La primavera de los teatros
Madrid ve c¨®mo su oferta teatral se ampl¨ªa con multitud de peque?as salas Estos espacios dan cabida a las compa?¨ªas sin hueco en los grandes escenarios. Minimalismo, interacci¨®n, poco aforo y bajo precio son sus alicientes
El mundo teatral de Madrid vive su propia primavera. Y sus integrantes cada vez son m¨¢s numerosos. Las salas alternativas crecen como setas frente a los grandes escenarios a los que, dicen las compa?¨ªas, cada vez es m¨¢s dif¨ªcil acceder. Se consideran a s¨ª mismos ¡°invernaderos de cultura¡±. Hacen que siga viva, protegi¨¦ndola, hasta que pase el temporal. Un garaje, un s¨®tano, una casa de dos habitaciones, un antiguo sex shop una peluquer¨ªa barrida por la crisis son lugares perfectos para llenarlos de teatro. Su aforo es limitado, la programaci¨®n se renueva constantemente, la escenograf¨ªa se reduce a lo b¨¢sico y se puede o¨ªr hasta la respiraci¨®n de los actores. Las salas fuera del circuito convencional han subido el tel¨®n.
No siguen un patr¨®n, cada una tiene una semilla diferente, pero cualquiera dir¨ªa que se han puesto de acuerdo para brotar al mismo tiempo. Sol de York, ubicada en el barrio de Chamber¨ª, por ejemplo, naci¨® auspiciada por un mecenas enamorado del arte el pasado 20 de diciembre. A sus 89 a?os, Julio Amuriza permiti¨® a seis socios transformar un antiguo centro de egiptolog¨ªa en un espacio teatral con clases, aulas de ensayos y una sala con 160 localidades. Uno de ellos, Javier Ortiz explica que ¡°cada uno puso lo que pudo, unos dinero y otros trabajo¡±.
Y as¨ª, el invierno de su descontento se volvi¨® primavera con el sol de York, como reza uno de los fragmentos de Ricardo III de William Shakespeare y del que surgi¨® la idea para denominar el teatro. Como no tienen miedo, pintaron la estancia principal de amarillo, un color maldito para los artistas. En una de sus paredes de la entrada un mont¨®n de post-its contienen las opiniones de todos los que ya han visitado el espacio. ¡°Gracias por arriesgar tan bien¡±, se lee en uno de ellos. Las propuestas osadas tambi¨¦n son la especialidad de estas salas, aunque no todo es transgresi¨®n, ni mucho menos. Los que van a estas salas se encuentran a muchos actores conocidos, no solo de las tablas, sino tambi¨¦n de la televisi¨®n o del cine. Muchas de ellas ofrecen obras tambi¨¦n para el p¨²blico infantil.
La Casa de la Portera acaba de cumplir su primer a?o. Esta sala se sit¨²a en el coraz¨®n de La Latina. La idea de montar un teatro en una vivienda podr¨ªa parecer descabellada, pero no lo pensaron as¨ª ni sus creadores ni las compa?¨ªas que en estos doce meses han seguido proponiendo ideas para representar en esta vivienda. Han llegado a interpretar un mon¨®logo en el ba?o. Al atravesar el umbral, el espectador siente que se traslada a otra ¨¦poca, hasta los a?os cuarenta. Muchos de los asistentes entran vacilantes, pero en el reducido grupo de 25 personas que disfrutan de cada funci¨®n hay algunos que ya conocen bien el sistema. Las obras se desarrollan sobre todo en dos estancias, aunque los actores pueden jugar con todo el espacio. ¡°Estas salas dan m¨¢s independencia al creador, sin necesidad de que tus ideas pasen por mil personas antes de llegar a escena¡±, apunta Jos¨¦ Martret, uno de los directores de la sala junto a Alberto Puraenvidia.
En estos teatros los espectadores est¨¢n muy pr¨®ximos a los actores. Mucho. Y los int¨¦rpretes ven as¨ª la respuesta del p¨²blico. Benja de la Rosa, que ahora presenta en la Casa de la Portera Louella Persons cree que ¡°esto les va bien, porque el actor tiene que enfrentarse a esto para que se curta¡±. Esta cercan¨ªa permite incluso que los artistas interaccionen con m¨¢s facilidad con los asistentes. ¡°Para nosotros es el mejor escaparate, ahora que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil entrar en los teatros convencionales¡±, a?ade De la Rosa.
La mayor¨ªa de los nuevos teatros tienen programaci¨®n regular, pero cada d¨ªa de la semana suelen ofrecer una propuesta diferente. Esto obliga a las compa?¨ªas a dar una vuelta de tuerca a su creatividad y conseguir que un mismo escenario se convierta cada d¨ªa en un espacio distinto con la m¨ªnima escenograf¨ªa y juegos de luces. ¡°Nosotros les ofrecemos la casa y ellos tienen que hacer algo que se adapte a este emplazamiento¡±, detalla Martret. El cambio continuo tambi¨¦n facilita que el p¨²blico rote y que as¨ª m¨¢s gente conozca la sala, porque el boca a boca es uno de los grandes aliados de estos espacios.
