Una granizada de entusiasmo
"?Alguien se imagina a Rafael Blasco dimitiendo de algo salvo de s¨ª mismo al comp¨¢s de sus m¨²ltiples funciones de transformista vocacional?"
La gran artima?a de los pol¨ªticos sobre la corrupci¨®n que los ampara consiste en distraer a los informadores acerca de si este o el otro debe dimitir por lo hecho, ordenado o recibido, mientras se difuminan en cierto modo las causas del asunto y todo queda reducido a la exigencia de admitir las responsabilidades personales. Ana Mato, por ejemplo. No me cabe la menor duda de que es cierto cuanto se dice de ella, solo que quiz¨¢s ha actuado, o no ha actuado, por distracci¨®n. C¨®mo no va a distraerse una persona de tantas ocupaciones como conlleva el desmantelamiento de la sanidad p¨²blica. Es l¨®gico que a cambio le paguen al menos los confetis de cumplea?os. En cuanto a Luis B¨¢rcenas, est¨¢ claro que no se puede exigir su dimisi¨®n, porque ser¨ªa como pedir la dimisi¨®n del contable de Al Capone, por mucho que se enoje su estupenda esposa ante los fot¨®grafos de prensa. ?Y de qu¨¦ tiene que dimitir? El tipo es as¨ª, y basta, porque hay cosas que no pueden ser de otra manera.
?Acaso dimiti¨® Francisco Camps? Para qu¨¦. Lo echaron fuera porque estorbaba, y basta. Otra cosa es que est¨¦ realmente fuera de juego. ?Alguien se imagina a Rafael Blasco dimitiendo de algo salvo de s¨ª mismo al comp¨¢s de sus m¨²ltiples funciones de transformista vocacional? Lo recuerdo todav¨ªa en un palquito del teatro Tal¨ªa haciendo como que segu¨ªa el desarrollo de una obrita que su mujer program¨® a Molina Foix, m¨¢s despistado que una paloma en un garaje y con toda la jeta de preguntarse qu¨¦ leches hac¨ªa all¨ª. Era conmovedor, como el desconcierto de una ballena anciana encallada en las costas alcire?as.
Otro asunto que tiene todas las posibilidades de este mundo para convertirse en un inmenso foco de corrupci¨®n es el proyecto de convertir un erial de Alcorc¨®n en un inmenso casino, Eurovegas nada menos, que bien podr¨ªa ser instalado en el desierto de Almer¨ªa, a cuatro pasos de la costa malague?a. Se ve que en M¨¢laga el cupo ya est¨¢ cubierto.
Un cupo que, como es l¨®gico y natural, incluye prostituci¨®n m¨¢s o menos aseada, tr¨¢fico de sustancias m¨¢s o menos prohibidas, alcohol en abundancia y fumadores indultados, adem¨¢s de una panda de malhechores (hermosa palabra) que har¨¢n de las suyas en el interior del casino y en sus alrededores. No s¨¦ d¨®nde depositar¨¢n los inevitables cad¨¢veres del negocio, ya que el desierto de Mojave queda algo lejos, pero seguro que dan con el lugar adecuado.
Lo m¨¢s gracioso es que ese proyecto de granujas al viejo estilo culminar¨¢ sin duda la estupenda legislatura de Mariano Rajoy y de unos cuantos de los suyos, de modo que el ahora presidente del Gobierno no se ver¨¢ forzado a salir por la puerta de atr¨¢s camino de su pobre registradur¨ªa en Santa Pola sino, destinado a m¨¢s altas funciones, acabar¨¢ como jefe de crupieres de ese complejo de facinerosos a las ¨®rdenes de un tipo norteamericano con el que las personas sensatas jam¨¢s compartir¨ªan una ca?ita.
Habr¨¢ que releer a Raymond Chandler, que pese a no ocuparse de Las Vegas, que yo recuerde, escribi¨® bastante y con fortuna sobre esa clase de juegos y sus da?os colaterales.
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