Tributo a Martin Begu¨¦, artista que llev¨® a Mondrian y Duchamp a las fallas
Valencia acoge la primera exposici¨®n p¨®stuma del artista que fue icono de la movida madrile?a La muestra del Palacio de Valeriola arranca con la primera colaboraci¨®n con Antonio Mart¨ªn
Una figura de El Cid tama?o gigante, al lado de una gran foto de Sigfrido Mart¨ªn Begu¨¦ recibe al visitante en la entrada del Palau de Valeriola, sede de la Fundaci¨®n Xirivella Soriano ubicada en el centro hist¨®rico de Valencia. As¨ª arranca la primera exposici¨®n p¨®stuma de este artista que particip¨® en la movida madrile?a de los 80 hasta convertirse en un icono de la misma como pudiera serlo Almod¨®var, su amigo, pero que "no pint¨® la movida", insiste Vicente Jarque, comisario de este proyecto.
Ese Cid postmoderno es uno de los interesantes frutos de la colaboraci¨®n que Mart¨ªn Begu¨¦? y el artista fallero Manolo Mart¨ªn iniciaron en 1993 con las macroesculturas de Los divinos instaladas en la plaza Mayor de Madrid para acompa?ar actuaciones? de diverso tipo. All¨ª pod¨ªa verse a Paco de Luc¨ªa tocar la guitarra junto a las figuras de Pablo Picasso, Don Juan o Federico Garc¨ªa Lorca.
Esa colaboraci¨®n se prolong¨® ininterrumpidamente hasta 2002, a?o en que el Ministerio de Asuntos Exteriores invit¨® a Mart¨ªn Begu¨¦? a colaborar en una exposici¨®n que, con motivo de la Presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea, program¨® en el edificio Justus Lipsius de Bruselas. En cooperaci¨®n con Manolo Mart¨ªn, ide¨® la instalaci¨®n de las Euromeninas, unas figuras europiestas? "inequ¨ªvocamente duchampianas", como subraya el comisario de la exposici¨®n sobre El lado valenciano del artista madrile?o que se inaugura este viernes en el Palau de Valeriola.
Las Euromeninas, que constituyen el segundo punto de atenci¨®n de la exposici¨®n, fue el ¨²ltimo trabajo importante de la singular pareja, pero un a?o antes los centenares de miles de viandantes que recorren las calles de Valencia en las fiestas de? San Jos¨¦ pudieron apreciar el estilo inequ¨ªvoco de Mart¨ªn Begu¨¦ en la falla primorosamente construida por el otro Mart¨ªn para Na Jordana. Se llamaba Pinotxada universal y obtuvo el primer premio de Ingenio ese a?o, aunque solo el segundo de la secci¨®n especial, tal vez precisamente por su desaf¨ªo innovador. Sin embargo, aquella falla es inolvidable y "pocos recuerdan el primer premio", apunta ir¨®nicamente Jarque.
Es dif¨ªcil olvidar aquel Pinocho de larga nariz y 20 metros de alto que presid¨ªa el monumento fallero y el comisario refresca al visitante la memoria se?alando las referencias que determinados elementos de la falla hac¨ªan a artistas como Mondrian, Duchamp y Broodthaers y evocando c¨®mo los ninots que representaban a falleras desfilaban vestidos de Versace, Armani o Prada.
Esa falla se quem¨® el 19 de marzo de 2001, pero en El lado valenciano pueden verse los detallados bocetos que Sigfrido Mart¨ªn Begu¨¦ hizo de la falla e incluso un ninot de un Pinocho menor que sobrevivi¨® a la quema. Vicente Jarque y el director del Consorci de Museus, Felipe Gar¨ªn, que promueve la muestra y trat¨® tambi¨¦n en vida a su protagonista, han querido que se conociera bien al mismo tiempo el lado pict¨®rico y escult¨®rico del artista madrile?o en el que? florecen las ideas que luego plasmar¨ªa en proyectos de distinto cariz. Solo as¨ª se puede empezar a entender la "habilidad de Sigfrido para integrar funcionalmente, con enorme eficacia, la alta cultura con la cultura popular" que se percibe no s¨®lo en el dise?o fallero, sino tambi¨¦n en las deliciosas piezas escult¨®ricas o muebles que los dos Mart¨ªn, el madrile?o y el valenciano, hicieron para Loewe y que tambi¨¦n figuran en esta primera exposici¨®n p¨®stuma del primero.
Hay que se?alar, para los seguidores del artista homenajeado, que la la muestra ofrece pinturas que no hab¨ªan sido vistas hasta ahora, muchas de coleccionistas privados, como La m¨¢quina del cine que pertenece a Almod¨®var, y con m¨¢s de un Pinocho entre sus trazos, no se hab¨ªan visto anteriormente en p¨²blico. El Palau de Valeriola alberga medio centenar de pinturas de gran? formato, dibujos coloreados, maquetas, esculturas e instalaciones, que permanecer¨¢n expuestas al p¨²blico hasta el 2 de junio.
Todos, incluida la madre del artista, presente en la inauguraci¨®n, han subrayado que Mart¨ªn Begu¨¦ era un "amante aut¨¦ntico de Valencia", a la que consideraba una "ciudad fascinante". "Amaba hasta la batalla de flores", dice Mari Carmen Begu¨¦, que estudi¨® Primaria y Bachillerato en una academia existente en la plaza Rodrigo Botet, cerca del Ayuntamiento de la ciudad. "El amor que ten¨ªa por Valencia un poco me lo debe a m¨ª", suger¨ªa su progenitora. ?
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