Un poco agreste
La cuerda no tuvo el terciopelo que le ha dado un puesto sobresaliente entre las orquestas
Bonito programa, impregnado del aura del Romanticismo alem¨¢n, presentaron el s¨¢bado Omer Meir Wellber y la Orquesta del Palau de les Arts. Se empez¨® por la obertura de El cazador furtivo (Der Freisch¨¹tz), a la que sigui¨® la Sinfon¨ªa Italiana de Mendelssohn. Tras el descanso, la Cuarta de Schumann. Obras, todas ellas, muy conocidas, que plantean a la batuta y la orquesta el riesgo ineludible de las comparaciones.
Orquesta de la Comunidad Valenciana
Director: Omer Meir Wellber. Obras de Weber, Mendelssohn y Schumann. Palau de les Arts. Valencia, 26 de enero de 2013.
En la obertura de Der Freisch¨¹tz, verdadero compendio de la ¨®pera que le sigue, no se lleg¨® a plasmar todo el misterio del bosque evocado, rom¨¢ntico y envuelto en sombras. El tema de ?gata se hizo con la claridad y la alegr¨ªa que le corresponde, precisamente para contrastar con lo anterior, pero no se percibi¨® la luz irresistible de su preciosa melod¨ªa. Wellber, en esta y las otras obras que siguieron, no acababa de controlar los contrastes din¨¢micos, que se escucharon muchas veces agrestes y exagerados, y su fraseo, propenso a extremar los tempi, se vio salpicado por demasiadas brusquedades. El Mendelssohn de la Sinfon¨ªa Italiana tuvo una trayectoria m¨¢s clara por parte de la batuta, especialmente en los pasajes polif¨®nicos. Sin embargo, confundi¨® la alegr¨ªa con la velocidad, tendencia esta que suele acompa?ar sus interpretaciones, falt¨¢ndole esa ¡°levedad¡± m¨¢gica, indispensable en el ¨²ltimo movimiento, que preside tantas veces las obras del compositor de Hamburgo. La cuerda no tuvo el terciopelo que le ha dado un puesto sobresaliente entre las orquestas espa?olas. Tampoco las maderas mostraron el ajuste milim¨¦trico y la preciosa sonoridad que lucen en sus mejores momentos.
La Cuarta Sinfon¨ªa de Schumann sigui¨® por derroteros parecidos, aunque se intent¨® un vuelo mayor de la m¨²sica. El Scherzo, al menos, no se hizo de la forma desbocada que algunos directores plantean, recuperando la gracia mel¨®dica y la cohesi¨®n con los otros movimientos. Con todo, el director israel¨ª deber¨ªa tratar de sacudirse el car¨¢cter compulsivo que, aun con excepciones, tienen muchas de sus lecturas, porque no ayuda a mantener el nivel deseado de la orquesta. Es preciso reconocer, sin embargo, que no es esto, sino la incertidumbre que se cierne sobre los diferentes ¨¢mbitos del Palau de les Arts lo que est¨¢ minando ¨Cy con intensidad- al conjunto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.