ellos tanto admiran, y que, por lo que se ve, tanto desconocen.
Y los que creen firmemente en la idea de que cualquier gesti¨®n privada es m¨¢s eficiente que la p¨²blica, deber¨ªan tomar buena nota de lo ocurrido recientemente con los bancos y el resto de las instituciones financieras, o de la excelencia de los servicios de atenci¨®n al cliente de las compa?¨ªas telef¨®nicas, o de las innumerables empresas (sobre todo en el sector servicios) cuya gesti¨®n es manifiestamente mejorable, como lo demuestra cada episodio del programa de TV arriba citado y que resulta altamente recomendable para estudiantes de la cosa.
En fin, que la ¨²nica buena noticia que hemos tenido estos d¨ªas, es que Depardieu ya es ruso, y que ha abandonado definitivamente la UE. Otro, que adem¨¢s de enorme liberal, debi¨® de ser un gran patriota.
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