N¨®os apunta a Rita Barber¨¢

El exsocio del duque de Palma acaba de poner a Rita Barber¨¢ bajo el foco de N¨®os, del que ella tanto huye. No es que Diego Torres, con el hedor que desprende la alcantarilla que sirvi¨® de base para sus negocios con I?aki Urdangarin, sea un tipo muy de fiar, pero la alcaldesa de Valencia le marca la simetr¨ªa en esos perversos pasos de baile con su obstinaci¨®n de correr las cortinas y bajar la persiana respecto a su protagonismo en este sablazo que, hasta donde se sabe, ha superado los dos millones de euros. Es probable que Rita Barber¨¢, sin merma de su inequ¨ªvoco su escorzo reaccionario y otras cosas, sea una persona ¨ªntegra y honesta con el dinero p¨²blico. Por lo menos, no se le conoce ning¨²n episodio hasta hoy que avale lo contrario, pero su condescendencia con quienes, siendo suyos, no son trigo limpio, la ha puesto al borde del precipicio y la ha impregnado con un tufo abrasivo en el remate de su etapa pol¨ªtica.

Siendo la persona con m¨¢s autoridad sobre el PP valenciano, Barber¨¢ se puso de perfil mientras la basura y sus lixiviados iban hinchando el caso G¨¹rtel, cuando Francisco Camps reg¨ªa, adem¨¢s, bajo su advocaci¨®n y el s¨ªndrome de Di¨®genes se apoderaba de la Generalitat. La alcaldesa de Valencia dej¨® que esa descomposici¨®n fuera pudriendo su partido, no ya sin dar un pu?etazo sobre la mesa sino sin quitarse la carcajada de la boca, y luego, cuando Camps estaba completamente fuera de control, lo protegi¨® a zarpazos como una loba. Ese gesto tan irresponsable (y tan maternal), unido a su indulgencia con los asuntos que han llevado a la met¨¢stasis judicial de su partido y a la ruina de la Generalitat, acab¨® con todo su cr¨¦dito en la calle G¨¦nova. Y ahora, mientras calla, la sospecha sobre su integridad personal se va perfilando como el broche final de su carrera.

Pese a todos sus esfuerzos por zafarse, la declaraci¨®n de Torres ante el juez la sit¨²a en el mapa de N¨®os y contornea su relieve. Y que el exsocio de Urdangarin la se?ale en un asunto en el que, m¨¢s all¨¢ del sitio en el que se celebr¨® la negociaci¨®n (La Zarzuela), no le reporta valores a?adidos, puede abonar una cierta verosimilitud. Barber¨¢ ha tratado de establecer un cortafuegos con la Fundaci¨®n Valencia Convention Bureau. Ha querido que sea el contrafuerte contra el que se estrellen todas las preguntas que lanza la oposici¨®n sobre este turbio asunto para aislar al Ayuntamiento del esc¨¢ndalo y as¨ª quedar ella al margen, puesto que la Corporaci¨®n es su recipiente y la ebullici¨®n podr¨ªa cocerla. Es la misma estrategia que ha seguido con Emarsa, la entidad metropolitana en la que se saquearon al menos 25 millones de euros mientras ella, que era la que pod¨ªa hacer y deshacer (y ten¨ªa consideraci¨®n de VIP en el apartado de los regalos) miraba hacia otro lado.

Ahora esa misma dulce inconsciencia le pasa la factura y le va estrechando la gatera por la que pod¨ªa salir airosa. La pasada semana conocimos que el Tribunal de Cuentas le estrope¨® su estrategia en un informe en el que considera que Valencia Convention Bureau, que la alcaldesa pretende hacer pasar como una entidad privada, ¡°deber¨ªa llevar a considerarla como integrante de ese sector p¨²blico local¡± por la ¡°dependencia econ¨®mica¡± del Ayuntamiento de Valencia. Y, por consiguiente, ajustarse a las limitaciones y requisitos de contrato que afectan al sector p¨²blico. A menudo, los cortafuegos acaban abrasando, porque esconder informaci¨®n y pastelear con el desbarajuste nunca sale a cuenta.