Juego de influencias y miradas

El 3 de mayo de 1808 las tropas napole¨®nicas fusilaron a un grupo de guerrilleros espa?oles que se opon¨ªan al dominio de las tropas invasoras francesas. El dram¨¢tico momento lo plasm¨® Goya en su pintura Los fusilamientos del tres de mayo. Doscientos a?os despu¨¦s, Jos¨¦ Manuel Ballester, recrea la misma escena a partir de una fotograf¨ªa del mismo tama?o que la obra original, en la que ha eliminado, digitalmente, a los soldados y sus v¨ªctimas y tan solo queda la l¨¢mpara y el charco de sangre, por lo que el espectador, que reconoce el entorno utilizado por Goya, tiene la sensaci¨®n de asistir al momento inmediatamente posterior al fusilamiento.

La obra es una de las 130 que pueden verse en la exposici¨®n Seducidos por el arte. Pasado y presente de la fotograf¨ªa, que analiza la relaci¨®n entre la fotograf¨ªa antigua y la obra de algunos de los fot¨®grafos m¨¢s innovadores de la actualidad con la pintura. Organizada por la National Gallery y la Obra Social de La Caixa. Tras verse en Londres, ayer se inaugur¨® ayer en Barcelona hasta mayo.

Retratos, desnudos, naturalezas muertas y paisajes de pintores como Turner, Ingres, Vernet, pero tambi¨¦n Boticelli, Vel¨¢zquez o Caravaggio, inspiraron muchas de las fotograf¨ªas creadas a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Tambi¨¦n los trabajos de muchos artistas contempor¨¢neos, compartiendo objetivos, estilos visuales y planteamientos t¨¦cnicos. Algunas influencias son muy evidentes, como las imponentes v¨ªrgenes de carne y hueso recreadas por Maise Broadhead y Helen Chawick, que beben directamente de obras como La riqueza, pintada por Simon Vouet en el siglo XVII, o la Virgen de la leche, que el Maestro de Castelsardo pint¨® en el siglo XV, y que ha descendido desde Museo Nacional de Arte de Catalu?a, MNAC, donde se expone, hasta Caixaforum, para formar parte de este exposici¨®n.

En otras, la influencia es m¨¢s sutil. Es el caso de La habitaci¨®n destruida, una fotograf¨ªa de color en gran formato de Jeff Wall que abre la exposici¨®n. En esta especie de ¡®paisaje de despu¨¦s de la batalla¡¯, en la que la estancia aparece arrasada, podemos ver, eso s¨ª, tras una segunda lectura, que estamos, por composici¨®n y color, ante una moderna La muerte de Sardan¨¢palo, una de las pinturas m¨¢s famosas de Delacroix.

Este juego de miradas y de influencias, de b¨²squeda de puntos en com¨²n y fuentes de inspiraci¨®n, es lo que pretende la exposici¨®n. La comisaria Hope Kingsley, conservadora de Educaci¨®n y Colecciones del Wilson Centre for Photography, explic¨® durante la presentaci¨®n de la muestra, que el "montaje busca que el visitante se mueva por la sala buscando la comparaci¨®n entre las obras y las im¨¢genes". La cantidad de im¨¢genes hace que el ejercicio pueda llegar a ser agotador.

Retratos de familia actuales de la mano de Tina Barney, Thomas Struth y Martin Parr, contrapuestos con las pinturas de Thomas Gainsbororugh o Van Dyck, donde se aprecia que este g¨¦nero se ha modernizado poco; im¨¢genes llenas de candor, como las de la joven en ba?ador de Rineke Dijkstra que nos remite a la mism¨ªsima Venus pintada, seis siglos antes por Boticell¨ª; el espectacular tatuaje en forma de pulpo que cubre casi todo el cuerpo de un hombre fotografiado por Richard Learoyd en 2011, que nos trae a la memoria la cl¨¢sica escultura de Laocoonte y sus hijos; la naturaleza muerta y explotada ¡ªliteralmente¡ª creada por Ori Gersht, una de las obras con m¨¢s fuerza de la exposici¨®n, situada junto a un bello bodeg¨®n floral de Latour; la imagen del bombardeo estadounidense contra posiciones libanesas en 2001 que captur¨® con su c¨¢mara Luc Delahaye, junto a La batalla de Jemappes pintada por ?mile Vernet en 1821, o la enorme fotograf¨ªa del mismo autor sobre una reuni¨®n de la OPEP celebrada en Viena en 2004, que a escala real tiene mucho que ver, por sus claroscuros barrocos, con las obras de Caravaggio, son solo unos cuantos de los juegos de influencias y miradas que propone esta ¡°activa¡± exposici¨®n.

Las obras, procedentes de m¨¢s de cuarenta museos y colecciones de todo el mundo, como el Louvre, El Prado, el Museo de Orsay, la Biblioteca Nacional, el MNAC o la Tate Gallery, el Victoria and Albert Museum y el Wilson Centre for Photography, los tres de Londres, viajar¨¢n en junio a Madrid.