El Supremo sienta en el fallo de Bravo un precedente aplicable al ¡®caso Urdangarin¡¯
La ¡°ignorancia deliberada¡± es suficiente para cometer un delito, seg¨²n la sentencia del alto tribunal
La sentencia del Tribunal Supremo por la malversaci¨®n de fondos p¨²blicos en la Hacienda de Ir¨²n confirma casi en su totalidad la condena que la Audiencia de Gipuzkoa impuso a Jos¨¦ Mar¨ªa Bravo, ex director de la citada oficina tributaria, y a su exmujer, Rosa Cobos, por mayor el fraude cometido contra el erario p¨²blico en Gipuzkoa. El alto tribunal les absuelve del delito de alzamiento de bienes, por lo que ambos ver¨¢n reducidas sus penas en un a?o. Pero a Bravo le mantiene los de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, prevaricaci¨®n administrativa y blanqueo de capitales, que suman 10 a?os de prisi¨®n. Cobos, autora de un delito de blanqueo, recibe una pena de dos a?os y cuatro meses de c¨¢rcel.
El caso est¨¢ cerrado, pero fuentes jur¨ªdicas advierten de que este fallo del Supremo (STS 228/2013) podr¨ªa tener ¡°derivaciones¡± de much¨ªsimo m¨¢s calado. Jueces, fiscales y abogados consultados por este diario sostienen que los fundamentos jur¨ªdicos empleados por el alto tribunal para considerar a Rosa Cobos autora de un delito de blanqueo de capitales podr¨ªan sentar un precedente para el caso Urdangarin y aplicarse contra la Infanta Cristina.
De acuerdo con la sentencia condenatoria de la Audiencia de Gipuzkoa, ratificados parcialmente por el Supremo, Bravo, hermano del exsenador del PNV V¨ªctor Bravo, se dedic¨® a cobrar diversas cantidades de dinero a contribuyentes morosos cuando era el responsable de la oficina de la Hacienda guipuzcoana en Ir¨²n. Se apropi¨® de esas sumas en lugar de ingresarlas en las arcas forales. Por esta conducta fue condenado en julio de 2012 a 11 a?os de prisi¨®n.
La misma sentencia considera que su esposa, Rosa Cobos, es autora de un delito de blanqueo de capitales, dado que realiz¨® ¡°actos encaminados a encubrir y ocultar el origen delictivo del dinero¡± sustra¨ªdo por su marido. El matrimonio emple¨® esas cantidades en la compra de empresas, la adquisici¨®n de bienes inmuebles o la inversi¨®n en negocios de hosteler¨ªa y ocio.
Contra esta sentencia de la Audiencia provincial de Gipuzkoa, los condenados presentaron recurso de casaci¨®n ante el Supremo. Este tribunal, cuyo ponente ha sido el magistrado Juan Ram¨®n Berdugo, se detiene en el comportamiento de Cobos para fundamentar su car¨¢cter delictivo. As¨ª, sostiene que ¡°no es necesario el conocimiento actual o inmediato del origen de los bienes. Basta el dolo eventual. Es suficiente el conocimiento del ¨¢mbito de que aqu¨¦llos proced¨ªan y haberle sido indiferente aquel origen¡±. Y a?ade que para cometer el delito ¡°no se exige un dolo directo¡±, porque ¡°es suficiente situarse en la posici¨®n de ignorancia deliberada¡±.
Sin llegar a utilizar literalmente la expresi¨®n ¡°cooperaci¨®n necesaria¡±, que el juez Jos¨¦ Castro, instructor del caso Urdangarin, emplea en su auto de imputaci¨®n a la hija del Rey, el alto tribunal concluye lo siguiente al referirse a la conducta de Cobos, la esposa del principal condenado: ¡°Quien pudiendo y debiendo conocer la naturaleza del acto, o colaboraci¨®n que se le pide, se mantiene en situaci¨®n de no querer saber, pero no obstante presta su colaboraci¨®n, se hace acreedor a las consecuencias penales que se deriven de su antijur¨ªdico actuar¡±.
Los magistrados vienen a decir, con una formulaci¨®n jur¨ªdica, que ¡°no es cre¨ªble que ella [por Cobos] no supiera nada del dinero que su marido estaba acumulando de forma il¨ªcita¡±, asegura un abogado que ha seguido de cerca la investigaci¨®n y fallo del fraude de Ir¨²n. Y a?ade que en el caso del matrimonio entre Urdangarin y la Infanta ¡°podr¨ªan concurrir las mismas circunstancias¡±. En la fiscal¨ªa vasca tambi¨¦n se ha sopesado el alcance que puede tener el fallo del alto tribunal en el desenlace del procedimiento abierto contra Urdangarin.
?Podr¨ªa tener alguna incidencia esta sentencia contra Cobos en la situaci¨®n de la Infanta Cristina? ¡°No podr¨¢s ponerlo nunca en mi boca, pero vas por el buen camino¡±, fue la respuesta dada por un miembro de la judicatura que conoce el?caso Bravo.
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