La verdad siempre llega tarde
Barber¨¢ ha ocultado sistem¨¢ticamente la verdad para evitar verse implicada en el ¡®caso N¨®os¡¯
Por mucha prisa que se den siempre llegan tarde. Los pol¨ªticos, digo. Sobre todo en los ¨²ltimos tiempos. Si durante la transici¨®n los representantes p¨²blicos fueron capaces de estar delante o al lado de los ciudadanos, encauzando sus anhelos, generando esperanza y dando respuesta a muchas de sus inquietudes, en los ¨²ltimos a?os les cuesta mucho abrir los ojos y los o¨ªdos para ver y escuchar las reclamaciones de una sociedad que va muy por delante de ellos. La semana que termina ha sido especialmente reveladora de lo dicho. La Plataforma de Afectados por las Hipotecas ha tenido que hacer mucho ruido para que el PP escuchara en lo alto de su pedestal el grito de m¨¢s de 1.400.000 ciudadanos y aceptara tramitar la Iniciativa Legislativa Popular sobre los desahucios. En la Comunidad Valenciana no han sido pocos los socialistas que, en privado, han manifestado su malestar no tanto por el hecho de tener que mostrar sus declaraciones de renta como porque los del PP no hicieran otro tanto. Sus recelos resultan infantiles. A los populares no les va quedar otra que revelarlas despu¨¦s de que lo hayan hecho Mariano Rajoy y Alberto Fabra. Y a los del PSOE, tampoco, una vez que Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Ximo Puig han ense?ado sus ingresos del a?o 2011.
Lamentablemente, los esfuerzos de ambos partidos en este ejercicio de transparencia no les van a servir de mucho. Hace tiempo que los ciudadanos han descontado que iniciativas como estas son de obligado cumplimiento por parte de las ¨¦lites pol¨ªticas. No ven ya en ellas nada de extraordinario. M¨¢s a¨²n, hay un elevado grado de escepticismo. El presidente del Gobierno dio a conocer sus declaraciones de renta para desviar la atenci¨®n del caso B¨¢rcenas y oblig¨® al l¨ªder de la oposici¨®n a seguir su camino; del mismo modo que ambos forzar¨¢n a sus seguidores a acompa?arles. Una decisi¨®n semejante, en otro momento, hubiera sido ejemplarizante, ahora aparece como lo que es: forzada por las circunstancias. Pero mejor as¨ª que de ninguna de las maneras.
Ximo Puig hace una semana que present¨® el Portal de la Transparencia del PSPV. Pese a sus lagunas informativas, que las hay y est¨¢n tratando de corregir, el esfuerzo ha sido notable. Puig viene defendiendo que no hay mejor ant¨ªdoto contra la corrupci¨®n que la transparencia (un empe?o en el que no est¨¢ solo, los diputados de Comprom¨ªs y de Esquerra Unida tambi¨¦n recorren esa senda), una obviedad democr¨¢tica que acostumbran a incumplir quienes nos gobiernan. Los pol¨ªticos afectados por los esc¨¢ndalos prefieren los tribunales con su garant¨ªa de presunci¨®n de inocencia, antes que asumir sus responsabilidades pol¨ªticas. Todos los gobernantes conocen muy bien hasta qu¨¦ punto el oscurantismo informativo les da fuerza y les ahorra problemas. Con transparencia se les ver¨ªan los trucos y las mentiras, se sabr¨ªa d¨®nde est¨¢n sus debilidades y se conocer¨ªan hasta sus servidumbres. A medida que entra la luz en los esc¨¢ndalos, huyen de ella los afectados.
Incluso los que, como la alcaldesa longeva de Valencia, no tienen cuentas pendientes con la Justicia. Rita Barber¨¢ ha ocultado sistem¨¢ticamente la verdad para evitar verse implicada en el caso N¨®os. Una trama urdida por I?aki Urdangarin para saquear las administraciones p¨²blicas, entre ellas la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia. Ayer el socio de este, Diego Torres, declar¨® que la alcaldesa y el expresidente Camps mantuvieron una reuni¨®n en el palacio de la Zarzuela para negociar el Valencia Summit. No hay que descartar que el rencor est¨¦ detr¨¢s de esta declaraci¨®n; pero lo que da credibilidad a su relato es la oscurantista actitud de Barber¨¢, siempre refractaria a decir la verdad de un suceso que ha supuesto un grave quebranto para las arcas municipales. Semejante proceder en cualquier pa¨ªs con cultura democr¨¢tica supondr¨ªa la inmediata dimisi¨®n de su cargo.
Por cierto, hablando de declaraciones de la renta. ?Es verdad que la alcaldesa, en su primer mandato municipal, tuvo que hacer una paralela porque se le hab¨ªa olvidado declarar los sobresueldos que percibi¨® del grupo parlamentario en las Cortes Valencianas? Barber¨¢ no es m¨¢s que otro caso en los incontables que afectan al PP valenciano. Un ejemplo m¨¢s de c¨®mo la falta de transparencia favorece a los implicados en los esc¨¢ndalos: si el Consell hubiera dado a conocer su informe sobre las irregularidades en la gesti¨®n de Rafael Blasco en la Consejer¨ªa de Solidaridad y Ciudadan¨ªa es muy probable que este hubiera tenido que dimitir sin ser procesado. Imputado como est¨¢, se acoge a su presunci¨®n de inocencia y pueden pasar a?os antes de que se conozca la sentencia definitiva. Que Blasco siga siendo diputado del PP es un misterio que solo ¨¦l y quien le sostiene en el esca?o podr¨ªan explicar. Para cuando lo hagan, si lo hacen, ya habr¨¢n llegado tarde. Tal vez entonces, uno est¨¦ en su casa y el otro en la oposici¨®n. Como Barber¨¢.
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