El pr¨¦stamo de la discordia
Varias familias acusan a un grupo de intermediarios financieros de estafarles con un cr¨¦dito
La secuencia se repite. Una familia atenazada por las deudas recibe una llamada. Una voz amable comunica la concesi¨®n del cr¨¦dito que buscaba a contrarreloj, el mismo que rechazaron antes bancos y financieras. Dispondr¨¢ en una semana del dinero para tapar el agujero. El maquinista de obra Javier Raga, de 47 a?os, recibi¨® el pasado a?o el supuesto bal¨®n de ox¨ªgeno. Le ofrecieron un cr¨¦dito para atenuar la compra de una retroexcavadora. Recibir¨ªa 30.000 euros en una operaci¨®n avalada con su piso en Manises valorado en 160.000. Pagar¨ªa 320 euros al mes durante diez a?os. Su alegr¨ªa se ha transformado en una pesadilla. Solo ha recibido 9.500 euros y debe m¨¢s de 45.000. Puede perder su vivienda. ¡°Me han estafado¡±, se?ala Raga, que recurre a C¨¢ritas y al colch¨®n familiar para mantener el colegio de su hijo con una enfermedad rara.
Raga atribuye su ¡°drama¡± a una presunta estafa cometida por el prestamista de Madrid Antonio Arroyo, cuyo modus operandi se reproduce en los ocho casos que defiende el abogado Carlos Javier Gal¨¢n. Arroyo, seg¨²n el letrado, ofrec¨ªa dinero r¨¢pido y al contado a trav¨¦s de intermediarios que operaban en Internet. Se dirig¨ªa a clientes que no pod¨ªan acudir a un banco por carecer de ingresos o figurar en un registro de morosos como Asnef. Exig¨ªa avalar el cr¨¦dito con las escrituras de un piso, nave u oficina sin cargas o con una peque?a hipoteca pendiente.
Hasta ah¨ª todo normal (y legal). Sin embargo, el abogado asegura que los intermediarios del prestamista consegu¨ªan que sus clientes firmasen ante notario un cr¨¦dito hipotecario por el doble de la cantidad recibida en mano. Se alud¨ªa a una cuesti¨®n t¨¦cnica para no reflejar la cifra real, una refinanciaci¨®n posterior y promet¨ªan el resto semanas m¨¢s tarde. Los afectados mantienen que el segundo pago nunca llegaba y acababan inmersos en una pelota financiera por un dinero no recibido.
¡°El enga?o parece burdo a primera vista pero la operativa estaba muy elaborada¡±, apunta Gal¨¢n, que pone como ejemplo de las supuestas tretas trazadas por los intermediarios hacer esperar a los clientes hasta dos horas en la notaria de Madrid, siempre la misma. El abogado estima que hay cientos de afectados en Espa?a y confirma que existen diligencias previas en juzgados de instrucci¨®n de Madrid.
¡°El enga?o parece burdo, pero est¨¢ muy elaborado¡±, dice un abogado
El camarero Daniel Suzuki, de 37, vio en el dinero r¨¢pido una tabla de salvaci¨®n para superar el desempleo. Una intermediaria le ofreci¨® un cr¨¦dito de 38.000 euros con el aval de un piso sin cargas en Madrid de su madre viuda. Al llegar a la notar¨ªa ¡°descubri¨®¡± que su contacto no pertenec¨ªa a una financiera, sino que actuaba para el prestamista Antonio Arroyo. ¡°Las intermediarias me dijeron que deb¨ªa reconocer ante notario que recib¨ªa la mitad de la cantidad entregada¡±. Su madre puede perder el piso. Y ¨¦l, afirma, solo ha recibido 13.000 de los 38.000 euros.
Juan Puche, de 49, sufre ¡°una pesadilla¡± por el cr¨¦dito de 45.000 euros que firm¨® hace dos a?os. Ha dormido en una furgoneta y ahora reside en una habitaci¨®n en San Antonio de Benag¨¦ber con su mujer y su hijo. Solo recibi¨® 22.000 euros del cr¨¦dito y debe 60.000. Admite que reconoci¨® ante el notario la recepci¨®n de una cantidad inferior a la entregada, siguiendo las instrucciones de su intermediaria. Sostiene que el notario no confirm¨® la entrega ni cont¨® el dinero. Y que ¨¦l no fue informado por escrito antes de pisar la notar¨ªa de las condiciones del cr¨¦dito: un tipo del 8% para la amortizaci¨®n y un inter¨¦s de demora del 29%. Admite que no puede pagar.
Los afectados planean denunciar para evitar perder sus pisos. Se sienten v¨ªctimas de un sistema para apropiarse de sus propiedades a precios rid¨ªculos. Un inversor de prestamistas privados admite bajo anonimato que el negocio result¨® redondo durante la burbuja. ¡°Por 10.000 euros te pod¨ªas quedar un piso¡±.
El prestamista Antonio Arroyo insiste en la legalidad de su actuaci¨®n. Se desmarca del comportamiento de los ¡°m¨¢s de 50 intermediarios¡± con los que ha llegado a trabajar. Dice que ¡°ignora¡± si el cliente llega a un acuerdo con un intermediario y sale de la notar¨ªa con menos dinero. Y atribuye el supuesto desfase de las cantidades a las comisiones de los captadores de clientes. Sostiene que ¡°muy pocas¡± operaciones acaban en la ejecuci¨®n del bien. ?l tiene cerca de 150 derechos de hipoteca en los registros de Espa?a.
Arroyo no es uno m¨¢s. Antes de la crisis, lleg¨® a ser uno de los prestamistas privados m¨¢s importantes de Espa?a, con 70 operaciones al mes. Este antiguo trabajador de un organismo vinculado al Banco de Espa?a admite que las denuncias de sus clientes se han disparado tras la crisis: ¡°Hay quien se ha metido en un callej¨®n sin salida¡±.
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