El buen momento de Iv¨¢n Fandi?o
Ni Bautista ni Teleja se justifican ante una manejable corrida de Fuente Ymbro
La corrida de Fuente Ymbro dej¨® sobre el ambiente una impresi¨®n: se march¨® sin ser aprovechada del todo. Tuvo presencia y llen¨® plaza. Nada exagerada y muy arm¨®nica de hechuras. Adem¨¢s de pareja, a pesar de la diferencia de kilos que hubo entre los dos primeros toros y el resto. No fue corrida de notable nota, de aprobado alto, si acaso, pero hubo toros que merecieron mejor trato: l¨¦ase los lotes de Bautista y Tejela. En conjunto le falt¨® el picante cl¨¢sico de la casa, que en esta ocasi¨®n no apareci¨®, pero tuvieron nobleza y el suficiente gas como para aguantar con dignidad la lidia. Fueron cumplidores en el primer tercio, con la gota de mansedumbre que dej¨® el tercero, que sali¨® suelto del encuentro y no quiso saber mucho del caballo. Lote, en fin, m¨¢s que aprovechable del que solo Fandi?o supo o quiso sacar partido.
Para Fandi?o, precisamente, fueron los dos toros mansos de la corrida, aunque de condici¨®n diferente. El tercero lo fue en el primer tercio, pero en la muleta despert¨® para plantarle cara a Fandi?o en el comienzo de faena. El encuentro del toro y el torero en los iniciales pases de castigo fue vibrante. Encastado el toro y con el torero muy dispuesto y seguro, la faena promet¨ªa ruido y nueces. Dej¨® Fandi?o respirar al toro, le dio distancia, y ya fuera del tercio se lo pas¨® en redondo. Por la derecha fue m¨¢s de acompa?ar que de obligar. Por el lado izquierdo hubo m¨¢s toreo y los naturales tuvieron alma de mando en plaza. Muy seguro de la situaci¨®n e inteligente, Fandi?o midi¨® los tiempos y ech¨® mano de unas manoletinas para rubricar una faena que no tuvo pases de m¨¢s ni de menos. Se vio a un torero con la cabeza despierta y seguro de s¨ª mismo. De atravesar un gran momento.
Fuente Ymbro / Bautista, Tejela, Fandi?o
Toros de Fuente Ymbro. Muy bien presentados y ofensivos. Justos de fuerzas, resultaron muy manejables para la lidia menos el sexto, que fue muy manso.
Juan Bautista: pinchazo y entera (saludos); dos pinchazos, media ca¨ªda ¨Caviso- y descabello (silencio)
Mat¨ªas Tejela: media (silencio); casi entera perdiendo la muleta (silencio).
Iv¨¢n Fandi?o: estocada y descabello (oreja); pinchazo y entera trasera ¨Caviso- (ovaci¨®n).
Plaza de Valencia, 15 de marzo. 7? de Fallas. Menos de media.
Al sexto, despu¨¦s de los lances de recibo y antes de que entrara en acci¨®n el picador de turno, lo tore¨® sorprendentemente de frente por detr¨¢s. Hubo mucho color y calor en la escena, y el futuro pintaba esperanzador. Pero el de Fuente Ymbro no quiso sumarse a la posible fiesta. No tuvo ninguna entrega en el caballo, aunque la primera vara la recibi¨® escandalosamente trasera. Ya de entrada mir¨® de reojo a la muleta, con recelo, y distra¨ªdo. Cant¨® la gallina. Fandi?o levant¨® el tel¨®n con pases por alto y un m¨¢s premeditado que improvisado por la espalda. Acto seguido dej¨® al toro respirar, le dio distancia, y ya fuera del tercio se dispuso. Pero el globo se pinch¨® antes de lo previsto. Un desarme en la primera serie tuvo efectos secundarios en el toro, que le neg¨® la mano al torero. El toro camp¨® entonces hacia las tablas, busc¨® un refugio donde no molestar ni ser molestado. Fandi?o le busc¨® las vueltas, quiso tenderle una trampa y torearlo donde m¨¢s c¨®modo pod¨ªa estar el toro. Pero la faena ya ten¨ªa su sentencia dictada. Fandi?o le ofreci¨® los muslos al toro, porfi¨® de cerca, muy encerrado en las tablas, mas la historia hab¨ªa terminado un rato antes.
Ni Juan Bautista ni Mat¨ªas Tejela justificaron su presencia en estas Fallas. Lo m¨¢s lucido de Bautista fue el recibo al toro primero: una combinaci¨®n de lances, chicuelinas y el remate de una media, todo en el mismo racimo y por el mismo precio. Justo de fuerzas el toro, pero muy noble y tambi¨¦n incansable, soport¨® una faena pol¨ªticamente correcta. Solo y nada m¨¢s que eso. Una mini serie con la mano izquierda en el tramo, a pies juntos, fue lo m¨¢s logrado. El cuarto no tuvo problemas visibles, ni posiblemente escondidos. Bautista le dio a ese toro muchos pases sin color ni sabor. Un vientecillo molesto, que no un vendaval, pareci¨® desquiciarle. A partir de ah¨ª, apareci¨® un torero mec¨¢nico, sin aclararse en lo que hac¨ªa o dejaba de hacer. Y cort¨® por lo sano. Es decir, abrevi¨®.
Menos justificaci¨®n tuvo Tejela. El segundo, tocadito del pit¨®n derecho, floje¨® m¨¢s de la cuenta. Fue remiso para acudir a la cita con los banderilleros y a la muleta le cost¨® embestir cada vez m¨¢s. Por all¨ª anduvo Tejela, anodino y sin ideas. Tampoco sin mucha ilusi¨®n.
El quinto debi¨® mirarle de mala manera para tirar el capote y salir en busca de la trinchera sin disimulo. La lidia de salida de ese astado fue cosa exclusiva del pe¨®n Carlos ?vila, con Tejela de mero espectador. Sin clase, pero con viaje de ida y vuelta, el toro no fue para Tejela digno de su confianza y nunca se le vio a gusto. Sorte¨® una colada y con el toro, aburrido, acab¨® yendo al paso contagiado de la abulia de su matador.
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