Sala T¨², en Malasa?a, abri¨® sus puertas el 15 de noviembre. Lo que hoy es un teatro y un peque?o bar, en su d¨ªa fue una peluquer¨ªa y un sex shop que no pudieron sobrevivir a la crisis. Sus seis socios se conocieron trabajando en la obra El divorcio de Figaro. Alfonso Lara es uno de ellos y est¨¢ convencido de que ¡°el futuro¡± de la profesi¨®n se encuentra en estas salas porque permiten "que los actores sigan activos" cuando los hermanos mayores, los teatros m¨¢s grandes, no dan trabajo a todos.
No solo de la escena viven estas salas. La mayor parte de ellas sirven como semillero cultural y albergan exposiciones, m¨²sica en vivo, cursos, ensayos o talleres. Es una forma de sacar el m¨¢ximo rendimiento a unos espacios con los que ¡°no te haces rico¡±, afirma David S¨¢nchez, otro de los propietarios de Sala T¨². Las entradas a los espect¨¢culos teatrales suelen ser algo m¨¢s baratas. Oscilan entre los siete y los 20 euros, dependiendo de la obra y de la compa?¨ªa. Algunos tambi¨¦n hacen ofertas especiales a parados y a padres que lleven a sus hijos. Normalmente la sala y la compa?¨ªa se dividen la taquilla a partes iguales.
Sala T¨² ofrece un curso de interpretaci¨®n lunes y martes. ¡°Cuando todo se est¨¢ viniendo abajo, lo que emerge es lo artesanal, que es el teatro: solo el texto y al actor. Sin artificios¡±, afirma Micaela Quesada, otra de las socias.
El lugar en el que ahora se ubica Sala T¨² estaba destinado a ser un teatro. All¨ª act¨²o ya cuando a¨²n era una peluquer¨ªa la compa?¨ªa Yo er¨®tica, dirigida por Camilo V¨¢squez. En su b¨²squeda de espacios alternativos, Yo er¨®tica acabo encontrando Espacio 8, a escasos metros de la Casa de la Portera. Este lugar naci¨® hace cinco a?os como sala de exposiciones, de conciertos y almac¨¦n para grupos de teatro, entre otras actividades.
Las salas y su programaci¨®n
Sol de York. Tiene en cartel Cuando fuimos dos y De noche justo antes de los bosques. Arapiles, 16.
La Casa de la Portera. Presenta Luella Persons y Las hu¨¦rfanas, entre otros. El fin de semana, Ivan-Off. Abades, 24.
Garaje Lumiere. Ofrece Medeas y Que nadie se mueva. Ciudad Real, 12
Espacio 8. Leche, hasta fin de marzo. Santa Ana, 8.
Arte y Desmayo. Ofrece Extra?os en un div¨¢n y Los carisss. Baleares, 14.
Bulul¨² 2120. Algunas de las obras son El Soldado Fanfarr¨®n de Plauto, Cuerpo Dividido, Mi amigo en m¨ª. Canarias, 16. Tarragona, 17.
Tarambana. Presenta, entre otras, La noche al rev¨¦s, Artrisis, Escuela de machos, Impro Night Show. Dolores Armengot, 31.
S¨®tano de la Graciosa. Las chicas del Cabaret, a partir de abril. Plaza del Dos de Mayo.
Sala T¨². Tiene en cartel El camello de al salir de clase, Espa?oles Franco ha muerto... otra vez!!? Velarde, 15.
Tri¨¢ngulo. Desperfectos, todo marzo. Zurita, 20.
Teatro del Arte. Tiene Oddi en cartel. San Cosme y San Dami¨¢n, 3.
En noviembre se introdujo en el mundo de la oferta teatral cuando V¨¢squez lo encontr¨® y propuso a su due?a, Larisa Balinge, que su obra Leche se interpretara all¨ª. Fue un inicio accidental, pero Balinge, una promotora por sorpresa, est¨¢ abierta a escuchar m¨¢s propuestas cuando finalice la representaci¨®n de Leche, a finales de este mes. ¡°El espacio se convierte en un cuarto actor, esto no lo consigues en otro sitio m¨¢s grande¡±, asegura V¨¢squez.
A veces hay que bucear un poco para encontrar estos teatros. O bajar al antiguo almac¨¦n de un bar para descubrir un escenario que a primera vista recuerda a The Cavern, el bar de Liverpool en el que Los Beatles ofrecieron sus primeros conciertos. Pero en realidad es El S¨®tano de la Graciosa, en la plaza Dos de Mayo.
Beatriz Ortega es una de sus directoras. ¡°Es impresionante lo que hacen las compa?¨ªas con tan poca escenograf¨ªa¡±, se sorprende. Tras el peque?o escenario hay encajonados un min¨²sculo vestuario y un camerino. ¡°Peque?os pero apa?ados¡±, asegura Ortega, mientras ense?a orgullosa la sala que estren¨® su primera obra el pasado septiembre. En estos espacios cada cent¨ªmetro cuenta, cada foco que se pueda a?adir aporta algo nuevo con respecto a lo anterior.
Lo m¨ªnimo se aprovecha en los nuevos teatros que surgen en los lugares m¨¢s inveros¨ªmiles. En el piso de al lado o el s¨®tano del bar pueden estar interpretando un texto de Shakespeare o de Chejov. Son los viveros teatrales que han eclosionado en el interior de Madrid. Ante la escasez de dinero, abundancia de ideas.
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