Todo lo s¨®lido
"Antonio Mu?oz Molina enjuicia severamente la situaci¨®n espa?ola y sus precedentes, esa etapa de excesos y soberbia"
Era un d¨ªa del mes de julio de 2012. Nos hab¨ªamos citado para almorzar en Madrid. Era una casa de comidas en Malasa?a, con manteles de hule y viandas muy ricas, todo a un precio modesto. Nos contamos nuestros respectivos proyectos: ¨¦l, concretamente, estaba acabando un ensayo sobre la Espa?a actual. Nos preguntamos por el estado de cosas, por el Estado y sus cosas: las autonom¨ªas, la m¨ªa concretamente, con tanto desastre.
Nos chifla la literatura, la gran literatura, pero tambi¨¦n las piezas de menor brillo o extensi¨®n, los sainetes incluso. Confirmamos una vez m¨¢s lo dif¨ªcil que es tener los ojos bien abiertos para ver, para prever o para precaverse. Corroboramos nuestro aprecio por la educaci¨®n y la buena crianza: el deseo de saber y prosperar.
Yo le subray¨¦ mi gusto por la iron¨ªa, por la zumba, quiz¨¢ algo mediterr¨¢neo o simplemente familiar. Y le insist¨ª en que ¨¦l tambi¨¦n hab¨ªa dado pruebas sobradas de guasa. ¡°?ltimamente, sin embargo, el tono de tus escritos es contrariado, m¨¢s afligido¡±, le indiqu¨¦. Ya s¨¦ que la amenaza de las cosas es extrema, pero habr¨¢ que bromear alguna vez, ?no?, le dije para aliviarme. Yo cre¨ªa que no pod¨ªamos caer m¨¢s bajo, que deb¨ªamos remontar con humor.
Pasaron los meses. Tuve la suerte de leer el volumen que estaba escribiendo antes de que apareciera, y entonces comprob¨¦ algo estremecedor: que a¨²n podemos empeorar m¨¢s y que el diagn¨®stico que ¨¦l firma se agrava d¨ªa a d¨ªa. Ahora acaba de publicarse: Todo lo que era s¨®lido.
Antonio Mu?oz Molina enjuicia severamente la situaci¨®n espa?ola y sus precedentes, esa etapa de excesos y soberbia. Pero sobre todo hace un examen de s¨ª mismo, con mucho rigor luterano, podr¨ªamos decir. ?Por qu¨¦ no vi lo que suced¨ªa?, se pregunta. ?Por qu¨¦ no cre¨ª en la gravedad de los indicios?, se duele. No es un requisitoria agraviada contra todos; es un ensayo sobre lo que nos ha pasado. Hemos vivido en una especie de delirio, de confusi¨®n absoluta, que nos ha hecho creer en una prosperidad ficticia. Mu?oz Molina repasa con habilidad, con ma?a, los distintos factores que han provocado esto, los estados de ¨¢nimo. De todo lo que dice hay algo decisivo: el clientelismo pol¨ªtico, la creaci¨®n de redes dependientes gracias a la connivencia, al favor y a la expectativa, a la falta de controles y a la impunidad. Ahora, tras este doloroso despertar, no sabemos qu¨¦ hacer, c¨®mo remontar. En el libro propone soluciones modestas y eficaces: buen juicio, orden administrativo, examen, responsabilidad y verg¨¹enza. Lo dice con gran seriedad y, sin duda, es para convenir con ¨¦l.
Volver¨¦ a leer el libro, pero ya no s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ mi tono, si tendr¨¦ arrestos. Las cosas que han pasado despu¨¦s son horripilantes o de pura rechifla, de chiste. Esp¨ªas detenidos, duques malogrados, infantas y alcaldesas bajo sospecha. Ah, y un presidente del Gobierno que no ejerce el mando en plaza, simplemente se desvanece en el aire: como todo lo que era s¨®lido.
No hay sainete con tanto disparate. No hay astracanada que contenga tal c¨²mulo de desatinos. Mu?oz Molina ha acertado con el tono. L¨¦anlo. Por mi parte, yo ya no s¨¦ si la pesadumbre me la podr¨¦ quitar. Esta bufonada o ficci¨®n aterra: sin duda, no podemos soportar tanta realidad.
http://blogs.elpais.com/presente-continuo/
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