Rumbo
"El surrealismo es una condici¨®n que suele hacer simp¨¢ticas a las personas en situaciones complejas, pero tambi¨¦n puede volverlas psic¨®ticas"
Ser uno mismo no es tarea f¨¢cil para un pol¨ªtico. Si uno aspira a convertirse en un l¨ªder de masas, bueno, eso ya es otra cosa. Acu¨¦rdense de lo que dio de s¨ª aquel eslogan monote¨ªsta de ¡°Yo soy el que soy¡± y luego resulta que eran tres. Pero tranquilos, no voy a complicarles la vida a estas alturas con el misterio de la Sant¨ªsima Trinidad que ya s¨¦ que estamos todos muy ocupados.
A Rajoy su mujer siempre le dice: s¨¦ t¨² mismo. ?l ha tratado de llevar el consejo hasta sus ¨²ltimas consecuencias lo cual, siendo gallego, tiene su miga. Y, f¨ªjense, a pesar de su m¨¢xima, le ha tocado ser de todo en esta vida desde el chico que le llevaba el malet¨ªn a Fraga hasta terminar como primer ministro de las islas Salom¨®n en una cumbre de la ONU. ?Se acuerdan? Aquella an¨¦cdota nos mostr¨® su lado Woody Allen. Ante el error del funcionario que lo confundi¨® con un se?or de la Polinesia, concretamente, el presidente reaccion¨® con un desconcierto tan hamletiano que a m¨ª entonces casi empez¨® a caerme bien como la reina madre.
El surrealismo es una condici¨®n que suele hacer simp¨¢ticas a las personas en situaciones complejas, pero tambi¨¦n puede volverlas psic¨®ticas. ?Y qu¨¦ iba a hacer Rajoy en la cumbre de Naciones Unidas m¨¢s que palidecer? Al fin y al cabo entre las islas Salom¨®n y Sanxenxo tampoco hay m¨¢s distancia que la que media entre sus promesas electorales y la amnist¨ªa fiscal al crimen organizado, por ejemplo. O entre no abaratar el despido y los seis millones de parados. O entre no tocar los impuestos y sub¨ªrselos a todo Cristo, menos a las SICAV y a Monse?or Rouco Varela. Quiero decir que la verdad no es el espejo del alma, como todos ustedes saben.
Si ser uno mismo en pol¨ªtica ya es dif¨ªcil, situarse en el mapa ni les cuento. Sobre todo teniendo en cuenta que para llegar a Ocean¨ªa hay que atravesar antes las estepas del propio pensamiento que en ocasiones resultan de una planicie desoladora. Treinta a?os en la vida p¨²blica, no s¨¦ cu¨¢ntos como ministro y media vida pateando municipios y diputaciones provinciales puede dejar a cualquiera bastante confuso geogr¨¢ficamente hablando. No tiene nada de extra?o que Rajoy ya no sepa el territorio que pisa y acabe dirigi¨¦ndose al querido pueblo cubano del Per¨², como pod¨ªa dirigirse a los canarios de Albacete, o a los catalanes de Extremadura. ?Qu¨¦ esperaban?
El presidente no deja de asegurar que el gobierno sabe lo que hace, aunque es evidente que todo su equipo anda corriendo de un lado a otro como un grupo de pollos sin cabeza. Y es que cuando uno no tiene ni idea de ad¨®nde va, hay que ir con mucho cuidado porque podr¨ªa llegar.
Las ¨²ltimas semanas del PP han sido de aut¨¦ntica psicosis con B¨¢rcenas tirando de la manta como la madre de Anthony Perkins y los ministros haciendo corrillos que es una forma que tienen ellos de combatir el p¨¢nico esc¨¦nico antes de saltar por la borda. Menuda tripulaci¨®n.
El presidente est¨¢ en ese momento cr¨ªtico en el que ya no sabe qu¨¦ m¨¢s le puede pasar. Sin embargo, la ciclog¨¦nesis explosiva a¨²n est¨¢ por llegar. Es l¨®gico que palidezca ante las c¨¢maras en estado de shock como esos seres enajenados que han perdido el rumbo en la vida. Con semejante desorientaci¨®n el d¨ªa menos pensado Rajoy podr¨ªa salir tranquilamente de su casa para dirigirse al Congreso de los Diputados y aparecer de pronto como primer ministro de la Polinesia, que al fin y al cabo es un para¨ªso fiscal.
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