Arturo Virosque, expresidente de la C¨¢mara de Valencia
Dirigi¨® la instituci¨®n cameral durante 15 a?os y fue vicepresidente de Bancaja
El expresidente de la C¨¢mara de Comercio de Valencia, Arturo Virosque, ha fallecido esta noche en un hospital de Valencia, donde estaba ingresado desde hace unos d¨ªas. Ten¨ªa 82 a?os y estuvo al frente de la C¨¢mara entre 1995 y 2010, una etapa que result¨® muy expansiva para la entidad (inaugur¨® nueva sede en la calle de Jes¨²s, nuevas instalaciones en el parque tecnol¨®gico y cre¨® una escuela de negocios), pero que tambi¨¦n supuso el preludio del declive cameral. El tambi¨¦n presidente de Gr¨²as Virosque, que con 20 a?os ya era representante de las agencias de transporte en el sindicato vertical, lleg¨® a la C¨¢mara desde la junta directiva de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales, en la que ocup¨® plaza durante 25 a?os.
La irrupci¨®n del empresario en la escena coincidi¨® en el tiempo y en el espacio con el desembarco del PP en la Generalitat. Como dirigente empresarial tuvo una infinita sinton¨ªa con el Gobierno valenciano, tanto en los a?os de Eduardo Zaplana como en los de Francisco Camps. Por este ¨²ltimo, incluso moviliz¨® al Consejo de C¨¢maras, que presid¨ªa, para apoyarle en sus momentos m¨¢s dif¨ªciles por las salpicaduras del caso G¨¹rtel. Virosque, asimismo, ejerci¨® de punta de lanza en las irritaciones anticatalanistas que, de forma recurrente, tan oportunas resultaban para que el Consell llenara sus vac¨ªos.
Pero la trayectoria de Virosque no es una foto fija. En los ¨²ltimos a?os al frente de la C¨¢mara su cintura gan¨® algo de elasticidad en equidistancias. Lo mismo propici¨® acercamientos a los empresarios catalanes con el pretexto del corredor mediterr¨¢neo que defendi¨® las buenas relaciones entre Barcelona y Valencia gracias a que Jos¨¦ Montilla hab¨ªa desalojado a Jordi Pujol en la Generalitat de Catalu?a. Incluso, de forma muy excepcional, tuvo palabras amables para algunas acciones del Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
Virosque tambi¨¦n fue el ¨²nico que teniendo un cargo dec¨ªa lo que pensaba. Y quiz¨¢ casi el ¨²ltimo. Era un valor a?adido que agradec¨ªan mucho los periodistas. Siempre que abr¨ªa la boca, garantizaba varios titulares. Por ejemplo, fue capaz de, siendo vicepresidente de Bancaja, decir en una entrevista a EL PA?S que no se fiaba de las instituciones financieras. Esa desinhibici¨®n, vista por el retrovisor, incluso le confiri¨® un aire prof¨¦tico en algunos asuntos. Fue el ¨²nico que habl¨® sin tapujos de la mala situaci¨®n en la que se encontraba la Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo (CAM), lo que suscit¨® airadas cr¨ªticas de algunos consejeros cuyo comportamiento hoy escandaliza, y que puso en duda la viabilidad de su integraci¨®n en el Sistema Institucional de Protecci¨®n (SIP) con Cajastur, Caja Cantabria y Caja de Extremadura: ¡°Ya veremos qu¨¦ dura la fusi¨®n¡±, dijo meses antes de romperse.
Con todo, el legado fara¨®nico de la gesti¨®n de Virosque es un lastre para la C¨¢mara. La supresi¨®n de la obligatoriedad de las empresas de pagar las cuotas a estos organismos ha reducido sus ingresos de forma dram¨¢tica, poniendo en riesgo su continuidad, lo que ha obligado a la C¨¢mara a contraerse, a reducir el personal y a emprender un viaje cargado de incertidumbres en el que la carga de Virosque no ayuda a lograr la estabilidad en el trayecto.
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